Nutrición y calidad de vida

El axioma Hipocrático «Que tu alimento sea tu medicina» (460-357 A. C.) no por antiguo perdió vigencia. Todos sabemos que desde niños hasta ancianos nuestro bienestar depende en gran parte de la cantidad y calidad de lo que comemos.

¿Qué se debe comer? Es una vieja preguntar a la cual se puede responder con fundamento científico, desde hace poco tiempo cuando aparece la nutrición como ciencia.

En el momento actual, a la pregunta anterior se le agrega ¿Qué se debe comer para mantener la salud y evitar la enfermedad?

En una alimentación adecuada (que lamentablemente una parte importante de la población no puede hacer) debemos: 

·     Realizar las 4 comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

·     Comenzar el día con un desayuno que incluya: lácteos (leche, yogurt o quesos), cereales (pan blanco o negro, copos) y frutas (frescas o jugos)

·     Consumir 2 porciones de frutas y verduras diarias, alternando los colores.

·     Reducir a un mínimo alimentos ricos en grasas saturadas (manteca,  margarinas, fiambres, quesos duros, vísceras, achuras, facturas, snack)

·     Preferir cortes de carne magra (sin grasa ni piel visible) Alternar 3 veces a la semana con carnes blancas.

·     Evitar el consumo excesivo de sal, reemplazándola por condimentos aromáticos (orégano, laurel, tomillo, estragón, perejil, etc.) Reemplazar los enlatados por productos naturales.

·     Cuidar el aporte de agua, tratando de consumir 2 litros por día.

·     Evitar el consumo excesivo de alcohol.  

·     Siempre una alimentación saludable debe acompañarse de la realización de actividad física. 

    Existen múltiples estudios epidemiológicos que relacionan la dieta y las enfermedades crónicas, tales como: la ateroesclerosis, hipertensión, obesidad, diabetes mellitus tipo 2, osteoporosis, caries, ciertos tipos de cánceres, y algunas enfermedades hepatobiliares

           La nutrición adecuada nos reportará un sinfín de beneficios: conseguir el peso ideal,     experimentar un envejecimiento más lento de nuestro organismo en general, mejorar nuestro estado anímico, sentirnos con más energía y más resistencia frente a gripes y catarros. La relación entre nutrición y salud es conocida y aceptada por todos desde la antigüedad, tanto en la esfera preventiva como en la recuperación de los daños sufridos tras la enfermedad. De allí la frase de  Hipócrates: “deja que la comida sea tu medicina, y la medicina sea tu comida”.

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