Invasión de mosquitos en Buenos Aires.
Como prevenir el dengue
En los últimos tiempos, miles de mosquitos invadieron la ciudad y los vecinos se acercaron a diferentes centros de salud presentando síntomas similares a los del dengue. Esto desató el alerta frente a la enfermedad.
Otra vez lo mismo. La falta de prevención primaria, la escasa información a tiempo, la imposibilidad al acceso a medicamentos o repelentes, la especulación frente a la desesperación de los demás, el manejo incorrecto de información, improvisados en el tema de salud pública; subestimación de la enfermedad y los casos de dengue que durante el fin de semana se suscitaban en distintas provincias del país, en pocas horas se convirtieron en cientos y los mosquitos llegaron a nuestra ciudad.
El dengue es una enfermedad viral, que puede ser causada por cualquiera de los cuatro serotipos o variedades diferentes del virus.
El mismo se transmite por medio de la hembra del mosquito Aedes aegypti. Al picar un individuo infectado con el virus, el mismo pasa al insecto, el cual lo llevará hasta el nuevo individuo que picará. El mosquito constituye el vector de la enfermedad, es decir que no la padece, solo la transmite.
Razón por la cual, una de las formas de prevención más importantes, es cortar su ciclo de vida por medio de la fumigación. Otro factor importante en la prevención, es aislar al enfermo, para evitar que sea nuevamente picado, pudiendo así adquirir otra variedad del virus e incrementando la gravedad de la enfermedad que padece. Así mismo, al aislarlo se impide la diseminación de la enfermedad en la zona.
Cuando un individuo adquiere dengue, generalmente, si es hospitalizado o tratado a tiempo, se recupera luego de unos días. Durante ese tiempo, el organismo habrá desarrollado anticuerpos para ese serotipo de virus, pero queda expuesto a los demás. Siendo, en este caso mucho más graves las consecuencias de llegar a adquirir nuevamente la enfermedad.
Fiebre, dolor detrás de los ojos (retroorbital), en músculos, huesos y articulaciones y en algunas ocasiones sarpullido en el tronco, son algunos de los síntomas del dengue clásico que puede aparecer a los 5 o 7 días de haber sufrido la picadura. En el caso del dengue hemorrágico, que es la versión más grave de la enfermedad, y es la que generalmente se adquiere luego de volver a padecerla, se suma la presencia de hemorragias en diferentes partes del cuerpo, inflamación corporal, dificultad al respirar, vómitos, diarreas y falta de apetito.
Aun no existe vacuna para la enfermedad, por lo cual lo único que tenemos para hacerle frente es una prevención responsable y permanente. La misma consiste en evitar acumular agua en recipientes, como floreros, neumáticos, botellas, baldes y hasta tapitas. Ya que cualquier volumen de agua, por mínimo que sea (prefiere aguas poco profundas) alcanza para permitir que el mosquito se desarrolle en su etapa larval. Allí la hembra desova entre 100 a 300 huevos, que comenzaran a pasar distintas etapas hasta llegar al mosquito adulto.
En caso de ser necesario almacenar agua, debe procurarse que sea en recipientes tapados. Por otro lado la fumigación constituye otro eje importante en la lucha contra el dengue, así como el uso de repelentes, mosquiteros, etc.
Fuente www.ellitoral.com/diarios
Fuente: “Sistema de Información técnica” Dra. Susana Feldman, Ing, Agr.
Miriam Bueno, Ing. Agr. Carlos Bisquerra. Cátedra de Biología.
No es una enfermedad desconocida en nuestro país, se sabe que en los meses de temperaturas cálidas aumenta la población del vector. También, las autoridades responsables, conocían que Bolivia estaba siendo acechada por una fuerte epidemia, razón por la cual las provincias cercanas debían haberse puesto en un plan preventivo serio y responsable de inmediato y no subestimar la enfermedad.
Sin dudas fueron errores en el manejo, errores que por supuesto no pagan los que se equivocaron, sino que los padecen los que menos tienen.
Lic. Gabriela Maggiotti
Si tiene dudas al respecto:
Línea Dengue del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez (011) 4963- 8705