Por Tito Tello
Muchos compatriotas lo conocen por una serie de televisiva, pero no es solamente eso, es el conglomerado tecnológico más grande del mundo, está ubicado en el sur de la Bahía De San Francisco California, Estados Unidos y el nacimiento de este agrupado de corporaciones tiene que ver con el comienzo del transmisor de silicio; esto a California le trajo un gran crecimiento demográfico y económico, por la gran cantidad de puestos de trabajos que se fueron expandiendo hacia el norte incluyendo el condado de San Mateo y la ciudad de San Francisco.
Intento comprender cómo Silicón Valley desde el año 1971 ha conseguido ser líder en innovación y crear tantas empresas tan potentes sobre todo en el ámbito tecnológico, algunas de empresas gigantes de la tecnología como Google, Apple, Facebook, Oracle, Linkedin, Intel, Microsystems, eBay, HP, Yahoo, Netflix o Testa Silicón Valley, cuna de la alta tecnología que concentra más de seis mil empresas en California
El filósofo Francés Eric Sadin habla de la dominación técnica en el mundo. Plantea que las empresas radicadas en Silicon Valley no solo exportan su modelo de negocios al resto del mundo sino que imponen un modelo cultural que destruye al humanismo y direcciona los deseos de las personas. Pero también son los usos masivos de la inteligencia artificial que permiten no solo conocer las conductas, sino también interpretarlas: “si paso cerca de un local de zapatos recibo un alerta que interpreta mi perfil y mis supuestos intereses; el alerta dice: hay una oferta para vos”.
Este modelo generado por Silicón Valley empezó a tener otro alcance por la extensión de los sensores en nuestra superficies cotidianas, un sistema de inteligencia artificial que interpreta , se retroalimenta y propone en función de las interpretaciones. La silicolonización del mundo es la organización algorítmica de la sociedad que quita autonomía a los individuos y es la consecuencia directa de este modelo. Lo que está en juego es lo más grave y profundo a lo que aspiró siempre la Ilustración: la libertad.
Bajo el argumento de facilitar la vida, del bienestar y el confort, este modelo supuestamente luminoso propone una versión controlada de la libertad en donde las acciones se encuentran en un estado de seguimiento continuo, la incertidumbre de la decisión humana, representa una ruptura civilizatoria sin precedentes.
No es la técnica que nos esclaviza, sino lo sagrado transferido a la técnica. Paradojalmente, el huevo de la serpiente fue empollado en la capital de la contra cultura San Francisco, la domesticación y amansamiento de la especie sobre sí misma.
Sadin llama a la resistencia y reclama el advenimiento de un “nuevo humanismo”.
