Por Ricardo Guaglianone
Analizar los tres meses del nuevo gobierno del PRO es una tarea bastante ardua si vemos la contraposición de discursos en contra y a favor en cuanto a las medidas económicas políticas y sociales que se han tomado en este breve lapso de tiempo.
Los discursos opositores hablan de la entrega del país a las multinacionales y de la decisión de beneficiar a los más ricos en detrimento de la población, mientras que los simpatizantes del nuevo gobierno hablan que todas las medidas tomadas, algunas dolorosas según los funcionarios, van a generar un país con empleo de más calidad, llevaran a pobreza cero a la población, -una abstracción vacía de contenido- y que la culpa de todo el sufrimiento que puede causar el “sinceramiento” de la economía, es responsabilidad del gobierno anterior.
La base del discurso en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el 1 de marzo, tuvo estos ejes como fundamento de la alocución del jefe de estado, aunque cambio radicalmente su estilo. Si bien siguió sosteniendo muletillas efectivas como trabajar en equipo y que todo va dirigido a que la gente sea más feliz, su gestualidad fue muy dura en la mayoría de los temas y problemas que abordó.
En su primera intervención en el Parlamento, la arista más importante fue echarle la culpa de todos los males al gobierno anterior, con una actitud muy agresiva hasta en los gestos corporales.
No reconoció, como en otras oportunidades, una labor importante en algunos temas, como el desarrollo científico o el plan Procrear, que elogio en campaña, buscando puentes con los votantes. No hubo ni una sola medida reivindicada, como si por el país hubiera pasado una peste negra que destruyo vidas y hacienda por completo.
En esa negación del 49% que aprobó al anterior gobierno en las urnas, pareció querer justificar las drásticas medidas que hasta ahora ha impulsado, todas en beneficio de los sectores concentrados de la economía y las que produjeron masivos despidos en el área estatal, más los que se están sumando en la actividad privada que son muy importantes.
Las distintas caras de Macri
Parece ser que el presidente se manifiesta distinto según el escenario que le toca abordar y que en todos, sigue de alguna manera de campaña. En una entrevista que concedió a la Agencia France Press antes de la llegada del presidente frances Holland a nuestro país, el mandatario se presentó como un hombre inexperto, “nuevo en la política”, “sin experiencia”, proyectando una imagen de ingenuidad e inocencia que no condice con su larga trayectoria política. Tal vez quiera repetir en el exterior la misma estrategia que uso para su ascensión local a los planos más trascendentes.
Sin embargo, en el Parlamento apareció furibundo y no desaprovechó la oportunidad de ensuciar al anterior gobierno con datos generales, epítetos descalificadores, como que en todas las áreas hubo corrupción y la falta de administración y modernización del estado, a sabiendas que todo el país estaba escuchando su discurso.
De lo que no hablo el presidente y se notaba la intención política de no hacerlo, es de sus pensadas medidas de gobierno que benefician a los sectores de poder económico concentrado y del plan de achicar el estado a costa de despidos masivos y anulación de políticas sociales, más el combate a la inflación desenfrenada, enfriando la economía.
No hablò de porque saco las retenciones a las mineras, ni de los 3500 millones de dólares que les transfirió a los agroexportadores, ni de la apertura indiscriminada de importaciones, que va a destruir, según algunos analistas, el trabajo nacional y en estos tres meses, generó una gigantesca demanda de dólares que tiene dos destinos, uno: muchas empresas van a suplantar producción nacional por importación de mercadería y despido de personal para abaratar costos y dos: las multinacionales radicadas en el país envían sus ganancias a sus casas matrices (estaba vedado parcialmente) sin reinvertir las ganancias para generar más trabajo para los argentinos.
La misma estrategia que en la ciudad
El nuevo presidente ha cumplido su palabra de campaña de no desafectar ninguna de las políticas positivas del anterior gobierno, pero sigue la misma estrategia que utilizó en la ciudad: aquello en lo que no está de acuerdo como política de estado, lo desactiva, lo desfinancia o lo privatiza y las leyes de ampliación de derechos con las que no está de acuerdo, las veta.
En estos escasos tres meses ya diò ejemplos de esa conducta que llevo adelante en la ciudad: El Plan Procrear para planes de vivienda, no lo desactivò, pero ahora, para entrar en el plan, el solicitante tendrá que tener entre un 35 y un 40% del valor de la casa y el estado financiará el resto. En el gobierno anterior el estado financiaba el total de la vivienda. ¿Quién puede acceder al préstamo? Solo los más pudientes.
En el caso de Futbol para Todos, ya concesionó la trasmisión de los partidos más importantes a los canales 11, 2 y 13 a un precio irrisorio, lo que significa ganancias siderales para estas empresas con la comercialización de la publicidad privada.
También desactivo las áreas del estado relacionadas con derechos humanos y políticas sociales y echo a todos los agentes que mantenían esas tareas, ya suman 15 mil los despidos, según datos del sindicato de ATE.
Entre esas áreas desmanteladas, algunas llaman mucho la atención, como el despido de 100 profesionales de la Unidad de Información Financiera (UFI) que tenía la tarea de controlar el lavado de dinero y las operaciones de dudosa legalidad de bancos y financieras. Esa área quedò sin controles de ninguna naturaleza, por lo tanto contradice el discurso de mantener una lucha frontal contra el narcotráfico, cuando su fuerte es justamente, el lavado de dinero.
Otra de las dependencias de fuerte ajuste fue el sitio Infojus, de noticias judiciales. Alli no solo despidieron personal calificado, sino que borraron todas las causas que afectaban al presidente y sus allegados. Otra de las dependencias afectadas fue el INADI, con la particularidad de que los despidos fueron comunicados por mail.
Otra de las acciones, es darle abultados negocios públicos a sus amigos, como el caso del empresario Caputo, al que beneficio con obras en Cordoba y Buenos Aires por sumas millonarias en dólares. También facilitò la entrada al gobierno de familiares de funcionarios y amigos contradiciendo su discurso de que el estado se construye con funcionarios de carrera que deben entrar por concurso.
Las nuevas preocupaciones
En las últimas encuestas conocidas, luego de tres meses de gestión, los ciudadanos han cambiado sus desvelos. Hasta noviembre del año pasado era la inseguridad la mayor preocupación a niveles muy altos, ahora es la inflación y el miedo a perder el empleo.
Estas variaciones en las mediciones tiene explicación: en el caso de la inseguridad, nada ha cambiado con Macri, salvo el abordaje mediático.
En el anterior gobierno, todos los días los medios masivos juntaban en una misma edición asesinatos o robos de lugares distantes del país y los mostraban repetidamente en la televisión o en los periódicos con titulares catástrofes luego replicados en los otros medios, generando una idea de total indefensión.
Con el gobierno actual, apenas hay mención de los casos más resonantes.
El avance de la preocupación por el empleo surge de los numerosos casos de despidos en el área privada y que la gente se va enterando aunque no son tratados por los medios.
Lo conocido es que se han producido 15000 despidos en el estado en los dos últimos meses y el ministro Frigerio hablo de la revisión de 70 mil contratos más, mientras otros dicen que la cifra podría llegar a 150 mil cesanteados.
En el sector privado hay 30 mil despidos en la construcción por que el gobierno parò la financiación de obras públicas; en Cerámica San Lorenzo, 500, en Cervecería Quilmes , 400, en Menoyo , 400, hay 300 suspendidos en Fiat. Es una larga lista de empresas despidiendo parte de su personal.
Esta práctica no masiva aún, en economía se denomina elípticamente desafectación “por goteo”, pero ya suman unos 50 mil despidos en el área privada.
Las medidas no difundidas
En los medios y en los análisis de especialistas se habla de lo cotidiano, el aumento del dólar, de la inflación, el inicio de clases, etc, pero no de las medidas más estructurales que afectarán el futuro del país.
Por ejemplo, un decreto dejo de lado la soberanía sobre la navegación de los ríos interiores y se la otorgó a empresas extranjeras.
Se concesionará a Francia la administración de los satélites Arsat y se compartirá las ganancias de sus servicios.
El plan de las nuevas centrales atómicas financiadas en su totalidad por China, no está muy claro que se construyan, porque despidieron 300 personas de Atucha II.
Los radares que fabricaba INVAP, la firma estatal reconocida internacionalmente, se los encargaran a empresas extranjeras. También fue desactivada Fabricaciones Militares donde se estaban construyendo vagones para el Belgrano Cargas.
En Aerolíneas Argentinas se empezaron a cancelar destinos “no rentables” y se habla de un inminente plan de ajuste. También se piensa cambiar la ley que prohibía la compra de tierras extranjeras con el gravante que el proyecto contempla dar como propiedad a particulares, formaciones naturales como lagos, ríos o montañas.
Todas estas medidas son coherentes con la filosofía liberal del actual gobierno: un estado chico y libertad de comercio (extremas) donde el que pone las reglas es el mercado.
El proyecto de país que pretende el gobierno del PRO la sintetizó la vice presidenta Michetti en declaraciones públicas muy polémicas: «Vamos hacia un modelo agroexportador y de servicios, basta de industrias».
Si el actual gobierno sigue en este camino de libre comercio a ultranza, de beneficiar a los grandes grupos económicos, si no pone trabas a la importación de productos que puedan destruir el empleo nacional, si no corta la disparada de precios en todos los rubros de una manera casi irracional, el país está a la puerta de fuertes conflictos sociales y el gobierno del PRO será responsable de alterar la paz social y perjudicar la vida de la población.
Además, la frase usada frecuentemente por los referentes del PRO, economistas y funcionarios: “la economía debe ser libre” es mentirosa adrede o por ignorancia.
Decía hace poco un Premio Nobel de economía: “La economía no es ni ha sido nunca libre: o se la dirige y controla por el Estado en beneficio del Pueblo o la manejan los grandes monopolios en perjuicio de la Nación”.
