Una enfermedad endémica que no es solo rural, esta instalada también en la Ciudad de Buenos Aires
Mal de Chagas: Científicos Argentinos generan nuevas esperanzas.
Un descubrimiento esperanzador frente al mal de chagas, fue dado a conocer el 1 de junio de este año, por la revista Clinical Experimental Inmunology. Los responsables de esto fueron científicos argentinos del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular del Conicet, liderado por el doctor Mariano Levin.
En la vorágine televisiva parece haber sido pasada por alto, la importantísima noticia de que un maravilloso grupo de científicos argentinos han realizado un aporte contra el mal de Chagas.
Teniendo en cuenta, que 2 millones de personas en la Argentina padecen la enfermedad y que en América Latina existen 20 millones de afectados, no tendría que haber sido así.
El investigador Mariano Levín viene trabajando en el Mal de Chagas desde hace años. En el 2005, un equipo formado por científicos de diferentes países, descifró el genoma del Tripanosoma Cruzi, Protista, parásito responsable de la enfermedad. En aquel momento, en una entrevista para el Mercurio de la Salud, Levin parecía prever el futuro con sus dichos, aludiendo que al conocer los genes que conforman al agente patógeno, se podrá más adelante, entender por qué se aloja en el corazón y así desarrollar distintas posibilidades para atacarlo.
Y así fue, hace un par de semanas se dio a conocer la noticia de que él y su equipo habían desarrollado un método que logra acorralar cada vez más a este parásito.
Cuando el Tripanosoma Cruzi entra al organismo, el sistema inmunológico, el que nos defiende de todo agente extraño que pueda ingresar, se activa, dando lugar a una serie de reacciones conocidas con el nombre de respuesta inmune. Esta consiste en producir anticuerpos, quienes llevan adelante la defensa de nuestro cuerpo. Lo cierto es que, en este caso, se da una situación particular. Frente al Tripanosoma Cruzi, el organismo genera dos tipos de anticuerpos: unos que rompen su cubierta y otros que reaccionan en el interior de él. Estos últimos se adhieren a las células cardíacas, generando una situación no deseada, ya que alteran el ritmo del corazón (arritmia). Por esto se denominan anticuerpos nocivos. Estas arritmias con el paso del tiempo deterioran al corazón.
El descubrimiento de Levin logra retener, mediante un sistema de filtros a estos anticuerpos y así evitar que se lesione dicho órgano. Posteriormente, la sangre sin los anticuerpos nocivos ingresa a la circulación general.
¿Por qué la importancia de invertir tiempo, dinero y mentes en esta enfermedad?
Porque el mal de chagas es una enfermedad endémica en nuestro país. Se denominan endémicas a aquellas enfermedades propias de una región determinada. Si bien es característica de las provincias del noroeste del país, también son afectados otros países de Latinoamérica como Bolivia, Paraguay y Venezuela. En el noroeste del país se dan varias condiciones que permiten la permanencia, desarrollo y expansión de la enfermedad.
En primer lugar, el clima es propicio para que se desarrolle el vector (organismo que transmite a la enfermedad pero no la padece), que es la vinchuca Triatoma Infestans. A simple vista, es fácil reconocerla por sus franjas amarillas y negras. Este insecto de hábitos nocturnos y hematófaga, (se alimenta de sangre), es conocida como vinchuca domiciliaria, ya que se encuentra en el interior de las viviendas.
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Aquí, la segunda condición propicia para el desarrollo de la enfermedad, la carencia de viviendas dignas favorece al aumento de la población del vector, ya que en el noroeste de nuestro país abundan viviendas de construcción precaria, en especial de adobe y techos de paja, lugar donde normalmente anidan.
La tercera condición lo constituyen la falta de información para los habitantes de las zonas endémicas respecto de la importancia de la fumigación, la protección contra las picaduras de vinchucas, la rápida concurrencia a un centro de salud, la importancia de un tratamiento y sobre otras formas de contagio.
Si la vinchuca posee en su interior al Tripanosoma Cruzi, éste se reproduce en el intestino de la misma. Cuando la vinchuca pica, al mismo tiempo defeca, dejando sus heces con tripanosomas. Al rascarse, el individuo se produce microexcoriaciones (lastimaduras en la piel) facilitándole al parásito el ingreso al organismo donde se genera la respuesta inmune detallada al comienzo.
A su inicio la enfermedad es silenciosa, ya que no se producen síntomas característicos.
Esta enfermedad se contrae vía vector: vinchuca – hombre, vía placentaria: de madre a hijo o por transfusiones de sangre.
Si bien no hay datos estadísticos certeros, la cantidad de afectados es más de la que se estima. Además, esta afección no escapa al panorama sanitario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La cantidad de inmigraciones internas que se han dado en el país en estos últimos años debido a la crisis socioeconómica, o inmigraciones externas, ha modificado notablemente el número de afectados.
En mayo del 2003, en una nota para el diario Clarín, la Red de Enfermedad de Chagas (formada por hospitales públicos porteños) enunció que entre los meses de febrero y abril de ese año se detectaron 750 casos nuevos de mal de chagas en la ciudad.
Entre el 31 de mayo y el 2 de junio de este año, se llevó cabo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la jornada interdisciplinaria de Chagas, organizada por la Red mencionada.
Algunas de las propuestas planteadas se centraron en la importancia no solo del control vectorial de la enfermedad, sino también del chagas adquirido de madre a hijo, en la necesidad de profundizar en las medidas de prevención como fumigación, erradicación de viviendas precarias, distribución de medicamentos, en tiempo y forma, información a la población y elaboración de estadísticas confiables y actualizadas para mantener el control de la enfermedad.
Es inmediata la urgencia de la puesta en práctica de un profundo relevamiento y de la tarea sanitaria de prevención. La cantidad de afectados en América Latina y sobretodo en nuestro país así lo demuestran.
Día a día, los maravillosos científicos argentinos le dedican tiempo al estudio de esta enfermedad que es propia de nuestra región, logrando avances más que esperanzadores, razón por la cual, estas noticias no pueden y no deben pasar desapercibidas.
Por Lic. Gabriela Maggiotti