Iniciativa de la iglesia Emanuel de Villa Mitre

Iniciativa de la iglesia Emanuel de Villa Mitre

Semana de oración por la unidad de los cristianos.
Una gran cantidad de denominaciones cristianas se reúnen una semana por año para recordar el mandato de Jesús: ser uno para que el mundo crea. Este evento se lo reconoce a través del mundo como Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Su comienzo se remonta a Nueva York, al año 1908. Durante ocho días, cada año, en el mes de mayo, se realizan celebraciones en donde se recuerda el mandato de Jesús: «sean uno para que el mundo crea». Pero la búsqueda de la unidad entre los cristianos no debe quedar sólo en el ámbito religioso. Para quienes participan de este ideal, la unidad es una esperanza para vivir en un mundo en diálogo. No podemos orar por la unidad de los cristianos sin hacerlo también por la unidad en la sociedad.
En este sentido, la idea de poder celebrar la unidad es, ciertamente, una utopía en estos tiempos y en nuestra Latinoamérica y Argentina, paro también, como toda utopía, puede convertirse en ese horizonte que uno persigue con fervor. Pienso en nuestra Argentina convulsionada. Pienso cómo los cristianos podríamos, y sin dudas deberíamos, aportar a la unidad de nuestro país. Aunque soñamos y trabajamos por una patria unida, sin embargo, tenemos que tener en mente un par de advertencias en relación a la unidad.

– La unidad no debe ser un horizonte que elimine la justicia social.
En algunos discursos sociales la búsqueda de la unidad se ha asociado con un discurso de la reconciliación. Aunque se podría estar de acuerdo con este sentido de unión, en algunos casos esta reconciliación tenía detrás un ideal que borraba los pedidos de justicia en pos de una unidad nacional. Esto llevó a expectativas, a veces implícitas y otras no, de olvidar el pasado y dejar sin resolver situaciones históricas de mucho dolor como fue la dictadura que arrasó nuestro país.
Este anhelo de unidad ciertamente no es el que buscamos en este tiempo. La unidad se busca a través de la reconstitución de los derechos humanos y de la justicia social. La unidad que buscamos los cristianos como sueño para nuestra sociedad no es algo que se imponga, se construye con las diferentes partes.
– La unidad no debe ser un horizonte que borre las diferencias, las particularidades.
La unidad puede convertirse en una tarea de borrar las diferencias en pos de creencias únicas, o prácticas únicas. Algunos sueñan con la unidad como algo que produce una igualdad en la expresión religiosa, política, artística, de todos los que están incluidos en esa igualdad. Esto lo hemos visto y lo vemos en este mundo a través del fenómeno de la globalización. Por esta causa, las comidas, los gobiernos, los ideales, las costumbres sociales pueden leerse como unificadas en todo el mundo. No es este el horizonte de la unidad por la que oramos. La globalización es una imposición a partir de mercados económicos que intenta una homogeneidad en el mundo. Los cristianos entendemos que orar por la unidad es reconocer y sostener las diferencias en lugar de borrarlas. Las diferencias enriquecen a la humanidad.
En relación a estas dos advertencias tenemos que recordar que el mandato de Jesús no es sólo sobre la unidad sino la unidad para que el mundo crea. Jesús relaciona la unidad de sus seguidores con la posibilidad de que el mundo crea. El creer tiene mucho que ver con acceder a una vida digna: «y creyendo tengan vida plena» va a recordar el evangelio según Juan. En Juan 6:35 relaciona el creer con la no falta de pan, a modo de ejemplo de una vida plena. En este sentido me gustaría esbozar dos horizontes para orar por la unidad de los cristianos:
Orar por la unidad de los cristianos es trabajar por la justicia en la sociedad
La oración que busca la unidad de los cristianos a la vez trabaja por una sociedad en la que la justicia sea posible para todos. La oración se dirige a Dios pidiendo unidad para lograr esta tarea, ciertamente difícil. El cristiano sabe que involucrarse en la tarea de construir la justicia social sin orar, es perder la herramienta que Dios nos da para renovar las fuerzas. Pedimos a Dios una unidad para que la sociedad pueda creer. Creer que es posible la justicia, la paz, la armonía, la comida, la vivienda, la salud, la educación para todos.
Orar por la unidad de los cristianos es trabajar por el reconocimiento de todos los sectores sociales.
Cuando oramos a Dios por la unidad tenemos que recordar que nuestro Dios no hace discriminación de personas. Esto significa que no discrimina las diferentes formas de creer, las diferentes formas de organizar sociedades, familias, las diferentes formas de esperar el futuro. Orar por la unidad es ayudar a que las minorías (las minorías, y mayorías, que viven con respeto y sin dañar la vida en este mundo) puedan tener su lugar en la sociedad de la misma forma que tienen lugar en nuestra oración. La Semana de Oración por la unidad de los cristianos se realiza una vez por año. Que sea un recordatorio para que podamos orar por la unidad y trabajar por ella cada día de nuestra vida.
Pablo Ferrer, Pastor Parroquia Evangélica Emanuel.

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