La nueva planta de semillas transgénicas de Monsanto es inaceptable

Los promotores de la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas argumentan que la planta no generará contaminación al ser una “procesadora de semillas”; tratan de ocultar el carácter tóxico de la misma detrás de la simbólicamente apreciada concepción de “semilla” que tienen todos en general. También intentan esconder los poderosos venenos con que trataran a esas semillas, y sobretodo buscan disimular en qué han convertido a esas semillas de maíz manipuladas por Monsanto, la empresa más siniestra e inescrupulosa entre todas las multinacionales.
Para divulgar esta información, la Red de Médicos de Pueblos Fumigados emite este primer Informe sobre la nueva semilla que se procesará en la planta.

El maíz venenoso de Monsanto

Monsanto produce actualmente tres semillas de maíz que comercializa en la Argentina. Una es el Maíz MON810, semilla al que han injertado genes transgénicos a través de bombardeo con micropartículas, logrando que las plantas que se generan de todas ellas, durante su ciclo vital, en cada una de sus células, secrete una toxina (toxina Bt, procedente del bacilo turingiensis), tóxica para insectos lepidópteros (mariposas) que atacan estos cultivos.
El maíz MON810 contiene entre otros genes implantados, genes que convierten en resistentes a los antibióticos de uso común en medicina humana (resistencia a aminoglucócidos). La Unión Europea prohibió, por esta razón, el ingreso de esas semillas a su territorio en 2004 a través del art. 2 de la Directiva 18/ 200. Paralelamente  muchos países de Europa denunciaron el impacto ambiental que estas plantas venenosas de maíz generan, al secretar insecticidas todo el tiempo durante mientras están vivas, causando una huella mucho mayor a la que generan las fumigaciones esporádicas con agrotóxicos.
Científicos canadienses detectaron la toxina Bt inclusive en sangre de cordón umbilical de niños recién nacidos, confirmando la amplísima contaminación generada por este tipo de cultivo. Es preciso reconocer que esta toxina no es inocua para los humanos, por lo que la preocupación médica está aumentando. En la Argentina el maíz MON810 se conoce como Tecnología MaízGard® (MG) y se utiliza desde 1998.

En 2004 Monsanto incorporó un maíz resistente al glifosato. Es el Maíz NK603 aquí conocido como Roundup Ready Maíz 2. Esta semilla permitió rociar con glifosato los cultivos de maíz y también a la población rural vecina del cultivo, con las consecuencias ya conocidas, sobre todo por los vecinos de Bº Ituzaingo de Córdoba. La ventaja era que no crecerían plantas entre los surcos con maíz, entonces este progresaría fuerte y alto sin competencia por el sol, el agua o los nutrientes del suelo. Pero glifosato no es atóxico, produce cáncer, malformaciones y es disruptor endócrino .

Monsanto en 2007 lanza una versión que cruzaba los dos monstruosos maíces transgénicos, NK603 X MON810, llamado aquí MaízGard Roundup Ready 2® (MGRR2), una semilla que genera una planta resistente a glifosato y secretora permanente de insecticida.

El  maíz mutante de Monsanto

monsanto sngreRecientemente el gobierno nacional aprobó nuevas semillas, entre ella una de Monsanto y Dow, el maíz MON89034 x TC1507 x NK603. Esta es una versión mejorada del maíz Bt (MON810), aquel que generaba una toxina que permanentemente mataba a algunos insectos perjudiciales para el cultivo. El nuevo mutante de maíz no sólo genera un veneno, sintetiza tres venenos diferentes, que se secretan todo el tiempo. El nuevo maíz (si aún se le puede llamar así) es capaz de matar  todo tipo de orugas y gusanos de mariposas que traten de anidar en sus chalas, hojas o espigas, y es capaz de exterminar a las temibles vaquitas de San Antonio, un coleóptero que suele anidar en su raíz.
Este nuevo maíz  también quedará intacto bajo la lluvia de glifosato, para el que tiene dos nuevos genes que le dan la capacidad de sobrevivir,  y además será resistente a un segundo herbicida: el glufosinato que comenzará a llover sobre los 12 millones de personas que viven en las zonas de cultivos transgénicos del país.

La resistencia a la nueva planta en Córdoba

El nuevo y venenoso maíz que Monsanto preparará en Malvinas Argentinas vendrá a generar niveles de contaminación y daño ambiental nunca imaginados; pensar que muchos países desarrollados rechazan al maíz que produce una sola toxina Bt, y nosotros autorizamos y cultivaremos un maíz que tiene tres venenos Bt, cuyo impacto es desconocido y que aún asi fue autorizado por el SENASA en base al principio de equivalencia sustancial de transgénico con orgánico; equivalencia que imaginan hipotéticamente, pero que desconocen y afirman como real con temeraria irresponsabilidad (Resolución Nº 382/2012, Ministerio de Agricultura de la Nación).

Intacta, el nuevo maíz mutante de Monsanto, significará una escalada más en la carrera por aumentar la cantidad de herbicidas con los que se bañan nuestros campos; hoy de glifosato solamente consume 280 millones de litros/kg por año, como ya hay resistencias a este herbicida, aparece el glufosinato que es más poderoso y lo acompañará rápidamente aportando su propia y reconocida toxicidad en humanos;  (es falso el argumento de que estos manipuleos genéticos disminuyen el uso de agrotóxicos).

Además Intacta es híbrido, nadie podrá guardarlo para volver a sembrarlo: ya no vuelve a crecer; inevitablemente contaminará genéticamente a otros maíces vecinos, como sucede en México, cuna del maíz, y las empresas multinacionales cobrarán derechos de propiedad genética a los productores. El maíz en poco tiempo no podrá convertirse en mazamorra o locro, es un maíz pensado para forraje de animales o principalmente para biocombustible.
Malvinas Argentinas, un humilde pueblo trabajador cercano a la Ciudad de Córdoba, caracterizado por sus carencias y la dignidad de sus habitantes, no merece convertirse en la factoría de este temible maíz venenoso. La historia de las factorías de Monsanto en todo el mundo sólo refiere contaminación, dolor y muerte; no queremos eso para Malvinas Argentinas y tampoco queremos que sea cómplice de este negocio macabro que impulsa Monsanto con la complicidad del gobierno nacional y provincial.

Por Dr. Medardo Ávila Vázquez
Coordinador Red Universitaria de Ambiente y Salud
Médicos de Pueblos Fumigados

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