El legendario bar «La Perla», ubicado en la esquina de Rivadavia y Jujuy, en el barrio de Once, cerró sus puertas este domingo y su historia ligada al rock argentino sólo quedará como un recuerdo.
El famoso comercio fue comprado por la cadena “La Americana” y luego de reformas que llevaran un poco más de un mes, reabrirá sus puertas a mediados de febrero.
En 1994, La Perla fue declarada sitio de interés cultural, y en 2006 fue destacado como la “cuna del rock argentino” por la Legislatura porteña.
La historia cuenta que en el baño de «La Perla», Lito Nebbia y José Alberto Iglesias, mejor conocido como ‘Tanguito’, compusieron lo que se conmemora como la piedra fundacional del rock nacional: la canción «La balsa» en 1967.
Los nuevos dueños abrirá el comercio como pizzería y nadie sabe si con la misma esencia del anterior, en el sentido de conservar la mística del lugar. Recordamos que en ese lugar se realizaron múltiples actividades culturales de la historia nacional.
Se recuerdan las tertulias de Macedonio Fernández y las presencias de Borges, Scalabrini Ortiz y Leopoldo Marechal, entre otros que, que con los años, se convertirían en referentes de la literatura argentina.
Los relatos cuentan que Cortázar era otro de los habitués para leer y escribir sus primeros cuentos. Después los rockeros lo convertirían en la referencia del rock nacional.
La cadena de pizzerías que compró el lugar les aseguró a los 30 empleados que continuarán trabajando en el lugar donde artistas, músicos y vecinos eran fanáticos y hacían culto de la importancia histórica de La Perla.
La siguiente pregunta es incontestable por lo menos de parte de nosotros: si un lugar tiene las distinciones de la Legislatura porteña, como ser declarado de interés cultural y luego el reconocimiento de ser la “cuna del rock nacional”, ¿no debería protegerse el lugar como referencia histórica de la ciudad?
