Lucía Langer tiene 46 años y hace 18 que ejerce como neumonóloga y pediatra. Trabaja en el Hospital Italiano y en la Clínica Bazterrica. Lo extraño es que, a pesar de integrar el staff de dos instituciones médicas y científicas, sostiene una insólita postura sobre el Covid y las vacunas.
«Soy sincera y frontal, por eso no tengo pruritos en decir que no estoy vacunada, que no creo en el Covid ni tampoco en las vacunas. Todo esto es parte de una plandemia… Sigan con el plan pero conmigo no cuenten, yo no soy ningún conejillo de indias».
Clarín se sorprendió frente a su discurso, al provenir de una médica con responsabilidades sanitarias, de cuya labor dependen muchos chicos y manifiesta una postura que contradice los consensos locales y globales sobre el SARS-CoV-2. A continuación, el diálogo con Langer.
-¿Por qué dice que no cree en el Covid ni en las vacunas, cuya eficacia fue publicada en revistas científicas de prestigio?
-Porque el SARS-CoV-2 no es un virus microbiológico, sino que se trata de un virus tecnológico creado deliberadamente en una computadora. Y esto que se inocula a la gente no son vacunas científicamente probadas, es hidróxido de grafeno, una sustancia que produce ondas electromagnéticas de alta frecuencia que causan síntomas que van desde la congestión, fiebre, disnea e inflamación hasta tormenta de citoquinas, inmunodepresión y neumonía bilateral. Además, el grafeno se utiliza para controlar a la gente. Quieren que nos convirtamos en robots humanos.
-¿Usted dice que las vacunas están contaminadas? ¿Por quién?
-Por los mismos laboratorios. Es un negocio mega multimillonario espectacular. ¿Quién va a querer perdérselo? El Covid no se contagia, el Covid se irradia, por eso digo que la causa de la enfermedad no es biológica (virus), sino la combinación de radiación electromagnética con agentes tóxicos radiomodulables.
-Su discurso coincide con el de los antivacunas.
–Yo soy provacunas, pero las obligatorias por calendario. Cómo me voy a oponer a la ciencia, para nada, todo lo contrario. Sí rechazo este componente que se está inoculando en el cuerpo de la gente. Esto no es una cuestión de fe o una religión en la que hay que creer porque sí, o un tema ideológico. Acá está en riesgo la vida humana. Es increíble cómo la salud se volvió un dogma en el que nadie cuestiona ni replica nada. Y cuando uno atina a sospechar, a hacer preguntas, te tildan de antivacunas o negacionista.
-¿No tuvo problemas en los centros médicos donde ejerce? ¿Sus superiores qué dicen?
-Primero que la vacunación, bah, está inoculación no es obligatoria y obligar a alguien a colocársela es anticonstitucional. Segundo, tengo todo el respaldo de mis superiores y colegas tanto de la Bazterrica como del Italiano, donde saben perfectamente cómo pienso y cómo trabajo. Soy, creo, la única médica de mi sector que en estos dos años ni siquiera tuvo un resfrío, cuando compañeros míos estuvieron enfermos habiendo sido vacunados. Y no necesito tener un pase sanitario trucho, ni nada por el estilo, yo circulo libremente.
–¿Sabe si hay otros profesionales del Bazterrica y del Italiano que no estén vacunados?
-El 99,9 por ciento de los médicos están vacunados y con las tres dosis.
-¿Y no tuvo ninguna diferencia con compañeros de trabajo o superiores por pensar así?
-Para nada, al contrario, tengo la consideración de mi grupo de trabajo. Saben que lo que digo no es un capricho y respetan mi pensamiento y mi personalidad. Saben que yo estoy siempre, que pueden contar conmigo, que nunca falto, que soy la que cubre a los que estuvieron aislados… Soy una líder. Es más, mis superiores me dicen: «Lucía, vos tenés razón, pero por favor callate la boca».
-Usted es pediatra, ¿cómo es su vínculo con sus pacientes o los padres de ellos?
-Absolutamente normal. Yo no hablo de esto con los pacientes, ni indico ni contraindico. Si me preguntan contesto y soy totalmente sincera, no puedo ser falsa, pero hasta ahí… Y me va muy bien así, tengo mucho trabajo, muchos pacientes.
Si me preguntan por estas vacunas -hace el gesto de la comillas-, les respondo que es algo absolutamente experimental. Y si me preguntan «¿vacuno a mi hijo?», yo les respondo: «Pensalo bien, porque no es una vacuna, sino una inoculación de tóxicos».
-Entonces, ¿para usted están todos engañados? ¿La OMS, los ministerios de salud del mundo, científicos reconocidos?
-La gran mayoría cayó en la trampa o fue muy bien remunerada. Es una megaoperación, un gran reseteo para tener controlada a la población y que los que mandan sigan siendo los mismos… Afortunadamente no todo salió como se esperaba, no murió la cantidad de gente que la élite mundial, el nuevo orden deseaba, Se les está acabando la trampa, entonces ¿qué se dice? Que fue por obra de la vacuna.
-Elite, Nuevo Orden Mundial… ¿usted cree en una conspiración?
-Sí, estoy convencida que el Covid y las vacunas forman parte de un plan macabro y destructivo para disminuir la población, diseñado por gente muy pero muy poderosa, por encima de los Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Bill Gates que residen en Israel, Alemania, Suiza, Gran Bretaña y Estados Unidos.
–¿Y cuál sería la razón para que haya menos población en el mundo?
-Por un lado, no perder los recursos naturales como el agua, que seriamente escasea. Por otro, enloquecer a la gente, aislarla, dejarla en la soledad, porque ¿qué divulgaron mundialmente en relación a esta farsa?
Que no se podía salir, ni verse con nadie fuera del entorno y mucho menos abrazar al otro o besarlo, todos aspectos que lo único que hicieron fueron debilitar el sistema inmunológico, el cual se refuerza con calor humano. La parte afectiva es clave, así como estar en contacto con el aire y tomar sol para producir la vitamina D. Pero el Nuevo Orden Mundial obligó a separar, a romper vínculos, a dejar morir en soledad.
-¿Cómo explica que la aplicación de la vacuna haya provocado que el número de fallecidos bajara notoriamente en el mundo?
-Es lógico que se produzca una caída de casos y de fallecidos, simplemente porque los virus biológicos, bio-ló-gi-cos -enfatiza-, van desapareciendo naturalmente, no pueden sobrevivir tanto tiempo, se autoeliminan, pero nos vendieron (bah, a mí no) otro cuentito y nos dicen que es por obra y efecto de la vacuna (se ríe con ganas). No me van a engañar, yo conozco del tema.
-Usted usa barbijo en la vía pública, en el colectivo y en su trabajo. ¿Por qué lo hace si está convencida de que no existe el coronavirus?
-Porque respeto al otro, soy una persona que prioriza la convivencia, la armonía y prefiero evitar cortocircuitos. Tomo colectivo todos los días y uso el barbijo porque, además, no me voy a poner a discutir arriba del transporte con alguien de algo tan delicado que merece otro escenario.
-¿Todo el mundo fue engañado o vendido, menos usted? Para citar casos de nuestro medio, especialistas como Vizzotti, Debbag, Estol, López, Cámera, ¿todos son tan ingenuos? ¿Usted cree que el doctor Quirós forma parte de esta megaoperación?
-Hay mucha ingenuidad y desconocimiento. Todos fueron engañados y estafados para urdir esta plandemia. Todos repiten el mismo speech y dicen lo que les ordenan… Yo no me siento más que nadie, simplemente no soy ninguna paracaidista en la materia. Sí tengo conocimiento, experiencia y soy cuestionadora.
El Hospital Italiano y la Clínica Bazterrica se despegaron de la médica
El área de Pediatría del Hospital Italiano publicó un mensaje con el que tomó distancia de los dichos de la médica Lucía Langer, que en una entrevista declaró que no cree en el covid-19 ni en las vacunas que inmunizan contra la enfermedad. Lo mismo hizo la Clínica Bazterrica a través de un comunicado.
Según Langer, el SARS-CoV-2 no es un virus microbiológico «sino que se trata de un virus tecnológico creado deliberadamente en una computadora«, y es una enfermedad que se «irradia» porque no es biológica, es «la combinación de radiación electromagnética con agentes tóxicos radiomodulables».
La pediatra del Italiano afirmó también que las vacunas contra el covid no son tales, y que aunque se reconoce pro vacunas, rechaza «este componente que se está inoculando en el cuerpo de la gente»..
La postura del hospital Italiano
El Departamento de Pediatría del Hospital Italiano de Buenos Aires reaccionó ante los dichos de la médica, que integra ese mismo departamento, con una publicación en sus perfiles de Instagram y Facebook.
«Las declaraciones que salieron a la luz con postulados antivacunas en el diario Clarín son una postura personal totalmente contraria a las posturas del Departamento de Pediatría y del Hospital Italiano de Buenos Aires», dice el texto publicado en ambas redes sociales.
Desde la Clínica también respondieron a las declaraciones de Langer: «Las declaraciones de la Dra. Langer con postulados antivacunas, publicadas en el día de hoy, constituyen una opinión estrictamente personal y totalmente contraria a las posturas del departamento de pediatría de la Clínica Bazterrica.
La Clínica Bazterrica se apoya en evidencias científicas comprobadas a nivel internacional, siguiendo las publicaciones que se vienen realizando desde comienzos del 2020. Desde nuestra clínica adherimos a los lineamientos de la Sociedad Argentina de Pediatría y a las recomendaciones que publica el Ministerio de Salud de la Nación periódicamente», indica el comunicado.
En la entrevista, Langer sostuvo que tiene todo el respaldo de sus superiores y colegas, tanto de la Bazterrica como del Italiano, donde saben perfectamente cómo ella piensa y cómo trabaja.
Fuente: Javier Firpo nota para Clarín.com