¿Qué debemos saber sobre la osteoporosis?

Por Dra. Marisia Servidio*

La osteoporosis es definida como una enfermedad del metabolismo esquelético caracterizada por disminución de la densidad y de la calidad ósea. Cuando hablamos de densidad hablamos de la cantidad de material mineral depositado en el hueso, y con respecto a calidad nos referimos a la microarquitectura, es decir la disposición espacial de dicho material unido a sustancias no minerales.

Fisiológicamente los huesos se encuentran en constante estado de remodelamiento  renovando zonas de hueso con lesiones microscópicas por hueso nuevo con el fin de cumplir con las funciones de sostén, locomoción y protección de órganos blandos.

La pérdida de la homeostasis del metabolismo óseo produce estados de alto o muy bajo recambio que deteriora la microarquitectura y la resistencia esquelética.

La osteoporosis es una de las enfermedades crónicas más frecuentes ya que afecta a más de 200 millones de personas en el mundo.

Se estima que 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 8 hombres padecerán una fractura de cadera  por osteoporosis.

Debido a la prolongación de la expectativa de vida se prevé que para el año 2050 pueda duplicarse el número de fracturas sobretodo en países desarrollados.

Esta patología es considerada un problema de salud pública  ya que los costos de internación de fractura de cadera y vertebrales exceden los 190 millones de dólares estadounidenses por año.

Estudios científicos muestran una tasa de mortalidad en el primer año después de la fractura de cadera entre un 20 a 33%.

El diagnóstico se realiza en base a una completa recolección de datos sobre antecedentes personales, imágenes radiológicas, laboratorio general, del metabolismo  fosfocálcico y evaluación densitométrica; y a partir de estos datos se evaluará  la mejor opción terapéutica para el caso particular.

El pico de masa ósea es definida como el grado de densidad ósea que el individuo adquirirá desde la niñez hasta aproximadamente los 30 años y está determinada por factores genéticos,  hormonales, nutricionales y ambientales, la afectación de alguno de estos factores durante ese lapso de tiempo que impacte negativamente sobre este proceso dará como resultado un menor pico de masa ósea lo cual facilitará el potencial desarrollo de osteoporosis. en la adultez.

De esto se desprende la importancia de las medidas preventivas a lo largo de la vida para llegar a la adultez con una buena salud ósea. En este sentido una adecuada nutrición y la realización de ejercicio físico periódico es básico para este fin.

APORTES NUTRICIONALES

El calcio, el fósforo y la vitamina D son los principales factores nutricionales para la prevención de la osteoporosis ya que participan de forma activa en la formación del hueso.

Los requerimientos diarios de calcio en adultos (19-50a) es de 1000 mg y en adultos mayores de 50a  es de 1200 mg.

Las fuentes de fósforo las hallamos en todo tipo de carnes (ternera, pescado, pollo y cerdo), leche, quesos y huevos,  y cereales integrales.

La vit D se encuentra en muy pocos alimentos de manera natural, por lo cual muchos  son enriquecidos con ella, principalmente los lácteos. Los pescados grasos como el atún, salmón y caballa están dentro de las mejores fuentes de vitamina D.

La presencia de proteínas en la dieta asegura un adecuado aporte de aminoácidos y a la vez garantiza el funcionamiento correcto del aparato esqueleto-muscular.

Estudios observacionales han descrito una asociación entre el aporte de ácidos grasos omega 3 y omega 6 en la dieta y una reducción del riesgo de fractura en mujeres postmenopáusicas.

La osteoporosis es una enfermedad en la que se pierde masa ósea. El hueso se vuelve frágil y se puede fracturar.

ACTIVIDAD FÍSICA

La actividad física es un factor determinante para la conservación de la salud ósea. Preserva el control postural,mitiga el dolor y aumenta el bienestar general

Durante la infancia y la adolescencia aumenta la mineralización del tejido óseo. mientras que en la adultez  fortalece el músculo mejorando la estabilidad, el equilibrio y la agilidad lo cual reduce el número del riesgo de caídas y de fracturas osteoporóticas.

Tanto los ejercicios aeróbicos como los anaeróbicos proveen un efecto protector a nivel del sistema osteoarticular.

Existe una amplia diversidad de ejercicios recomendados.

  • Ejercicios en contra de la gravedad utilizando el propio peso corporal como: caminar, bailar, subir escaleras;
  • Ejercicios con resistencia externa: pesas, máquinas, bandas elásticas y ejercicios en el agua.
  • Ejercicios de estabilidad y equilibrio: Tai-chi, mantenerse de pie sobre una sola pierna,
  • Ejercicios que  se pueden realizar sentados para lograr una adecuada postura  y estiramiento del tórax.

Por último, es importante destacar que la salud ósea se construye desde la infancia a partir de una equilibrada alimentación y una adecuada actividad física  para llegar a la ancianidad  en el mejor estado posible  más allá de la adversidades que nos atraviesen.

*Medica especialista del Hospital Álvarez  

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