El 31 de julio vencieron 930 becas de científicos especializados que ya alertan por la expulsión que genera la política oficial de desprecio y asfixia presupuestaria hacia una ciencia nacional en estado crítico.
En la Argentina actual la ciencia atraviesa una profunda crisis. Y tiene a una institución como emblema de esos embates del oficialismo y es el Conicet que se encuentra en una situación de emergencia. Lo marcan los números: la planta de personal en la gestión de La Libertad Avanza se reducirá en al menos 1600 puestos, de los cuales 1168 son despidos. El número se compone de becas posdoctorales que no serán renovadas a partir de agosto, cesantías y concursos no efectivizados.
Ataque a la ciencia
930 becas que el gobierno planea no renovar: 730 doctorales y 200 posdoctorales. A esto se suma que el 30 de septiembre vencen otros 1300 contratos de personal administrativo.
Los despidos directos o encubiertos, la asfixia presupuestaria, la reducción drástica del cupo de becas doctorales que ya estaban presupuestadas, el atraso salarial y el congelamiento de los subsidios para financiar insumos (en su mayoría dolarizados) y hacer operativos los equipos necesarios para desarrollar proyectos ponen en jaque el desarrollo nacional, generando el panorama crítico de un organismo en vías de desmantelamiento. Y la pregunta cada vez más retórica: si ese ajuste tiene que ver solo con lo ideológico o hay empresas detrás queriendo hacer su negocio.

La cantidad de becas posdoctorales asignadas este año es de 470; son 330 menos que las 800 prometidas en la convocatoria. Y de los 1233 becarios y becarias doctorales que finalizaron su beca este año, 730 no podrán continuar investigando en el organismo luego de 5 años de trabajar en condiciones de precariedad.
Durante la nueva gestión no hubo ningún ingreso a las carreras del investigador científico (CIC) y del personal de apoyo (CPA). Según el último relevamiento, 955 investigadoras/es y profesionales calificados (850 CIC y 105 CPA), que ya habían sido seleccionados por concurso en 2022 y 2023, luego de rigurosas evaluaciones, aún no son efectivizados en sus cargos. Todos son trabajadores científicos altamente especializados y la mayoría tiene doctorados o posdoctorados en el país o el exterior.
Toda esta situación de vaciamiento e inestabilidad del sistema de ciencia y tecnología está haciendo que muchos científicos decidan irse del país. “Los científicos están siendo expulsados por esta política que lleva adelante el gobierno de Milei –explica una de las ingresantes a carrera sin efectivización–. La mayor parte de quienes conformamos el colectivo de ingresantes dedicamos al menos 8 años en formarnos y nuestra formación es reconocida y valorada en el exterior”.
El ataque del gobierno a la ciencia no involucra sólo al Conicet. Por ejemplo, se conoció que en junio (en vistas a cumplir el superávit fiscal «como sea»), cayó un 95% la transferencia de fondos a las universidades nacionales. Al mismo tiempo, buscan desprenderse de empresas emblemas del desarrollo nacional. Tandanor es un astillero y taller de reparaciones navales y Fabrica Argentina de Aviones (FAdeA) es una empresa que provee los medios y servicios aeroespaciales al Ministerio y el ejecutivo piensa en su privatización.
