«Cosiendo sueños» en Embarcación

Estela y María, madre e hija, aprendieron costura gracias a los talleres de Fe y Alegría Embarcación Salta. Iniciaron un proyecto de emprendimiento textil llamado «Cosiendo Sueños» y hoy son parte de la unidad de negocios del centro educativo. En el marco del «Día de la Mujer Emprendedora», su historia nos inspira. Hoy, el oficio les permite una fuente de ingresos que alimenta sus proyectos.

En Embarcación, una localidad al norte de Salta, la fuerza y perseverancia de una madre y su hija se transforman en oportunidades gracias a la educación y el trabajo comunitario. Estela y María, de entre 45 y 25 años respectivamente, viven en el barrio Cherenta, donde las viviendas son precarias y las calles de tierra. Ambas caminan cada mañana hacia el Centro Educativo Fe y Alegría para asistir desde temprano al Taller de Textil y generar ingresos a través de la unidad de negocios que conformaron con sus colegas y docentes. Su historia refleja el poder transformador de la formación y el impacto del proyecto “Cosiendo Sueños”, una unidad de negocio que las impulsa a mirar hacia su futuro y el del resto de la familia, con ilusión y mucha fe.

Las unidades de negocio en nuestros centros educativos son espacios de producción con el enfoque de Emprendimiento con Innovación y Propósito. Se desarrollan como parte de la propuesta socio educativa de cada centro, constituyendo un espacio de práctica para estudiantes y una posibilidad de inserción laboral para egresadas y egresados. En el ámbito del centro educativo, estas unidades productivas están orientadas a generar ingresos para sus participantes y para el centro. A nivel nacional, actualmente ya contamos con siete unidades de negocio, tres en nuestros bachilleratos técnicos y cuatro en nuestros centros de formación laboral para adultos, con diferentes perfiles y diverso grado de desarrollo.

Estela, de origen boliviano, vivió su infancia en el campo. Llegó a Argentina a los 15 años en busca de un futuro mejor. Muy joven formó familia y tuvo 6 hijos, entre ellos un par de mellizas que hoy tienen 9 años. Desde hace tiempo está sola al frente de su familia. Con su hija María, asisten a los cursos de textil en Fe y Alegría. Estela ya completó tres niveles de formación.

La vida en Embarcación presenta múltiples dificultades, desde el acceso limitado al trabajo hasta las dificultades para subsistir y la inseguridad. Sin embargo, en este escenario, la historia de Estela da cuenta de su actitud resiliente y su capacidad para soñar un futuro mejor.

El Centro Educativo Fe y Alegría en Embarcación comenzó en 2001 y, en la actualidad, ofrece educación a 474 estudiantes en los niveles inicial, primario y secundario. Además, brinda talleres de capacitación laboral y cuenta con un Club de Emprendimientos con Innovación y Propósito. Ubicado en uno de los barrios más vulnerables de la zona, el centro es una referencia.

Entre sus propuestas más recientes se encuentra el desarrollo de unidades de negocio; en el caso de Embarcación optaron por el proyecto “Cosiendo Sueños”, liderado por Cecilia, la profesora de textil.

Este proyecto ha sido clave para Estela y María, quienes, con esfuerzo y dedicación, aprendieron a coser sin saber nada y ahora tienen numerosos pedidos que les generan ingreso, junto a las compañeras que desde el inicio del proyecto han caminado juntas con Estela. Con mucho esfuerzo la unidad de negocio se va abriendo paso, dando respuesta a la demanda de confección de prendas que se genera en cada época del año.

Cada mañana, Estela y María caminan bajo el sol de Salta hasta el centro educativo, con el compromiso de avanzar en sus habilidades. Durante las clases fortalecen sus competencias en el las orienta en el manejo de la maquinaria textil, y participan en capacitaciones en otros centros de Fe y Alegría: diseño, moldería, bordado, etc. Gracias, en sus palabras, “Hoy estamos aprendiendo a crear, todo lo que sabemos lo aprendimos acá, y eso nos da esperanza”.

Al mediodía, al rayo del sol regresan a casa, cargando sus telas y piezas de trabajo. Caminan con paraguas, para tener algo de sombra ya que el calor es muy fuerte. En su humilde vivienda las espera el resto de la familia. Sobre la mesa brilla la vieja máquina de coser familiar. “A pesar de que tiene una pieza rota y no consigo el repuesto, sigo trabajando como puedo”. La máquina tiene, sin duda, un lugar central.

Además de la costura, Estela lleva adelante un pequeño kiosco que ayuda a completar los ingresos familiares. “Está difícil – cuenta- ayer no vendí nada. Ni para comprar más pan”.

Para Estela, estos cursos no solo son una oportunidad económica, sino un impulso para lograr mejorar su hogar y su emprendimiento. Hoy su sueño es mejorar el pequeño kiosco que mantiene en su casa y seguir desarrollando su oficio de costura para brindar una mejor vida a sus hijos. La formación en competencias básicas como la Autoconfianza, la formación en Emprender con Innovación y Propósito y los cursos de competencias técnico digitales, le brindan el apoyo necesario para seguir alimentando su sueño.

Historias como la de Estela y María son un recordatorio de que la educación puede ser un motor de cambio y crecimiento para una familia y una comunidad. En Fe y Alegría, iniciativas como “Cosiendo Sueños” están construyendo una red de mujeres que, gracias al aprendizaje de un oficio y el acompañamiento adecuado, logran transformar sus vidas. En palabras de Estela: “Este lugar nos da esperanza y nos hace sentir que, aunque sea de a poquito, se puede salir adelante”. Fuente: Fundación Fe y Alegría.

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