Marketing verde: Percepciones de la gestión ambiental de la Ciudad

Por Nicole Neuman

“La campaña Ciudad Verde tiene buenas ideas pero para ejecución cortoplacista”, afirma Patricio Lestingi, secretario en la Comisión de Ambiente de la diputada del PRO Gabriela Seijo, quien finalizará su mandato el 9 de diciembre en la Legislatura porteña.

“El planeamiento ambiental hoy en día consiste sólo en ideas marketineras”, dice Lestingi. Por esto mismo, llevó adelante un proyecto de ley hace tres años para regular que las expresiones “ambiental”, “verde” y reciclado” no se utilicen en vano. Pero no funcionó por la dificultad que plantea certificar que algo ha sido verdaderamente reciclado. Como la mayoría de los elementos no se pueden comprobar químicamente, requieren una certificación de cada escala del proceso de la industria.
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Según ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública) fueron invertidos $32, 3 millones de pesos en carácter de “Cuidado y puesta en valor de espacios verdes” por el Gobierno de la Ciudad.

Joaquín Nasra, representante de la campaña que ya tiene casi dos años, confirma que el proyecto que integra en Ciudad Verde es el que lleva a cabo esta tarea: “El objetivo es generar conciencia y educación. El enfoque está puesto en la separación de residuos, el uso de la bicicleta y el consumo responsable de agua y energía. Estamos planificando 78 nuevas plazas, la ampliación de otras 30 y 12 nuevos parques para que cada vecino tenga un espacio verde a menos de 350 m de su domicilio”.

En cuanto a esta gestión, Lestingi  refiere que son ideas sueltas interesantes pero sin un fin a largo plazo sostenible. “No llegamos a los tres metros cuadrados verdes por habitante”, asevera.  “Si intentaron enfocarse en el transporte, lo hicieron bien con las bicicletas pero mal con el metrobus, porque la mejor forma de contaminar menos y agilizar el tránsito es construir más subtes o aumentar su frecuencia.

El tema de la basura

En materia de basura, la reglamentación de la Ley de Basura Cero está pendiente desde 2011. En ese punto, Nasra  admite que “el cambio es lento” y que la idea que se está proyectando  es que los residuos se traten y se recuperen en las distintas plantas de tratamiento del Centro de Reciclaje. “El plan ya está en marcha en los puntos verdes de la Ciudad, donde se separa la diversidad de residuos”, añade.

El vocero de Ciudad Verde ratifica se ha incrementado la superficie de espacios verdes mejorando las plazas y recuperando áreas perdidas para que los vecinos puedan disfrutar “más lugares de encuentro y esparcimiento en una ciudad cada vez más sana y amigable”.

A su vez, Lestingi menciona que el PRO argumentaba muy bien las críticas ambientales al oficialismo cuando era opositor, pero a la hora de aplicar, no lo hizo.  En su trayectoria de 22 años en la Comisión de Ambiente, vio pasar a todos los bloques opositores que, sistemáticamente, se olvidaron de su propuesta cuando ocuparon el poder de turno.

“Esto sucede porque los cambios en temas ambientales son lentos y los políticos trabajan para ser reelectos”, declara. Y reafirma que los resultados de los proyectos de hoy, no los verán quienes votaron a los candidatos, sino sus hijos.

“Son muchos los militantes que actualmente orientan la política hacia un lado más progresista en materia ambiental, pero muchas veces, el sistema económico compra al ser humano en su miseria y lleva a candidatos que empezaron trabajando en agrupaciones y ONGs ambientales a darse vuelta”, atestigua Lestingi.

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Ecología vs economía

Antonio Elio Brailovsky, licenciado en economía política y escritor de “Verde contra verde, la difícil relación entre economía y ecología”, proclama que el medio ambiente asegura rating en los medios de comunicación masiva, aplausos y votos en los foros políticos. “El dilema principal de la ecología y  los humanos es que  podemos provocar efectos ambientales en una escala de tiempo, intensidad y espacio que no somos capaz de percibir y que nuestra ciencia no es capaz de medir”.

“Cuidar el medio ambiente parece empezar a ser mejor negocio que destruirlo”, declara. En su libro expone que cada vez se extiende más la idea de que una empresa no solo es responsable de los productos que fabrica, sino también de los residuos que genera.

Brailovsky desarrolla la idea que la ecología estudia la casa del hombre y la economía la administra,  pero el deterioro del medio ambiente muestra el alto grado de conflicto en el uso productivo de la naturaleza.

En la misma línea, Mariana Ciaschini, coordinadora de Prensa de Greenpeace en Argentina, aporta: “Si la población aumenta su conocimiento y su preocupación por los temas ambientales, cada vez será más importante para quienes gestionan y producen responder a parámetros alcanzables”.


 

Un aire fresco

Testimonio de María Pronello

María Pronello, fundadora del restaurant de comida vegana Vita y militante de la lucha por el medio ambiente, formula que si bien considera que las ideas de la gestión del PRO,  parecen quedar a mitad de camino en este tema, es notable como la conciencia de los ciudadanos está creciendo.

“Si bien el Riachuelo es uno de los ríos más contaminados del mundo y el sistema de monocultivo de soja está acabando con la biodiversidad, hasta las empresas más responsables de la contaminación está concientizándose de alguna manera”.

La joven emprendedora asegura que la ecología está muy ligada a la alimentación. “En cuanto uno comienza a comprometerse con el ambiente, indefectiblemente se llega al proceso de nuestros alimentos, a los recursos naturales y al uso de la tierra”, agrega. Eso la llevó en algún momento a dejar de comer carne y más adelante exigir que las verduras consumidas sean orgánicas.

Este punto la lleva a recordar el festival PUMM (Por Un Mundo Mejor), organizado por la campaña Ciudad Verde.  Si bien la idea le pareció interesante y por eso asistió, no pudo dejar de percibir que el festival estaba siendo protagonizado por integrantes del ala ideológica opuesta a la del macrismo.

El predio estaba lleno de “hippies” comprando pulseras de Bob Marley o cuadros del Che Guevara, mientras que había medidas como el Botellómetro, un tubo gigante de plástico que pretendía agrupar todas las botellas de plástico desechadas. “Ya había visto cosas como esa en Alemania, pero el Botellómetro no llegó a llenarse ni por la mitad y todo el parque estaba sucio”.

Durante ese recital el cantante de una banda apeló a la lucha contra Monsanto y las semillas transgénicas  (se estaba discutiendo la Ley de Semillas Transgénicas en el Senado).  Tema que nunca fue abordado por el PRO.

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