En el marco de la campaña contra el veto presidencial a la expropiación de la cooperativa Bauen y la intimación de desalojo, los trabajadores del hotel, ubicado en Av. Callao 360, a metros de Av. Corrientes realizaron una cena solidaria en el edificio.
En plena campaña por ratificar en ambas cámaras del Congreso de la Nación, la ley que determina la expropiación y declara de utilidad pública el edificio y las instalaciones del hotel, los trabajadores del Bauen recibieron centenares de personalidades de todos los ámbitos. Se acercaron a bridar solidaridad con los trabajadores dirigentes sociales, gremiales, figuras culturales y referentes del mundo del deporte que compartieron la cena solidaria.
El presidente Macri vetó la expropiación del Hotel el 27 de diciembre del año pasado. El primer día de actividad legislativa del Congreso en 2017, el 1 de marzo, los trabajadores de la cooperativa Bauen recibieron una notificación de la jueza Paula Hualde, al frente del Juzgado Comercial N° 9, ordenando el desalojo por la fuerza pública del inmueble, con un plazo tope el día 19 de abril. No es la primera vez que se enfrentan una amenaza de desalojo.
Como una acción más para resistir el desalojo se realizará una actividad en el hotel el miércoles 19 de abril, que incluirá una vigilia con diferentes actividades a partir de las 00 del jueves 20.
Los trabajadores del hotel organizados en cooperativa desde 2003, van a resistir el desalojo desde el punto de revertir el veto a nivel parlamentario y en la defensa de su puestos de trabajo.
Lo concreto es que si el parlamento no da vuelta el veto presidencial y deja continuar las actividades en el Hotel Bauen protegiendo la fuente laboral en un momento de crisis social aguda, se verán escenas de violencia sin dudas, porque los trabajadores y los apoyos sociales que tienen lo trataran de impedir.
El Bauen se construyó con préstamos otorgados a un grupo empresario por la dictadura cívico-militar entre 1977 y 1978, dinero público que nunca fue devuelto al Estado Nacional. En diciembre de 2001, los mismos empresarios que recibieron esos fondos provocaron el cierre del hotel, dejando a todos los trabajadores en la calle y abandonando las instalaciones.
En 2003 el hotel fue recuperado por los ex empleados y desde ese momento es una empresa gestionada por sus trabajadores.
