En días en los que tanto se habla de los millones de dólares en juego en torno a la criptoestafa que sacude al gobierno de Javier Milei, poco se dice sobre otros muchos millones verdes que también parecen haberse volatilizado por acción oficial.
Por decisión política, en este caso. Son los que deberían aportar al funcionamiento del sistema científico nacional, provenientes en su gran mayoría de organismos internacionales de financiamiento, pero cuya ejecución nunca se concretó, a pesar de tener los fondos asegurados.
Para plasmarlo en números, hubo casi 70 millones de dólares menos devengados en 2024 con respecto al año anterior para Ciencia y Técnica en el país a través de créditos externos. Si en 2023 fueron 95.3596, en 2024 cayeron a 24.8086.
La mayor parte del financiamiento externo para desarrollo científico se canaliza a través de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i). Su fuente principal es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Allí se elevó esta semana una denuncia firmada por más de 2000 referentes de la ciencia –promovida por la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt)- para advertir sobre la falta de ejecución de los presupuestos y los recortes en el área.
“La ejecución de gastos de la Agencia I+D+i financiados con el crédito proveniente del préstamo BID 5293/OC-AR se redujo a partir de enero de 2024, pasando de un promedio de ejecución de 4,9 millones de dólares pagados mensuales durante el último semestre de 2023 a un promedio de 1,1 millones de dólares mensuales a lo largo de 2024. Descendió de 52,9 millones de dólares abonados en 2023 a 13,2 millones de dólares pagados en 2024”, detalló a Tiempo Jeremías Incicco, del grupo de difusión Defendamos la Ciencia Argentina, integrante de la Agrupación Rolando García y uno de los 900 ingresantes a planta del Conicet con alta frenada por el Gobierno.
En septiembre del año pasado, DiarioAR reveló que la Agencia I+D+I retenía al menos U$S 53 millones provenientes de préstamos de organismos multilaterales para el desarrollo de proyectos científicos, mientras el discurso oficial era ‘no hay plata’.
La denuncia impulsada por Raicyt que llegó al BID no sólo tiene que ver con montos y subejecuciones. “Está basada en distintos aspectos de mal