Cuestión de género

 Por Macarena Gagliardi*

chola

América Latina es machista. No hay duda.
Tal vez algunos lectores piensen: “comentario de mina”.
Pero ser “mina” no anula los hechos.
Un tercio de las mujeres de todo el mundo ha sufrido en algún momento violencia física o sexual, según la Organización Mundial de la Salud (2013). Y el principal lugar del abuso es en sus casas(Organización de las Naciones Unidas – ONU).
En Estados Unidos, una mujer es agredida cada 15 segundos. Mientras que en América Latina, entre el 30% y el 40% de las mujeres sufre algún tipo de violencia en la familia (ONU Mujer).
Las cifras son abrumadoras y la historia tiene larga data.
El 25 de noviembre de 1960, una activista dominicana aparecía muerta con sus dos hermanas y el conductor del jeep que las transportaba. Algunos consideran ese día como el comienzo del fin de la era trujillana en República Dominicana.
El 25 de noviembre de 1981, en honor a las hermanas Mirabal, se realizó en Colombia el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe.
Este día fue elegido para marcar la lucha de las mujeres latinoamericanas contra la violencia. En 1999, la ONU lo convirtió en el día internacional de la No Violencia Contra la Mujer.
La cifras en América Latina hablan solas: el 45% del sexo femenino afirma haber sido amenazado por su pareja (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2013).
Hoy, la violencia de género es calificada de “pandemia” en nuestra región.

Bolivia a la cabeza

Entre los países de América Latina con mayor registro de violencia de género, están a la cabeza Bolivia (52%),  Colombia (39%), Perú (39%) y Ecuador (31%), según la ONU (2013).
En Bolivia, nueve de cada diez mujeres son víctimas de algún tipo de violencia. Y el 87 % sufre abusos domésticos (Instituto de Estadísticas y el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades).
El pasado octubre, con motivo de la cobertura electoral para la BBC de Londres, realizamos una entrevista al presidente Morales.
Martes 6 AM. Junto a otros colegas esperábamos a Evo. Yo era la única mujer en el salón. Fui la última persona a la que saludó.
No es de extrañar que en sociedades machistas, por carácter transitivo, sus presidentes también lo sean.
Durante la entrevista, surgió la pregunta por las acusaciones de las feministas sobre su actitud. Morales las adjudicó a que cantó “una copla popular durante un carnaval y hay coplas que son muy picantes”.
Luego, aclaró: “En mi familia, la mujer es sagrada. Mi padre decía que no hay que pegar a la mujer porque es como pegarse a si mismo, ya que la mujer es una costilla del hombre”.
Al hablar de la cuestión, el presidente soltaba con naturalidad frases presupuestas en defensa de las mujeres.
“Y mi madre decía: Evito, si quieres casarte, a la mujer no debe faltar casa  ni plata. No sé si es una mentalidad machista pero…”
Acaso las altas cifras de violencia contra la mujer y las acusaciones de los grupos feministas tuvieron efecto
Una vez reelecto presidente, Evo se reunía con organizaciones feministas para firmar un decreto de mayor contención en caso de violencia doméstica.
Morales reconoció la falta de acceso a la educación y al trabajo en la población femenina.
“Hay un problema que es responsabilidad del estado: dar oportunidades y profesionalizar a las mujeres. Si una  compañera fuera profesional y pudiese mantener a su familia, podría dejar al maltratador.”
Pero en Bolivia, como en el mundo, los derechos de muchas mujeres aún no se respetan.
Durante el viaje a La Paz, también conocí a Justa Canaviri – cocinera y conductora televisiva.
Su programa se llama “La Justa”. Y entre recetas de cocina, trata temas sociales, políticos, culturales y cuestiones de género .
La chola más famosa de la TV tiene un objetivo claro: “Quiero transmitir valentía a mis mujeres, que alcen su voz, digan basta. Ya no queremos ser más las mujeres que reciban un salario de un marido que diga que nos quiere pero nos golpea”.
En la actualidad, resulta difícil hablar de violencia de género sin hacer alguna referencia a la población LGTB (lesbiana gay transexual bisexual).
En Bolivia siete de cada diez personas LGTB son víctimas de amenazas e insultos, le siguen la humillación y los golpes.
“Creo que todavía tenemos algunas barreras que debemos romper”, dijo Canaviri.

Cuestión de educación

“Eso sí, hay machismo. Y es una cuestión de mentalidad, no solamente es cuestión de norma”, dijo el presidente de Bolivia durante la entrevista.
A pesar de las legislaciones y los organismos para cuestiones de género, la situación es todavía grave en la mayoría de los países latinoamericanos.
Aquí nomás, en nuestra madre patria, sobran los casos como el de Melina y su cobertura mediática centrada en los gustos o la vestimenta de la joven.
También sobran los programas televisivos en los que hay una  “mujer-objeto” semidesnuda a un costado del set, rodeada por un plantel de hombres.
Mientras tanto, faltan medios que hablen de manera comprometida sobre esta cuestión.
Porque no es sólo cuestión de género. Es un tema que involucra a toda la sociedad sin importar edad, clase social, afiliación política o gustos sexuales.
Pero hay signos de cambio:  los movimientos como Varones Antipatriarcales,  los artistas que trabajan el tema y las iniciativas en redes sociales que suman miles de adherentes contra la violencia de género.
También, y a nivel mundial, asoman campañas que buscan cambiar el pensamiento social programático con actos cotidianos. Por ejemplo, las que apuntan a cierto tipo de verbalidad o mirada en la calle como acosadoras.
Porque las mujeres tenemos derecho a caminar vestidas como queramos sin ser observadas, habladas, interceptadas. Así como los hombres circulan sin experimentar el acecho.
Y para concluir cito a la Justa Canaviri: “Creo que la mujer está perdiendo ese miedo a hablar, a decidir, a hacer cosas. Es un reto muy importante que tenemos”.
*Productora periodística y artista audiovisual

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