El verdurazo en la ciudad reclama una ley para acceder a la Tierra

Se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires un verdurazo que duro tres días para hacer visible una situación muy compleja de los pequeños productores que abastecen con grandes dificultades y carencias, la comida básica de los argentinos.

La enorme mayoría de las verduras que consumimos en las grandes ciudades se produce en los cordones hortícolas que las rodean; y la enorme mayoría de esos productores y productoras trabajan en tierras de las que no son dueños.

La mayorías de las familias quinteras trabajan pequeñas parcelas alquiladas a precios exhorbitantes, impedidos por contrato de construir viviendas dignas y plantar árboles, en larguísimas jornadas de trabajo, y condicionadas en lo productivo ya que sin seguridad de continuidad se hace muy difícil encarar la mejora del suelo que el modo de producción agroecológico requiere.

En este contexto miles de familias se vienen organizado en la Union de Trabajadores por la Tierra (UTT) y desde ahí se han planteado alternativas de producción y comercialización: pasar a producir de forma agroecológica y abrir espacios de venta directos a los consumidores. Los beneficios de estos cambios son evidentes al instante. Pero el acceso a la tierra sigue pendiente.

Por eso se plantea la iniciativa del Fiduciario Público de Crédito para la Agricultura Familiar (D-883/2018): créditos blandos para que la familia campesina pueda ir comprando la tierra donde trabaja y vive.

Que millones de personas de las grandes ciudades podamos acceder a alimentos sanos a precios justos depende de que esos miles de productores puedan estar en la tierra con dignidad, sin explotación, produciendo como aprendieron de sus abuelos, con canales de comercialización de cercanía y confianza. No hay Agroecología ni Soberanía Alimentaria si la tierra no está en manos campesinas.

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