En la edición de El Adan del mes pasado publicamos una editorial acerca del Dia del periodista e invitamos a nuestros lectores a aportar sus puntos de vista para enriquecer el debate que existe. Luego de abordar los orígenes del periodismo en nuestro país, pasar por el enfrentamiento Alfonsìn- Clarin y otras consideraciones, escribíamos lo siguiente: “El día del periodismo se celebra este año, en el medio de un marco de enfrentamiento, que es muy saludable. Aconsejamos a nuestros lectores que vean y escuchen todo, de todos lados y que saquen sus propias conclusiones, buscando más información que la que escuchan o leen en los medios de distintas tendencias. Tenemos una posición tomada con respecto a un tema que nos parece vital: la ley de medios debe ser aplicada en todos sus contenidos. Fue votada con amplia mayoría parlamentaria y efectivamente va a democratizar la comunicación en nuestro país. El debate recién comienza, si usted quiere enriquecer el debate, escriba sus opiniones y las publicaremos. Agradecemos a los lectores los correos enviados, por un tema de espacio no podemos publicarlos todos, ofrecemos algunos de los aportes recibidos.
Las vacas sagradas
Quiero aportar una opinión acerca de la editorial publicada sobre el día del periodista. Se me ocurre que es importante como lectores/oyentes, asumir un papel activo en la búsqueda de información y no pasivo, como meros receptores de datos los cuales se repiten sin siquiera saber de dónde vienen. Tenemos un compromiso, hoy «nos desinforman» o no nos informan, solo si queremos. Actualmente las cartas están echadas, sabemos quién es quién y si no lo sabemos, pues aquí va el gran desafío, investigar, preguntar, leer, relacionar. No creo que se hayan terminado las vacas sagradas del periodismo como se afirma en el editorial, porque sino el Sr. Jorge Lanata, no pondría argumentos en la boca de muchos, que solo lo repiten “porque lo dijo Jorge». Vuelvo a insistir, necesitamos ser receptores activos de la información…y si tenemos dudas, a buscar en libros de historia, que no muerden o bucear en internet que nos permite encontrar mucha información.
Liliana Diez, docente.
Un tema para la discusión
Es buena la síntesis de la editorial sobre el enfoque del periodismo actual, está bien resumida la historia, la coyuntura actual de esa historia y la invitación al lector a escuchar y leer todo me parece muy buena.
De mi parte hago un pequeño aporte y es en un tema que no está mencionado en la editorial, un tema pendiente de discusión que es ¿de qué viven los periodistas? y la relación periodista – empresa periodística. Me parece que ahí tenemos una gran discusión que dar los medios regionales.
Jorge Conalbi secretario general de DyPRA, Diarios y Periódicos Regionales Argentinos
El periodismo y las vacas sagradas
Las «vacas sagradas mediáticas» fueron creadas y alimentadas por los mismos que luego impulsaron la ley de medios para intentar desacralizarlas… Coincido con la editorial en sus conceptos. De todas maneras, según mi visión, las grandes corporaciones mediáticas privadas y pro estatales ya no ejercen periodismo, sino que impulsan operaciones de prensa, que no es lo mismo.
En estas semanas previas al Día del Periodista Jorge Lanata, el general que el grupo “Clarín” eligió para pilotear la batalla final con el gobierno. Desde el año pasado, olvidados los rencores gracias a un -seguramente- suculento contrato (eso no está mal; aquello de que el periodismo es un sacerdocio… es una mentira, al menos, en las grandes ligas) el grupo encarna la batalla contra el gobierno, en un año electoral, con Lanata como la gran atracción, lo cual lleva a preguntar: ¿se puede decir una cosa hoy, y otra totalmente distinta mañana, con la misma cara de “te estoy contando la posta”?
Todos tenemos grandes contradicciones. Lanata también. ¿Y el gobierno nacional? No es la excepción: desde 2009 castiga y persigue a la corporación mediática más grande de la Argentina. Pero hasta entonces, tenìan excelentes relaciones. Vayan un par de muestras para comprobarlo: en 2007, la entonces candidata Cristina cerró su campaña en TN en el programa “A dos voces”. A fines de ese mismo año, Kirchner cerró su ciclo presidencial firmando su último decreto: autorizó la fusión entre Multicanal y Cablevisión, permitiéndole a “Clarín” el monopolio de la TV por cable. ¿Quién está libre de pecados? ¿Quién puede pontificar sobre pluralismo y libertad de expresión, cuando desde los medios manejados por el Estado se dibuja la realidad, y se acallan voces que no encajan en el “relato”?
Claudio Sorrentino, director de la Revista «La Bocina»
Los medios de comunicación comunitarios y la “gran prensa”
Coincidiendo con la editorial de su periódico acerca del día del periodista, sobre la pelea entre Clarín y el gobierno y de la idea que la prensa debería cuestionar la racionalidad depredadora del sistema económico y cultural vigente en casi todo el mundo, me permitiría sugerir que existe, aunque más no sea en incipiente y no menos dificultosa construcción, un mapa de medios sin fines de lucro, llevado adelante por empresas periodísticas pymes, cooperativas y mutuales, que tienen de momento tanta o más fidelidad con su comunidad de lectores porque representan valores, costumbres e intereses de la misma gente.
Hay que reconocer sobre esa recreación de lo nuestro, desde el barrio, la ciudad, la nación, la comunidad de naciones (del sur, en este caso), que es realmente trabajoso palparla día a día. ¿Quién puede hacerlo, por caso, en una ciudad pulverizada por el individualismo y la exaltación de la propiedad privada con fines de lucro? Esta ciudad… “una picadora de carne humana”, en palabras del ex arzobispo y actual Papa Jorge Bergoglio.
Sin embargo, debemos reconocer, también, que nadie puede defender ni sentir afecto por aquello con lo que no es ávido de encontrarse. Y es ahí donde emerge con un potencial inconmensurable el medio de comunicación barrial, ciudadano, regional. Acostumbrados a recibir mensajes superficiales, de impacto efímero, preferiblemente atemorizantes, de parte de los medios masivos, nuestras acciones quedan suelen quedar invisibles en esas vidrieras.
Es ahí donde la pugna por una comunicación democrática, no hegemonizada por monopolios, deja de parecer un capricho de un gobierno de turno y se transforma en necesidad para todos aquellos que hacen del periodismo ciudadano una herramienta de información desde y para los vecinos de a pie, que aunque no se crea, también son noticia.
No solamente en el hecho delictivo sufrido, también en las redes de protección que arman para cuidarse entre sí; no solamente en los episodios de inconducta escolares, también en los proyectos que los mismos chicos y adolescentes generan para mejorar las condiciones de sus escuelas; no sólo en la mega obra prometida que no se inaugura hasta las elecciones, sino en las intervenciones que la misma gente hace en la cuadra para arreglarla o embellecerla; no sólo en la apertura de la gran sucursal de esa cadena internacional de café o hamburguesas, sino en la empresa que los trabajadores recuperaron armando una cooperativa, para no perder fuentes laborales y seguir distribuyendo riqueza.
Podemos continuar hasta llegar al nudo del asunto, que versa sobre cómo, quién y para qué nos informa: si el gran diario argentino o nuestro diario, el que hacen nuestros periodistas del barrio, que son nuestros vecinos, que no tienen acciones en la bolsa ni pueden voltear un gobierno con tres tapas en contra seguidas, pero sí tienen intereses en comunicar lo que sirva al bienestar de la gente que es parte del propio circuito de la información, consumiéndola pero también construyéndola.
Los periodistas que estamos en esta batalla, que no es contra tal en particular si no más ambiciosa, es por una nueva soberanía comunicacional del pueblo argentino, de nuestros ciudadanos y vecinos, no tenemos el poder del Estado ni de los monopolios pero sí podemos ser canales de comunicación y re-construcción del tejido social que el neoliberalismo se había dispuesto destruir.
Patricio Suarez coordinador de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR)
La dignidad
Coincido con la línea de la editorial y quiero agregar que si hay algo que este gobierno nacional posibilitó en la Argentina, es la recuperación de la Dignidad, en muchos sectores mayoritarios y minoritarios, y aún falta mucho por hacer. Necesitamos hacer de la Dignidad un ejercicio cotidiano, en cada decisión que tomamos, que cada acto, hasta el más personal no pierda el respeto por el otro, ni de la diferencia, en una convivencia democrática real, con reflexión y autocrítica.
Cecilia Salvetti, psicóloga
El enfrentamiento es saludable, el fanatismo no. La ley de medios
Acerca de la editorial por el día del periodista publicada en el último número de El Adán, coincido en que este enfrentamiento entre el poder y los medios es saludable, en tanto y en cuanto nos abre el panorama a muchos, me incluyo, a que no todo lo que leemos es verdad ni todo lo que escuchamos es confiable.
Por otro lado, le veo un aspecto negativo, y es que es tan fuerte este enfrentamiento que ha dividido a la sociedad y la gente lo sigue como a un partido de fútbol entre dos fuertes equipos. Y lo que tendría que ser polémico, o para abrir la mirada, o para reflexionar, desemboca en un fanatismo de un lado o del otro que no nos hace bien. Muchos se alejan, de la pelea, les causa tristeza ver tanta agresión sobre todo de los grupos mediáticos más fuertes, yo soy una de esas personas.
A la vez va perdiendo valor el poder de la palabra. Ya todo se pone entre paréntesis, de todo se duda, de todo se desconfía. Y esto que se genera desde arriba «monopolios vs. gobierno» baja a la gente que adopta una actitud parecida, de no confiar en el otro, no escuchar al que no está del mismo bando, alejarse incluso en cuanto a mantener una amistad si no coinciden las opiniones.
Espero de todo corazón que la Ley de Medios se efectivice. Que no haya periodistas que empapen de veneno heridas aun no cicatrizadas y que cada uno empiece a adoptar su propia postura desde un criterio propio aludiendo a su propia historia de vida, a la historia, a la comunicación con otras generaciones que den sus versiones de hechos del pasado. Y que la gente se comunique en cualquiera que sea el espacio de esparcimiento o participación para conocerse, para hablar, para comunicarse. Hablar tal vez de estos temas y también de otros. Sino las personas terminan devoradas por una historia, que es la de esta guerra que se ha establecido, una historia que no es la suya propia. Y recibe mensajes que lejos de motivarla y despertar las ganas de hacer de este país un lugar mejor expulsa hacia una visión pesimista y derrotada que la realidad no refleja gracias a Dios lo que en nuestro país está aconteciendo. A no ser que el resto de los países sean paraísos que nosotros desconocemos.
Yo creo que hace largo tiempo ya que los medios más poderosos nos alarman, nos asustan, nos acorralan, nos dirigen, nos manipulan. Y que como ya somos suficientemente grandes la opción es que de una vez por todas seamos libres para pensar. Libres para no sentir que salir a la vereda es sinónimo de un asesinato. Libres para no estar pensando todo el tiempo quien roba, quien no roba, yo trabajo y no robo, etc. etc. etc. Porque me parecen pensamientos mezquinos.
Miremos para arriba, el cielo es mucho más amplio que una pantalla de televisión. Más extenso que las páginas de un periódico. Más bello que los cientos de cadenas de mails circulando por la red intentando crear el odio y la división.
Silvia Durruty