Por Lic. Claudia Reynoso*
Tarea ardua es, para aquellos que viven en pareja; mantener vivo el deseo sexual.
Si bien no podemos establecer si una pareja podrá sobrevivir a la baja en el deseo sexual provocado por la disminución en la atracción física junto con otros factores, sí podemos destacar que aún sin contacto físico algunas parejas eligen seguir estando juntas dado que priorizan otros aspectos de la relación como la familia que formaron, el amor que se prodigan, la crianza de los hijos, etc.
Según el reconocido psicólogo de San Diego Robert Epstein, entre un 10% y un 20% de los matrimonios y las relaciones románticas en Estados Unidos no tienen sexo. Esta cifra podría ser aún mayor, porque hay muchos que jamás reconocerían que poseen baja o casi nula actividad sexual estando en pareja.
Según Epstein una pareja con baja actividad sexual es aquella que tiene menos de un encuentro por mes, o hasta 10 encuentros por año.
Al encarar esta temática es importante definir que entendemos como actividad sexual, ya que solemos pensar la misma como una actividad que concierne a relaciones sexuales con penetración. Esa visión falocéntrica y heteronormativa es limitante, reduciendo la actividad sexual al coito, el cual sería la fuente hegemónica de goce y disfrute.
No obstante, casi todos estos estudios confunden ‘no tener sexo’ con ‘no tener coitos’. Hay parejas que en determinadas épocas tienen menos coitos, pero no dejan de besarse, tomarse de la mano, dormir abrazados y desnudos, y, en buena medida, siguen satisfechos en el plano erótico.
Que es lo que sucede entonces en aquellas parejas que en los inicios de su relación disfrutaban plenamente de su sexualidad de forma intensa y fluida, y llegan a un punto de contacto escaso o casi nulo, falta de interés e indiferencia?
Sexualidad y deseo
Todo puede afectar a la sexualidad y al deseo. Sea por que los encuentros dejaron de ser placenteros, existen problemas en la relación, cansancio, la rutina de los encuentros sexuales, perdida de interés, pérdida del vínculo emocional o la falta de deseo, la pereza de iniciar el juego, porque llegamos cansados a casa, porque hay que madrugar, por los niños…y otras muchas circunstancias.
Razones que se van instalando en la rutina y pueden hacer que, a la larga, ambos se vayan acostumbrando a posponer los ratos de intimidad hasta que al final estos acaben casi desapareciendo.
Tal vez la insatisfacción de alguno de los integrantes de la pareja mantenida en el tiempo que hace que a la larga esa persona ya no quiera seguir ‘sacrificándose’, y rehúya cualquier tipo de contacto.
Algunas parejas no vivencian la falta de sexo como una problemática, ya que no consideran al mismo como uno de los ingredientes más importantes en la misma. En estos casos, si es consensuado, se vivencia como una evolución en la pareja, se ha trascendido la etapa del sexo físico, valorándose tal vez el compañerismo, la intimidad y el compromiso.
En cambio cuando uno o ambos integrantes de la pareja se siente incómodo o insatisfecho con esto estamos ante una disfunción. La Discrepancia en el Deseo Sexual se atribuyó durante mucho diferencia entre libido masculina y femenina. Se suponía que los hombres necesitaban más sexo y las mujeres querían menos. Las investigaciones realizadas al respecto no confirman esta teoría ya que ambos sexos tiene la misma probabilidad de sentir deseo sexual disminuido en algunos períodos.
En estas ocasiones en las que el sexo es un tema que puede generar conflicto y sufrimiento, pues alguno de los dos puede atribuir la falta de sexo a múltiples ideas equivocadas y dolorosas generándose una distancia emocional que hace daño; es importante acudir con un especialista que permita encontrar las formas propias de placer de la pareja.
Las parejas pueden ser felices sin prácticas sexuales concretas, mientras desarrollen sus propias formas y contactos que les resulten satisfactorios a ambos, más allá del número de encuentros concretos en determinado periodo de tiempo.
La clave para disfrutar la sexualidad en pareja, es la comunicación, pues el sexo como el resto de los elementos que conforman una relación de pareja, requiere trabajo, disciplina, constancia y tiempo.
*claureynos@hotmail.com