“Las asociaciones vecinales constituyeron la ciudad”

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 Por Marina González

Esta es una entrevista en la que se recorre la historia de Villa Mitre. Raúl Díaz recuerda los orígenes del barrio y del Centro de Fomento. También cuenta de cómo se prepara Ciencia y Labor para el Centenario próximo a llegar.

Raúl Díaz es quizás uno de los hombres más emblemáticos y que más saben del barrio de Villa Mitre y del club Ciencia y Labor. Luce lúcido e impecable a los 76 años. Tiene pinta de tanguero. Saco a cuadros marrón en cuya solapa sobresale un pin del escudo de la Nación Argentina. Peinado para atrás, bigote bien prolijo, carpeta bajo el brazo y lapicera Pierre Cardín.

Este hombre de las entrañas de Villa Mitre, rememora viejas historias vividas o transmitidas por sus padres a través de esta  nota realizada en el club de sus amores donde nos muestra un carnet de almohadilla con las letras borrosas y con una foto de un “pebete de 12 años” con un peinado engominado como el que luce ahora.

¿Qué me puede contar de los orígenes de Ciencia y Labor?

El club se fundó en el año 1917. Lo fundó el sub-comisario de la 35ª (actual 41ª), Juan Fernández. De alguna manera el club se construye jugando a las bochas entre varios grupos de amigos: el que ganaba elegía si ponían los ladrillos y el metro cuadrado de ladrillo o la mano de obra. Eran gente trabajadora, mayormente italianos que huyeron de la 1ª Guerra Mundial, aunque también había españoles y algunos criollos. La primera tanda de ciudadanos que condujeron al club fueron radicales.

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Díaz, quien viene a Ciencia desde que tenía entre 10 y 12 años, dice que la historia del club y la del Centro de Fomento y Cultura Villa Gral. Mitre son las mismas. En algunas de las primeras experiencias democráticas del país, los primero gobiernos radicales, en el club hubo un caudillo muy importante que era Arturo Baffico, una gran figura política dentro del partido. De la primera comisión fue presidente Manuel Novo. En aquel momento eran socios honorarios del Centro, el presidente de la república Hipólito Irigoyen, Francisco Beiró, el gobernador de la provincia de Buenos Aires José Emilio Croto, Estanislao Ceballos, Fernando Zaguief, Joaquín Llambías. “Eran muchos apellidos patricios y de los radicales de peso:”…. “ los trajo Baffico para agilizar los trámites para que no se cajoneen algunos pedidos que hacíamos para mejorar el barrio”, asegura Díaz.

Tengo entendido que luego de los radicales llegaron los socialistas al club, ¿cómo fue esa etapa?,

Para el año 1921 los socios del grupo fundador se fueron y fue ahí que se  acercaron los socialistas. ‘Así como la muchachada fundadora fue claramente radical, la segunda y tercera generación de villamitrenses fue mayoritariamente socialista’, dice el libro (Historia del Centro de Fomento y Cultura Villa General Mitre). Aún así, nunca vincularon al Centro con actividades políticas que pudieran desviarlos de su fomentismo. La mayoría eran comerciantes, profesionales, artesanos y empleados. Todos de clase media. Eran grandes lectores y compartían su devoción por el trabajo social.

¿Qué papel cumplieron?

Este era un Centro de Fomento para el barrio, y los socialistas fueron los que hicieron las cosas más importantes. Tenían una biblioteca en Nazca casi César Díaz. La biblioteca Chaikoff. Cuando allí había elecciones los que ganaban venían al club, y los del club se iban a allá. Así llegaron al club. Hubo talentos como Celestino Cardaropoli, José Di Bona, quien tuvo la iniciativa de fundar la Biblioteca Popular Ciencia y Labor.

¿Qué papel tuvo la biblioteca en la historia del club y del barrio?

Acá fue muy importante la biblioteca. Tremendamente importante. La mayoría de los estudiantes venían a estudiar o a buscar materiales de lectura. Se fundó el 25 de marzo de 1923. La biblioteca proveía a la mayoría de los colegios con el material bibliográfico. En los años veinte tuvo su mejor época, hubo un gran movimiento de gente, de consultas sobre libros, de préstamos. Fue fundamental para el barrio. De acá salió la asociación de ajedrecistas “Jaque Mate. La biblioteca estaba entre las 11 más importantes de la ciudad. Antes se ubicaba donde está ahora el buffet. Y luego se hizo el edificio en el que está ahora. Cumplió una función muy importante porque desde ahí se fomentó para implementar obras como el entubamiento del Arroyo Maldonado, la plaza Roque Saenz Peña, las luces, la red cloacal, el itinerario de colectivos. Lo mas importante que hubo en Villa Mitre para el desarrollo de la comunidad fue Ciencia y Labor y en forma mas general y para ser justos, las Asociaciones Vecinales fueron las que constituyeron la ciudad.

¿De qué manera?

En el club se debatía, había grandes discusiones políticas, la participación vecinal era muy importante. Uno de los acontecimientos que mas recuerdo fue cuando ocurrió la famosa inundación del año 30 que hizo un desastre. El club en ese momento hizo un acto muy grande en Belaustegui y Artigas para movilizar al barrio. Hubo mucha gente, los socialistas eran realmente fomentistas. Por eso se le puso Juan B. Justo a la avenida. Las veredas de esa avenida originalmente eran todas rojas.

Raúl no para un segundo. Habla emocionado y constata con el libro para tratar de no errarle con los nombres y con las fechas. “Más que nada el objetivo del club era el fomento del barrio. Hubo gente talentosa que hizo mucho para conseguir cosas: el correo en la calle Luis Viale, el primer Registro Civil. Hubo un periódico que se llamaba Villa Mitre que jugó un gran papel para ello. Lo dirigía Marchese. Hasta que en el 56 se dejo de editar”.  

¿En qué lugares estuvo el Centro de Fomento?

En el año 1918 el Centro estaba en Condarco y Cesar Díaz. En el ‘22 cambió de sede a Artigas 1928. Luego se traslada a Nazca 1750. En el año 1926 dirigentes del Centro se entrevistan con el presidente Marcelo T. de Alvear y se regresa a Artigas 1799. Con la gestión del brigadier Cacciatore en los ’70 se les cambió el nombre por Asociación Vecinal.

Raúl desea tanto volver a tener la biblioteca en el club que le es imposible tomar una posición sin fanatismo: “Cuando me fui a Mar del Plata, en el ’54, la dirigencia del club hizo un gimnasio y sacó la biblioteca. Regalaron o vendieron todos los digestos municipales, que decían las calles, sus nombres, cuando se  pavimentaron, etc. Se perdió una gran cantidad de material histórico. Cuando volví armé otra biblioteca y conseguí 3500 libros que nos dieron del club que estaba en Gaona y Gavilán. La mayoría eran policías. Jugaban al poker y tenía la biblioteca como tapadera. Y Cuando ese club cerró, traje los libros para acá”.

Este hombre que asegura ser nacido “acá, en el arroyo” desvía la mirada tratando de observar e imaginar aquel viejo barrio de Villa Mitre: “Esto era todo descampado. Villa Mitre quedaba entre la ciudad de Flores y Belgrano. Se conocía por el arroyo Maldonado. Era importante por la Calle de las Carretas (hoy Donato Álvarez), empedradas estaban Nazca, Artigas y Cuenca. Las demás eran todas de tierra.”

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En la década del veinte se empieza a urbanizar y el Centro tuvo una gran importancia: “En aquellos tiempos no existían las políticas de Estado. Por eso se pusieron los socios honorarios que  pedíamos y trabajábamos por el barrio. Lo primero que se hizo fue instalar el agua corriente, cloacas, alumbrado público y eléctrico. El entubamiento del arroyo Maldonado tardó mucho tiempo en llegar a Condarco, hasta la altura donde estaba el club. Y ahí ‘se armó la podrida’ porque hubo una inundación muy grande en la cual murieron dos chicos. La decisión de Ciencia y Labor fue el entubamiento del arroyo Maldonado y se pidió hasta que se logró. También se consiguieron muchísimos ladrillos para fabricar casas. Y se ‘embromó’ para que se abriera la calle Artigas para que llegara hasta el ferrocarril San Martín. Los asfaltos de las calles son del ’40. Una de las últimas que asfaltaron fue Gavilán. En el 45, 50, con el peronismo adquirió mas importancia esta zona. El contexto de post-guerra ayudó a terminar de urbanizar el barrio.”

¿Cómo se proyecta  el club de cara al centenario?

Yo soy de la escuela de los viejos que son puro sacrificio. Hemos proyectado salir otra vez a la calle con el club. Que el club vuelva al barrio. No puede ser que en su centenario Ciencia y Labor no exista. Si fue el que hizo Villa Mitre. Vamos a salir otra vez a la calle porque la contención de los chicos tiene que ser prioridad. Acá, al chico se lo educaba. Si jugabas al fútbol te tenías que bañar, sino al otro día no practicabas. El club tiene que cumplir una función social, cultural y deportiva. Nosotros estamos asociados a dos torneos de fútbol: FAFI y FEFI. Yo siempre estuve en contra porque ahí es donde se venden a los chicos. Entonces los chicos no vienen a disfrutar, el padre quiere que el pibe sea Maradona y los pillos los usan. La base fundamental no es ser competitivo sino ser deportista. El chico tiene que venir para disfrutar. 

¿Y el gobierno de la ciudad podría ayudar a este objetivo?

La comuna se ha olvidado de las Asociaciones Vecinales. La contra que tienen son los CGP (Centro de Gestión y Participación). Porque las 15 comunas que van a hacer es todo política, mentira que es para “los vecinos”. Son unos atorrantes. Antes, los Centros de Fomentos teníamos que mandar tantas cartas por año para que te den un subsidio chico, ya sea por cualquier cosa, por ejemplo una lamparita. Eso lo reemplazaron indirectamente los CGP, pero la mayoría de las veces, te dan algo si le sacan rédito político a lo que hacen

¿Entonces qué medidas concretas piensan tomar para que los chicos del barrio vuelvan a Ciencia y Labor?

Traer una mesa de ping-pong, metegoles, pero sin ficha. Nada de pagar por el metegol o para jugar con esas maquinitas que desvirtúan toda la esencia de la criatura. El chico tiene que crecer sano. Apuntamos a eso. A tener computadoras, poner una maestra de apoyo y a que todos los colegios del barrio usufructúen del gimnasio. Un club es para contención del chico que va al primario, para el que va creciendo. Ese chico en el futuro va a ser socio y a participar en las actividades del club. Con el fútbol competitivo no, porque los traen para que sean cracks y cuando ven que lo pueden ubicar en otro lado se lo llevan y te quedás sin juventud. Tuvimos serios problemas de juventud por las malas políticas sociales de muchos dirigentes anteriores. Este fue un club bastante cerrado durante los últimos años. Ahora se está abriendo otra vez. La CD actual asumió hace  unos meses y apunta a eso.

¿Cuál es el rol político que debería ejercer un club?

Por ejemplo ir a la Dirección de Cultura para ver que programa tiene para traer, ya sea para hacer conferencias, cine, elevar la cultura del barrio. No importa que no tengan la intención de fomentar genuinamente la cultura, porque  tratan de especular políticamente. A eso lo llaman voto. Nosotros estamos en otra cosa. Tenemos que traer un médico, un pediatra, una abogada. Esa es la función de un club. Conseguir cosas para los vecinos e integrarlos.

Usted que tiene tantos años en el club ¿nos podría contar alguna anécdota?

Cuando fue lo de la epidemia de poliomielitis salimos a pintar todas las calles, los cordones y los árboles de cal. Eso lo hizo Ciencia y Labor. Otra fue cuando el colectivo 22, que era de la Corporación, se incendió en Tres Arroyos y Andrés Lamás y murieron todos carbonizados. Nunca más funcionó. También en la esquina de Artigas y Cesar Díaz, donde antes estaba el colegio República de México, Quinquela Martín siempre venía a pintar. Un recuerdo muy lindo es cuando en la plaza Roque Saenz Peña, que quedó muchos años fue un baldío con terraplén, venía el ejército de Palermo con la caballería y paraban en la plaza para seguir para Campo de Mayo. Allí la gente vendía pastelitos para hacer unos pesitos.

¿Recuerda los nombres viejos de algunas calles?

Luis Viale se llamaba Monje. Artigas, Sudamérica. Donato Álvarez, Bella Vista.  Belaustegui, Monte Dinero. Tres Arroyos, Montes Mont. Galicia, Virgen. Remedios Escalada de San Martín, Deseado. César Díaz, San Sebastián. Margariño Cervantes, Esperanza. Camarones y San Blas, Médanos. Esos eran todos los cabos del sur, cabos geográficos, marítimos. Gaona y Jonte se llamaron siempre así.

A pesar de recordar con nostalgia el pasado del club y del barrio, asegura que el artista más conocido que tuvo el barrio es bien contemporáneo: “Y… Pappo. Los Napolitanos tenían la fábrica de caldera en Juan B Justo entre Artigas y Buffano. Carlos fue un gran jugador de fútbol de Atlanta, jugaba de half. Y el hijo después tocó la guitarra y se hizo muy conocido. Otro fue Pugliese de la orquesta de D’arienzo. También fueron importantes: Adolfo, José, Raúl, Rosita y Elba Verón. Eran de orquesta típica.

¿Qué espera usted en un futuro de Villa Mitre?

Acá hubo un problema. El barrio se paró cuando Cacciatore quiso hacer la autopista por César Díaz. Se frenaron las construcciones, nadie sabía que iba a pasar porque se iba a cambiar toda la fisonomía del barrio. Al barrio le falta un correo, una telefónica. Una de las últimas cosas que hizo el club fue lograr que pase el 113 por la esquina. Vamos a proyectarnos en cultura y en movimiento de los chicos. Hay que reactivar la biblioteca y hacer que el club vuelva a ser la casa de los chicos del barrio. Se esta sumando gente nueva con ganas de construir un futuro mejor para la institución y el barrio y eso es muy bueno.

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