Homenaje al general Martín de Güemes en su Bicentenario

Por Gabriel Luna*

Durante la Invasión Inglesa de 1806 el puerto de Buenos Aires soportó un fuerte viento –pampero, supongo yo; es decir, de tierra adentro– que causó una bajante súbita del río e hizo encallar a la Justina, una fragata comercial inglesa, artillada con 26 cañones servidos por 100 hombres, además de la tripulación.

Al ver Liniers que la nave estaba en condiciones de ser abordada, le ordenó al entonces cadete Martín Miguel de Güemes que le pidiese unos jinetes a Pueyrredón, y tomara la embarcación.

La epopeya del abordaje a la Justina por parte de la caballería patriota es conocida, así que omito el episodio y me corro más de 100 años para adelante.

En 1909, y anticipando los festejos del Centenario, los residentes ingleses nos regalaron una torre que ellos llamaron Monumental y nosotros De los Ingleses. Por “casualidad” la Torre fue a parar al mismo sitio donde más de cien años atrás encallara la Justina, ahora tierra firme ganada al río. Y no sólo eso…

Al tope de la Torre, los ingleses pusieron de veleta una fragata réplica de la Justina, con su velamen desplegado en trinquete, palo mayor y mesana. Es por eso que cuando hablamos de la Reconquista y la Defensa, estos gringos pícaros se nos ríen con toda la barba, porque sin que nos diésemos cuenta, nos plantaron la fragata perdida en el corazón de Buenos Aires.

*Publicado en Periódico VAS

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