En Flores existe una de las calles más cortas de Buenos Aires: el pasaje Valle (no confundir con la calle del mismo nombre que atraviesa el barrio de Caballito). Es un callejón sin salida con entrada por la calle Argerich, entre Aranguren y la avenida Avellaneda.
Se creó en 1916 como consecuencia del espacio libre dejado entre algunas edificaciones. Está ocupado principalmente por locales comerciales del rubro indumentaria y unas pocas viviendas. En su punto medio crece una pequeña palmera.
Según el historiador Vicente Cutolo (Buenos Aires, historia de las calles y sus nombres, Editorial Elche) el pasaje debe su nombre a Pascual del Valle, descendiente de uno de los primeros habitantes del pueblo de Flores en la primera mitad del siglo XIX. Don Pascual fue un vecino destacado de Flores.
Contribuyó con dinero para la construcción de la basílica y donó el terreno donde hoy se levanta el Colegio La Salle, en José Bonifacio al 2400. Murió en Flores el 14 de agosto de 1905. Su apellido sigue perpetuado en el pasaje más modesto del barrio.
