«El mar cura todos los males de los hombres», la máxima de Eurípides en la Antigua Grecia fue comprobada por médicos y científicos de todo el mundo, partiendo de las investigaciones de hace más de 100 años del biólogo francés René Quinton, (1867 – 1925) quién demostró que las células de cualquier ser vivo, ocupe la posición que ocupe en la escala animal, nacen y viven en condiciones acuáticas. Lo novedoso es que el plasma sanguíneo humano tiene una composición casi idéntica al plasma marino.
A partir de este descubrimiento, sus conclusiones fueron contundentes: “el mar es un gran plasma puesto que el líquido donde nadan nuestras células es análogo al agua de mar”; el agua del mar puede considerarse el equivalente al plasma del planeta”.
Tras diversas investigaciones en Universidades públicas y privadas, los análisis realizados del agua de mar muestran que aporta 84 elementos biodisponibles a temperatura biológica, desde derivados prebióticos del carbono, como aminoácidos hasta azucares y vitaminas.
El Dr Quinton demostró que por sus propiedades el agua de mar puede curar numerosas enfermedades y que además, tonifica el corazón, mejora la capacidad respiratoria, reduce la retención de líquidos y potencia la osteogénesis por el aumento de la fijación de calcio y fósforo.
Una de las propiedades radica en su capacidad como antibiótico y bactericida y la ventaja con respecto a los medicamentos, es que impide la proliferación bacteriana, eliminando las bacterias nocivas.
Los beneficios del agua de mar
El premio Nobel en 1931, Otto Warbürg, demostró que las enfermedades se desarrollan en medios ácidos y pobres en oxígeno y, por lo tanto, “donde hay alcalinidad y oxígeno no puede haber enfermedad, ni cáncer”.
Si las zonas de nuestro medio interno tienen un pH alrededor de 5, el agua de mar lo tiene de 8.5, con lo cual, tomando agua de mar contribuimos a aumentar nuestra alcalinidad y dificultamos el desarrollo de agentes patógenos.
Todos los elementos esenciales para la constitución de los carbohidratos, las grasas y las proteínas, imprescindibles para la vida de los organismos, se encuentran en el agua de mar: hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, magnesio, manganeso, sodio, potasio, calcio, hierro, fósforo, flúor, sílice y yodo.
Si al organismo le faltan las vitaminas, todos sabemos que los minerales se pueden absorber, pero si le faltan los minerales, las vitaminas no se absorben. De aquí la importancia del plasma marino que contiene todos los minerales de la tabla periódica de Mendelyev, en la forma de macro y micro nutrimentos infinitesimales (trazas) que permitirán la absorción de las vitaminas imprescindibles en los procesos enzimáticos de la célula.
El agua de mar es disolvente, antibiótica y bactericida.Así lo confirmó clínicamente el Dr. Georges La Fargué con estudios realizados en Suiza, diciendo que es el mayor disolvente natural que tiene nuestro Planeta. Disuelve variedad de sólidos, líquidos y gases y es un potente antibiótico y bactericida.
En Nicaragua, las autoridades nacionales han institucionalizado desde el 2010 la ingesta de agua de mar como medicina oficial, equiparándolas con la medicina tradicional y el país tiene dispensarios marinos en todo su territorio para abastecer a la población en forma gratuita.
Es un tema que merece que cada uno investigue, se informe para encontrar una medicina natural de efectos impensados y combatidos por la medicina tradicional. Información y asesoramiento en Facebook: Agua de mar Salud y Vida de Griselda Donatucci.