Facultad de Agronomia: compromiso y planificación para la post-pandemia

La pandemia del COVID-19 y las medidas de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio-ASPO- impidieron o condicionaron la continuidad de múltiples actividades, entre ellas las desarrolladas por la Universidad Pública. Con variaciones entre los distintos lugares, podría decirse que la mayor parte de las actividades de enseñanza y de investigación pudieron sostenerse en la virtualidad, lo que no siempre fue posible con actividades de extensión y servicios; no obstante, el compromiso de parte de la comunidad universitaria hizo posible sostener y recrear algunas líneas de trabajo trascendentes.

De esa presencia se destaca el rol de los hospitales y servicios de salud y el de algunos laboratorios, así como las iniciativas relacionadas con la alimentación saludable y la economía social solidaria. Sin contar aún con un inventario de estas últimas, destacamos dos de las relacionadas con el Área Metropolitana de Bs. Aires-AMBA entre las varias que nos tocan más cerca, ya que involucran a la Facultad de Agronomía-FAUBA y a la Universidad Nacional de La Plata, y a productores familiares cercanos.

Facultad de Agronomía-UBA y “Bolsón Soberano”.

El Proyecto “Bolsón Soberano”-BS de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria-CaLiSA se inicia hace cinco años, como Proyecto de Extensión de la FAUBA, en el contexto generado por el innovador y masivo espacio de encuentro y articulación del consumo, la producción y la cultura representado por la “Feria del Productor al Consumidor” -y de la Economía Social- creada en 2013. Inicialmente el BS trataba de complementar con entregas quincenales, las verduras de estación que organizaciones de productores familiares comercializaban en la feria mensual.

Esta oferta se fue ampliando con productos de otros feriantes, hasta que el cierre de la FAUBA por la pandemia impidió la continuidad de la Feria y la entrega del BS en el predio.

Desde marzo 2020 los feriantes desarrollaron diversas estrategias virtuales y semipresenciales, con resultados económicos diversos según rubros, adecuaciones, conocimientos, recursos, etc., a pesar de lo que mantuvieron una dinámica organización, lo que también sucedió con el equipo del BS. A pesar de las restricciones sus integrantes decidieron sostener la responsabilidad que, como universitarios y ciudadanos, habían contraída con las familias productoras y consumidoras, dando continuidad a su accionar mediante entregas “puerta a puerta” de los pedidos recibidos.

Esfuerzo sistemático y aciertos comunicacionales sumaron numerosos consumidores al Proyecto -algunos en “puntos soberanos” o “nodos”- lo que permitió comercializar -básicamente en Bs. Aires- 900 bolsones/mes de 5-7 Kg de hortalizas. Superando los problemas logísticos y la carencia de infraestructura, se diversificó la oferta y fortaleció la red de productores y consumidores participantes, demostrando que la economía social solidaria puede contribuir a la alimentación sana, segura y soberana de todxs.

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