La receta de la abundancia

Por Cecilia Tarling* 

Acabamos de transitar la Pascua Judía, la Pascua Cristiana y el Ramadán Islámico que finalizó en abril.  Para las tres tradiciones son tiempos de profunda reflexión, desapego y agradecimiento.

Quienes transitamos un camino de búsqueda hacia la trascendencia tenemos la certeza que hay un espíritu de unidad que está naciendo.  

Todos los caminos espirituales que respetan la libertad de sus miembros y que se acompañan fraternalmente, buscan crecer y vivir amando los unos a los otros. Tod@s estamos invitad@s a vivir desde esa plenitud sin fronteras.

Para poder ver este camino de salvación, que la vida de cada uno de nosotros transita, es necesario soltar todas las etiquetas que fuimos colocando (y que nos enseñaron a colocar) en la frente de cada una de las personas con las que interactúanos e inclusive, en la vida de aquellas personas o comunidades, que apenas conocemos pero que otros nos dijeron cómo eran. 

Soltar esos pre conceptos no nos va a dejar indefensos sino con capacidad de ver, conocer y desde el respeto mutuo descubrir otras voces que buscan ser felices, felices desde el ser, como tod@s nosotr@s. Y así el abanico de abundancia se va a abrir.

No es que tenemos que entrar en un modo “todo está bien” sino alimentemos la certeza de que somos hermanos y que si el otro o la otra existe es porque yo necesito de él y él necesita de mí, desde nuestra hermandad compartida.

Estamos hablando de Amor. El camino del Amor tiene, necesariamente que encontrarse con un camino de madurez, donde aquello que nos enseñaron es agradecido y ahora nos toca ver con nuestros propios ojos, oír con nuestros propios oídos y buscar la honestidad más pura posible que nos haga afirmar, no porque está de moda sino desde un corazón humilde y desapegado, que todos somos iguales en dignidad y amor, que Dios, la Fuente, el Origen de todo y de tod@s nos creó y nos da Vida con el mismo Amor.  El mundo fue creado por Amor y es recreado en cada instante por Amor. 

Existe el No Amor, claro, es un hueco, un espacio oscuro y triste que muchos habitamos a veces y otros lo habitan casi permanentemente. Llenemos esos vacíos de Amor, iluminemos ese espacio oscuro. Seamos Esperanza en Nuestro Mundo. Confiemos que, si derramamos Amor, pequeños surcos, cómo acequias en el campo, van a llevar ese Amor derramado por todo el planeta. 

Siendo lo que estamos llamados a Ser.

El Amor Trascendente, es el Misterioso, Milagroso y Eterno camino de Abundancia que Jesús derramó desde la Cruz y sembró para Tod@s Vida Nueva con Su Resurrección.  

AMAR es el Camino Simple, a los humanos, especialmente a los llamados occidentales, nos parece que da más prestigio que el camino sea complicado. 

Amemos, para eso hemos sido creados. Soltemos las etiquetas, perdonemos, no juzguemos… estos ingredientes son la receta de la abundancia.

*ceciliatarling@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *