Desde que Larreta tiene mayoría en la Legislatura se aceleró fuertemente la enajenación de tierras públicas para negocios inmobiliarios privados, en este caso, se aprobó en primera lectura el proyecto del Ejecutivo porteño para vender el predio ferial El Dorrego, en el barrio de Colegiales.
Se usó como excusa un viejo argumento que ya no oculta su repetida y mentirosa justificación: los fondos se usaran para financiar la construcción de la Plaza Clemente.
Hace 20 años que los vecinos de Colegiales luchan para que la manzana de Enrique Martínez, Conde, Concepción Arenal y Dorrego se convierta en una plaza mientras que el gobierno porteño quería hacer allí torres para viviendas. La pulseada la ganaron los vecinos porque había una ley anterior a la gestión PRO que ordenaba hacer una plaza en ese predio abandonado.
Para hacer la plaza, el gobierno hizo votar esta ley de venta del Mercado Dorrego donde La iniciativa propone declarar innecesario para la gestión pública al predio delimitado por Zapiola, Concepción Arenal, Freire y la avenida Dorrego y al mismo tiempo, autoriza su enajenación en subasta pública.
Como indica el Código de Planeamiento, si el gobierno lo cumple, el 65% de la superficie debería destinarse a espacios verdes que incluyen veredas y calles mientras el resto será para construir edificios de 10 pisos.
Cuando el Gobierno porteño se hizo cargo de El Dorrego arrancó organizando ferias de diseño y luego fue sede de Masticar, la feria de gastronomía.
Los vecinos rechazan esta idea de seguir construyendo torres porque el barrio se encuentra desbordado por el crecimiento y la cantidad de vivienda nueva que se construyó en los últimos años. Pero como lo dice la experiencia en otros barrios como Caballito o Flores, para el ejecutivo porteño es más importante el negocio inmobiliario que los pedidos de los vecinos.
