El arzobispo de Buenos Aires García Cuerva a los legisladores: “Muchachos, por favor, no se aumenten los sueldos”

Por Lucas Schaerer

 “Muchachos, por favor, no se aumenten los sueldos”, exclamó el arzobispo porteño, Jorge Ignacio García Cuerva, metiéndose de lleno ante el escándalo de los aumentos de sueldos en los cargos del gobierno nacional (incluyendo la empresa estatal-privada YPF) como en el Senado nacional.

La advertencia de García Cuerva, en la homilía tras la multitudinaria procesión de devotos de San Expedito, impacta en el presidente Javier Milei y su segunda, Claudia Villarruel, porque vienen de un clérigo con diálogo y cercanía a partir de la invocación religiosa en la Catedral Metropolitana, ocurrido el primer día del nuevo gobierno nacional, el 10 de diciembre, además tuvo la deferencia de la bendición al despacho de Villarruel en el Senado y antes haber asumido, aunque ya electa por el voto popular, la recibió en su oficina del arzobispado porteño, donde años atrás entre esas paredes atendía Jorge Mario Bergoglio.

Por otro lado, los devotos del santo de las causas urgentes y justas aceptaron las palabras del arzobispo, de allí que lo interrumpieron con sus aplausos en reiteradas oportunidades de su homilía dada tras la procesión por los 20 años de la presencia de San Expedito (un comandante legionario romano del siglo III y IV convertido a la paz gracias a Jesucristo) en la iglesia Nuestra Señora de Balvanera, en el conocido barrio de Once, más precisamente en la esquina de la calle Bartolomé Mitre y Azcuénaga, a cuatro cuadras de la estación terminal de tren y colectivos.

García Cuerva dirige la archidiócesis de Buenos Aires, entonces desde ese cargo de poder eclesial dijo que “también le venimos a decir a San Expedito agárranos fuerte. Estamos en tiempos muy complicados. No queremos perder la esperanza. Cada uno hace un esfuerzo gigante. Háganlo todos muchachos, por favor, no se aumenten los sueldos, hagámoslo todos”, lo interrumpieron los aplausos de la gente.

La multitud reunida por la fe no lo dejaba seguir con la homilía. Entonces el arzobispo vuelve a hablar por encima de los aplausos: “perdónenme pero realmente uno ve que cada uno le viene poniendo el lomo, a veces los abuelos eligen a veces de comer algo menos para pagarse el remedio, los papás con los útiles escolares, los que están buscando más laburo, dale hagámoslo todos, no queremos perder la esperanza, queremos sacar a nuestro país adelante, esa es la causa más justa y más urgente (lo vuelve a repetir)”, la gente retoma el aplauso, “queremos una Argentina grande, una Argentina fraterna, una Argentina para todos, queremos todos vivir bien”.

García Cuerva viene de estar reunido durante cinco días, un retiro laboral, con los obispos de todo el país, unos 97 sumando obispos auxiliares y eméritos (jubilados de las funciones administrativas), y desde allí que incluyó en su homilía a todos los gobernadores eclesiales del país: 

“los obispos decimos que hace mucho tiempo venimos mal pero nuestro pueblo le pone garra y esperanza. Y hoy quisiera que más allá de las causas justas y urgentes de cada uno tiene y que Dios conoce, la causa de todos, de nuestra Argentina, no nos dejemos resignar, pide por favor que no aplaudan más, que ya está, el esfuerzo hagámoslo todos.

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