Así de simple, sin tantos formalismos como aconsejan las buenas costumbres o procedimientos que están contemplados por ley, cuestiones que los funcionarios consideran realmente innecesarias en los tiempos que corren, solo por un mensaje de WhatsApp el ministro de cultura del Ballet Nacional de Danza y cerro el Ballet Nacional de Danza y despidió a empleados y artistas.
Así se enteraron los 60 bailarines que integran el Ballet Nacional Danza, dirigido por Iñaqui Urlezaga. El Ministerio de Cultura había decidido “discontinuar el financiamiento” de la compañía que luego de cuatro años de vida se hizo acreedor al nombre de Danza por la Inclusión porque las funciones eran gratuitas y las clases abiertas de danza clásica que el elenco impartía eran en lugares no tradicionales, sin acceso a estas manifestaciones artísticas.
El ballet de Danza por la Inclusión nació en 2013, en el marco de un programa del Ministerio de Desarrollo Social, con el propósito de acercar la danza clásica a un público no tradicional y formar bailarines del interior del país sin posibilidad de llegar hasta la Ciudad de Bueno Aires, donde suelen funcionar las grandes compañías. Por esa misma razón, las audiciones para completar el elenco de 60 bailarines se realizaron en distintos puntos del país y todas las obras fueron representadas en el interior con entrada libre y gratuita.
El ministro Avelluto, el mismo que al comienzo de su gestión produjo 500 despidos, pero días después, designó a su novia, Carolina Azzi, como Coordinadora de Comunicación con un sueldo de $50000 , ahora sigue su obra de destrucción cultural “en el marco de las actuales políticas de austeridad” donde quedan sin empleo decenas de trabajadores, entre quienes se encuentran 60 bailarines y bailarinas del cuerpo de baile, además del cuerpo técnico, médico, músicos y maestros.
