Peste Porcina Africana: Un futuro cultivado en granjas industriales

Cuando el coronavirus Covid-19 acapara los titulares, otra grave enfermedad mundial desaparece de la vista. En los últimos diez años, una cepa del virus de la peste porcina africana ha devastado las explotaciones porcinas de Europa y Asia, y sus efectos se propagan por toda la industria de la carne. Ya se ha eliminado una cuarta parte de los hatos porcinos mundiales y los costos económicos ascienden a cientos de miles de millones de dólares.

La pandemia de peste porcina africana es producto de la actual industria cárnica globalizada. La mayoría de los cerdos que se han enfermado y han muerto provienen de granjas industriales, sobre todo en zonas donde las empresas han estado marginando la cría de cerdos en pequeña escala.

La enfermedad se ha propagado fácilmente dentro de la red mundial de plantas procesadoras de carne, las fábricas de alimentos para animales y las granjas industriales. La respuesta oficial, sin embargo, ha perjudicado sobre todo a los pequeños productores de cerdos. Están siendo eliminados, mientras las grandes empresas transnacionales de la carne convierten una vez más una pandemia de su creación en oportunidad para consolidar aún más su control y aumentar sus ganancias.

Necesitamos con urgencia un nuevo enfoque de las enfermedades del ganado que proteja a los pequeños agricultores, a consumidores y animales, y que e desmantele la principal fuente y vector de los patógenos letales: las granjas industriales de las Mega corporaciones de la carne y las cadenas mundiales de suministro.

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