Por María Marta Bunge
Maria Marta Bunge es docente en la Facultad de Agronomía de la Ciudad de Buenos Aires y busca reinsertar socialmente a presos a través de herramientas laborales que ella y un equipo de colaboradores ofrecen en distintas unidades carcelarias. Le pedimos a María que nos cuente acerca de esta excelente acción educativa que ya lleva adelante con una gran pasión y compromiso.
“Somos un grupo de docentes y estudiantes que trabajamos en el Penal de San Martin, en las Unidades 46, 47 y 48. Cuando conocimos la cárcel, colaborando con la Fundación Nuevo Concepto Penal, descubrimos que era uno de los lugares donde el despojo forzado era más fuerte. Había allí, jóvenes tratando de sobrevivir, sin afecto, sin familia, con reglas y códigos feroces. Con el tiempo, cuando alguno dijo “extraño a mi mamá” entendí cuál había sido la sensación profunda que me había atravesado y decidido a colaborar ahí. Y la herramienta era la educación desde el amor”.
Comenzamos en 2012, como proyecto de Extensión de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Bs As, pensando en llevarles una herramienta como la jardinería, para su futura salida laboral. Comenzamos en la Cárcel de San Martin, en la Unidad 47 anexo varones, con clases teóricas y prácticas. Poco a poco se fue sumando gente, voluntarios deseosos de aprender. Si, de aprender. Porque todos los que vamos en forma semanal aprendemos de esa situación y, si bien los integrantes “de la calle” pertenecemos a distintas disciplinas, lo que aprendemos excedeampliamente lo académico.
Comenzamos en la Unidad 48, con jardinería y huerta y luego en el anexo mujeres de la U 47. Y también abrimos otros espacios formativos: taller de expresión creativa, de producción de plantas ornamentales y de pintura de macetas. La Secretaria de Políticas Universitarias apostó al proyecto y conseguimos un subsidio para comprar herramientas, construimos un invernáculo y compramos plantas madres para ampliar la tarea.
“Un objetivo grande que tenemos es que estas personas, al obtener su libertad no vuelvan a la cárcel y puedan tener una vida más feliz. No desconocemos que hicieron daño a alguien, solo reflexionamos másallá y entendemos que para hacer daño a otro, también nos lo hacemos a nosotros. Prueba clarísima de ello es que los internos, antes de “caer” sabían el riesgo y lo asumieron. Qué pasa con estos jóvenes (en la Unidad 47 tienen entre 20 y 25 años) que no pudieron hacer por ellos algo mejor?… Algo que les permitiera una vida menos triste?”
Dice Freire, en El Grito Manso, que en lugar de dar herramientas para que las personas puedan vivir en sociedad, lo que debemos hacer es cambiar la sociedad para que estos jóvenes quieran vivir en sociedad…
Hay muchos de estos jóvenes que nunca fueron protagonistas… Se imaginan como es eso, lectores? Nunca un festejo de cumpleaños, nunca un reto por no ir a la escuela, menos por dejarla… Como si la presencia o ausencia diera lo mismo. Algunos ni siquiera tienen documento, no existen para el país… pero están presos. Y asívan, como por fuera del amor, como que a nadie le importa, como que piden algo en la calle y ni siquiera se los mira a los ojos, como si fueran animales.
Y luego, a tiro de la policía, ya con el estigma de la calle, el código del soy lo que tengo (y tengo muy poco), se convierten en blanco de la policía, en marginales y terminan en la cárcel. Muchos de ellos desde que nacen recorren un camino que terminará irremediablemente en la cárcel. Y qué hacemos para cambiarlo, para construir una sociedad de la que dé orgullo ser parte…?
De eso se trata el proyecto, de cambiar la comunicación, de mejorar los vínculos, de conocernos para no temernos, de relacionarnos desde el amor, de aprender en un contexto amoroso, de ser protagonistas, de contrarrestar la deshumanización que produce la cárcel.
Para una autonomía de vida, tanto laboral como emocional.
Es necesario que todos podamos comprender los beneficios de una economía solidaria, donde uno es por lo que es y no por lo que tiene. El ser humano por sí mismo es valioso. Y eso hay que aprender.Es nuestro deseo para este año integrar cooperativas en la cárcel donde trabajen presos dentro y familiares fuera que permitan una economía autónoma sin que la única opción de trabajo sea en una empresa donde tendrán el salario más bajo.
Luchamos por un mundo donde quepan todos los mundos, y damos nuestras mañanas de los miércoles para trabajar en ello.
Contacto: Maria Marta Bunge mmbunge@agro.uba.ar
Felicitaciones, se necesitan muchas Maria Martas más.. Fuerza y éxitos!
Muey interesante el Proyecto. Se necesitan muchas mas Maria Marta!!!! Adelante, como dce Freire tambien, tengamos esperanza!!!