Un grupo de militantes de la agrupación La Cámpora, de entre 18 y 22 años decidieron festejar el día del estudiante pintando un mural para su barrio en una jornada que incluyó deportes y una volanteada para promocionar un festival.
A la tarde aparecieron cuatro patrulleros con una denuncia de una vecina les pidieron documentos y dieron intervención a un fiscal que determinó que debían trasladarlos al Ministerio Público Fiscal y de ahí, después de siete horas, a la comisaría octava.
Recién doce horas después, los dejaron en libertad pero quedaron con una causa penal.
Los militantes son del espacio del Frente para la Victoria y las legisladoras Andrea Conde y Paula Penacca se presentaron para asesorar a los jóvenes e interiorizarse de la situación.
La causa, por daño agravado (con una pena máxima de 4 años de prisión), la armó la fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N° 40 porteña, a cargo de Matías Michenzi.
La situación de los militantes
La jornada deportiva que llevaban a cabo y el festival que difundían los jóvenes militantes era sólo una más de varias actividades que la agrupación hace en el barrio: talleres de plástica para niños, clases de inglés, francés y portugués, talleres de oficios, reuniones de jubilados, apoyo escolar y clases de canto.
La policía se llevó detenidos no sólo a quienes pintaban el mural, también al resto de los jóvenes que participaban de la actividad.
Tal como contaron los propios militantes, sólo dos de ellos se encontraban pintando la pared y el resto repartía volantes y se charlaba con los vecinos. Pero la policía decidió arrestarlos a todos.
El legislador porteño Recalde luego de enterarse de los hechos efectuó declaraciones: “ es un mensaje del gobierno a todos aquellos que quieran participar de alguna actividad colectiva, ya sea política, social o cultural. Comenzó con la represión a una murga en la villa 1-11-14 se suma a la detención en Mendoza de cinco delegados del SUTE cuando pegaban carteles en contra del presidente Mauricio Macri, en el mes de agosto y a las detenciones en Necochea por realizar pintadas en favor de Milagro Sala”.
Desde el CELS, aseguraron que “lamentablemente el tema es mucho más complejo de lo que se cree: no tiene sólo que ver con el mensaje político que se baja sino también con el accionar de la justicia porque vuelven a emitir fallos en donde se permite que la policía se autorregule”.
El festival que los chicos intentaban difundir y que debía ser una jornada para los jóvenes del barrio, se convirtió en un acto de repudio al atropello institucional, en una jornada que se llevó a cabo en la plaza Martín Fierro, ubicada en La Rioja y Cochabamba, y la consigna era clara: “Pintar murales no es un delito. No más pibes presos por expresarse”.