Acerca de las miradas y los olvidos

Por Ricardo Guaglianone

Las concepciones materialistas de la existencia, que llevan a concebir a la naturaleza solo con un sentido utilitario, como una cosa que ofrece oportunidades lucrativas por doquier, es una mirada francamente limitada y profundamente destructora de los bienes comunes que nos ofrece, generosamente, esta hermosa Tierra, la gran madre de todos.

La visión de la vida expresada en una sociedad de consumo donde el valor más destacado es el de tener por sobre el ser, sin dudas, está destruyendo al mundo.

El planeta está colapsado por una política predadora de la naturaleza que causa desequilibrios irreparables a los ecosistemas y provoca muchas situaciones lamentables e irreversibles: el efecto invernadero, la basura en los mares, la putrefacción de los ríos provocada por los agro tóxicos, el aire venenoso de las grandes urbes, la extinción de cientos de especies animales y vegetales, la tala de bosques milenarios para extender los cultivos agroindustriales, la pérdida de la biodiversidad a manos de monocultivos transgénicos, las guerras recientes y las que se sucedieron en los últimos doscientos años por el control de los recursos naturales.

Podríamos enumerar mucho más, para mostrar que el capitalismo salvaje, que solo piensa en el lucro a como sea, está destruyendo la vida en la tierra.

El sufrimiento y el atropello de naciones enteras por los poderosos para sostener el despilfarro de un reducido grupo de individuos que consumen el 80% de los bienes producidos en todo el planeta, a esta altura de los acontecimientos, incluido el cambio climático, es inaceptable.

A los líderes de estas naciones predadoras, nada les importa que más de mil millones de seres humanos en el mundo no tengan la posibilidad de comer un puñado de arroz o tomar un poco de agua medianamente limpia, mientras aprietan países, como es el caso del nuestro, exigiendo ajustes a través del FMI, para sacar del consumo a millones de compatriotas y tomar el control de los bienes naturales que abundan en nuestra Patria.

Ellos saben mejor que nadie, que los recursos del planeta son limitados, por lo tanto, la fórmula sabida hasta el hartazgo es cada vez más cierta y se muestra con una evidencia avasallante: para que pocos tengan mucho es necesario que los muchos tengan poco o nada.

La situación actual en el mundo

Existe en casi todo el mundo, desde mucho antes de la pandemia, un fuerte enfrentamiento entre la concepción de un estado presente y el liberalismo económico.

Esta lucha ideológica está presente y conforman la idea de dos modelos de Nación totalmente antagónicos.

Algunos dicen, abandonemos el “estado benefactor” y eliminemos su intervención impulsando la libertad de comercio sin límites para promover el progreso, mientras otros sostienen que la ausencia del estado genera más pobreza, desigualdad y sufrimiento a los pueblos.

Para evaluar, observamos los resultados concretos de políticas neoliberales en el mundo, en los llamados “países del primer mundo”, cuyos resultados sociales se toman como “naturales” en esas naciones: en Estados Unidos existen 45 millones de personas viviendo en la pobreza, (15% de la población), uno de cada cinco niños pasa hambre y uno de cada siete recibe cupones de 133 dólares mensuales para alimentos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria. (Informe Feeding America).

En Inglaterra, los bancos de alimentos, administrados por organizaciones caritativas, se han multiplicado por 20 y en Alemania, la Federación para la Paridad, denunciaron el «escandaloso» incremento de la pobreza en el país: 15,7% de los alemanes vive en situación de pobreza o marginalidad social. (13 millones de personas).

La cifra llega al 22,4% en Berlín.

Portugal tiene un 18% de la población por debajo de la línea de la pobreza, Gracia y España tienen millones de pobres y marginados, mientras que en nuestro continente, países como Chile, elogiado por sus políticas de libre mercado, ofrece un 27% de pobres según el informe “Pobreza y fragilidad del modelo chileno” del año 2017.

Un año después de este informe, comenzaron las revueltas ocasionadas por el aumento de centavos en el transporte público y ahora han elegido un presidente de orientación socialista, que prometió avanzar en un estado de bienestar. Entre las medidas anunciadas figura la eliminación del sistema privado de jubilaciones que es una estafa descomunal al pueblo chileno.

El modelo Macri

La orientación política y social de los cuatro años nefastos de Macri estuvo basada en la combinación de liberalismo económico y los crueles principios del darwinismo social: “cada uno compite por su supervivencia y el más fuerte es el que sobrevive “. En este sistema, los ricos, que se tornan más ricos sin límite alguno y no sienten ninguna obligación ética o problema de conciencia respecto a la falta de protección de los más débiles.

Macri y sus amigos fueron capaces de bajar las jubilaciones hasta que fueron de supervivencia, les sacaron los remedios gratuitos a los ancianos y anularon miles de pensiones por discapacidad a quienes las necesitaban simplemente para vivir. Pero la medida más perversa que decidio fue pedir 45 mil millones dólares al FMI para coartar las políticas públicas del actual gobierno, además de no saber, ningún argentino, donde esta ese dinero.

Si alguien cae en la pobreza se debe a sus propios errores

y nadie debe ayudarle a reponerse, si alguien es rico se debe a sus propias condiciones,

aunque la riqueza haya sido adquirida por medios inmorales”.

Esto lo escribió Herbert Spencer, el padre del Darwinismo Social y fue la idea central del anterior gobierno para intentar destruir a la Argentina.

El olvido, la falta de memoria, es a veces la tumba de los pueblos.

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