“Eameo”: La sátira al orden del día

Por Santiago Carrillo

Eameo es una página de Facebook que propone humor satírico en imágenes montadas: apelan a la coyuntura de la cultura popular, desde la política hasta los deportes. Con el arma de la risa les pegan a todos y aseguran que no discriminan al sujeto burlado porque “con el chiste no se jode”.

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Actualmente, el equipo está conformado por diez personas entre 30 y 50 años, y se conocen gracias al blog humorístico La Firma. Se dedican a diversos oficios como publicidad, diseño gráfico y trabajos administrativos en oficina, aunque con una sonrisa que busca complicidad asumen que “no son conocidos por trabajar”.

Cuatro de sus integrantes, que prefieren utilizar seudónimos, se encuentran en una confitería cercana al centro porteño. “El Dylan”, un alegre muchacho de 32 años que tiene patillas al estilo Kicillof, pide un cortado en jarrito; “Pato”, una tímida chica de piel morena de 33 años, se conforma con sentarse; “El Migue”, extrovertido y ocurrente personaje de 43 años que posee una barba esponjosa, ordena un café con leche; y “Romualdo Quiroga”, elocuente señor de 47 años, es el más oportuno al escoger un café y tres vigilantes.

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Los simpáticos humoristas gráficos, que no dejan pasar una oportunidad para introducir una broma, definen a Eameo como “una trituradora de carne que agarra las cosas malas y las convierte en graciosas”.

-¿Qué objetivos se plantearon cuando crearon Eameo?

El Migue: -El primer objetivo es divertirnos. La intención no es que le guste a la gente, sino a nosotros. De hecho, las imágenes comenzaron a girar entre un chat interno y después hicimos la página para que quede almacenado. Después, en una semana tuvimos 30 mil seguidores: fue increíble.

Romualdo Quiroga: -Todo comenzó cuando un compañero hizo una convocatoria en un chat, armó un “dream team” y arrancamos todos juntos. Nació con la idea de hacer algo más libre y que no esté limitado.

El Dylan:- Justamente, todos nos conocimos por esa charla virtual. Éramos los que más participábamos en La Firma, una página que hace imágenes con juegos de palabras, y de tanto comentar las publicaciones nos conocíamos, pero sin haber entablado trato directo.

-¿Se juntan a discutir las producciones?

E.M.: -Nos juntamos más que nada a escabiar.
E.D.: -A veces alguno tira un chiste y lo hacemos en el momento, pero no es la idea. El objetivo es juntarnos más allá de una computadora.

-¿Cómo encuentran la neutralidad en sus producciones que hizo posible que los sigan más de 200 mil personas?

E.M.: – Cada uno tiene su ideología personal, por supuesto. Todos pensamos diferente, entonces, en Eameo no hay ideas que rendir tributo.
Pato: -Somos neutrales por la suma de las distintas formas de ver al mundo.

-De todos modos, hay personas que suelen sentir herida su forma de pensar por ciertas bromas, ¿Qué análisis hacen sobre la susceptibilidad subjetiva?

R.Q.: -La gente suele tener puesta la sensibilidad en pavadas.  En las redes sociales sustituyen el debate típico de café. En la actualidad, parece que a las personas les gusta pelearse.
E.M.: – Nosotros hacemos un chiste y de repente se arma un debate muy serio: discuten fuerte, se insultan y se enojan. Hay una demonización del que está parado en la vereda de en frente, en la que parece que hay buenos y malos, blancos y negros que no dejan ver a los grises que siempre están presentes.

-¿Dónde se encuentra el humor entre ese absolutista blanco y negro de la sociedad?

E.M.: El humor es a colores.
E.D.: El humor está parado de afuera, mirándolos y riéndose.

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-Algunos medios de comunicación parecen empeñados en mostrar solamente las tragedias que suceden en el mundo. En este sentido, ¿Qué rol cumple la comedia como constructor social y cultural?

R.Q.: -La risa relativiza las cosas. Pone en cuestión lo que el mandato social ordena que “tal cosa” haya que tomarla en serio.
E.M.: El humor no tiene límites; lo que tiene límites es la gente para el humor. Es válido hacer chistes con cualquier cosa.

¿Qué opinan sobre lo sucedido con la revista francesa Charlie Hebdo que por un chiste sobre Mahoma, unos terroristas asesinaron a 10 de sus periodistas, en enero pasado?

R.Q.: -Hablaron de lo que no tenían que hablar.
E.M.: -Si uno no se anima a pegarse un corchazo, se hace un chiste sobre Mahoma y alguien le va a hacer el favor.

-¿Tuvieron miedo alguna vez de que les pase algo similar?

E.D.: -Le tenemos más miedo a Facebook que a la gente.

-¿Por qué?

R.Q.: -Muchas veces nos censuraron alguna foto porque hay un semi desnudo. Pero nosotros buscamos la asociación de ideas: nunca mostramos algo repulsivo ni se nos ocurrió hacer chistes con desgracias.
-Sin embargo, gracias a Facebook tuvieron una notoria repercusión en la gente.

Entonces, ¿Qué rol cumplen las redes sociales en la actualidad?

R.Q.: -Hay gente que coge más.
E.D.: -La realidad es que cubren muchos frentes: hay redes sociales si uno se quiere reír, si se quiere acostar con alguien, si necesita trabajo. Está bueno porque se encuentra lo que se necesita.
E.M.: Tal vez creen que encuentran lo que necesitan; hay que entender que solo son herramientas. Sin embargo, el punto más importante es que democratiza la opinión.

 ¿La política es el campo más fértil para explotar el género de la sátira?

Todos: ¡Seeeeeeee!
E.D.: -Nosotros estamos parados en el área chica y no nos dejan de mandar centros.
E.M.: -Además, reírse de políticos es completamente legítimo porque es un sector muy odiado por la sociedad. Como el chiste de Patricia Bullrich con la botella en la mano: si a una diputada le sacan el auto por estar alcoholizada, la va a pagar toda su vida.

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