20 de noviembre, día de la Soberanía Nacional

Los hechos históricos

En enero de 1845 Francia e Inglaterra deciden la intervención militar a la Confederación Argentina, y que debían adoptar la insólita forma de una impuesta “mediación” forzosa para negociar el fin de la guerra con la Banda Oriental y la entrada de sus mercaderías y tropas.
Gran Bretaña designó como “mediador” a Sir William Gore Ouseley y Francia nombró al Barón Deffaudis.
Ouseley llegó a Montevideo el 27 de abril de 1845 y algo después arriba Deffaudis al Plata.
Los “mediadores” se apoyaban en imponentes escuadras navales de guerra.
La Inglesa al mando del Almirante Inglefield y compuesta por nueve buques a vela y tres vapores de guerra, con 136 cañones último modelo estriados y de retrocarga “Peysar”.
La Francesa al mando del Almirante Lainé, se componía de 3 grandes fragatas, cinco corbetas y bergantines a vela y dos vapores de guerra, con 282 cañones-obuses estriados y de retrocarga “Paixhans” que disparaban balas de 80 libras.
El 12 de mayo Ouseley, reclama al gobierno de Buenos Aires el cese de la guerra en la Banda Oriental y el retiro de tropas y fuerzas navales.
El 21 de Julio los ahora “interventores” presentan un “ultimátum” a Rosas.
Conceden 10 días para el retiro de tropas argentinas y el retiro de los barcos de Brown de Montevideo.
El 22 de julio la marina anglo-francesa desembarca en el Uruguay para reforzar las defensas de Montevideo. El 2 de agosto la Flota Naval franco-inglesa captura la escuadra de río del Alte Brown, quien había recibido órdenes expresas de “evitar todo incidente y no abrir el fuego”.

La guerra disfrazada de
mediación

Ante este hecho de intervención extranjera, Juan Manuel de Rosas elevó los antecedentes a la Legislatura de Buenos Aires, que lo autorizó “para resistir la intervención y salvar la integridad de la patria”. La guerra había empezado. Entre varios acontecimientos importantes, el 13 de septiembre Rosas suspende los pagos de los bonos de la deuda externa (incluidos los pagos a la Casa Baring Brothers de Londres) y el 17 de octubre ordena al embajador argentino en Londres Dr. Manuel Moreno que reclame enfáticamente y si no tiene respuesta que exija sus pasaportes.
El 18 se concreta el bloqueo naval de todos los puertos argentinos por parte de la flota anglo-francesa.
El 20 de octubre Sir William Gore Ouseley informa al Foreing Office: “El logrado reconocimiento del Paraguay como nación Independiente, conjuntamente con el posible reconocimiento de Entre Ríos y Corrientes y su erección en Estados Independientes, asegura la navegación del río Paraná y del río Paraguay”
Con la decisión de ir a la guerra, los “interventores” recibieron refuerzos con el Regimiento Británico Nº 45 y con la Flota Naval Conjunta hay 90 navíos con mercaderías de diversas banderas, listos para vender en el litoral y en el Paraguay.
Para el desembarco los ingleses recibieron 600 infantes de marina y los franceses 200 màs una batería de cohetes. Con ese potencial comenzaron la subida por el Paraná.

La defensa de la
“Vuelta de Obligado”

El Brigadier Gral Juan Manuel de Rosas ordena la defensa sobre el río Paraná en el lugar denominado Vuelta de Obligado (San Pedro), donde el Gral Lucio Norberto Mansilla habían fortificado la costa y colocado una fila de gruesas cadenas de costa a costa, para impedir el paso de los buques.
De buques de guerra se habían desmontado los cañones para la defensa, eran 5 baterías con un total de 30 cañones antiguos, lisos y de avancarga, con balas de calibres de 8 a 20 libras servidas por 100 artilleros al mando del Capitán de marina Thorne y lo protegían tropas de Infantería y de caballería para repeler posibles desembarcos.
El 20 de noviembre el combate comenzó a las 8 de la mañana con intenso fuego de artillería desde los buques.
La Banda militar de Patricios toca los compases del Himno Nacional que era coreado por los patriotas, mientras la muerte los rodeaba.
A la tarde comenzó el desembarco de los invasores.
La pelea se prolongó hasta caer la tarde con lucha cuerpo a cuerpo y contraataques de la caballería.
Al final de la batalla se contaron 250 soldados muertos (incluído el Héroe de la recuperación de Malvinas y Soldado de Patricios, el “gaucho” Antonio Rivero, y 400 heridos de un total de 2.160 combatientes criollos.
El parte de Batalla del Jefe Francés Trehouart a París revela la resistencia heroica: “Siento vivamente que esta gallarda proeza, se halla logrado a costa de tal pérdidas de vidas, pero considerando la fuerte oposición del enemigo y la obstinación con que fue defendida la plaza, debemos agradecer a la Divina Providencia que no haya sido mayor”.
Mientras el Almirante inglés Inglefield, en su informe dice: “Bizarro hecho de armas, desgraciadamente acompañado por mucha pérdida de vidas de nuestros marinos y desperfectos irreparables en los navíos. Tantas pérdidas han sido debidas a la obstinación del enemigo”.
Al amanecer del día siguiente continuaron su navegación por el Paraná.
Los buques de guerra atacantes sufrieron serias averías y de los 90 mercantes que acompañaban la Flota, solo 52 pudieron pasar de inmediato, por el paso forzado y comerciaron libremente con Entre Ríos, Corrientes y el Paraguay pero no estuvieron tranquilos, porque eran atacados en forma continua desde la costa.
“La Guerra del Paraná” se desarrolla, con los combates del 2 de enero de 1846 , el “2do encuentro de Vuelta de Obligado” con los argentinos al mando de Thorne, con artillería volante y lanceros de caballería que enfrentan el desembarco de 300 infantes de marina al mando del Cap Honthan, que continuará con los combates de “Tonelero” , “Acevedo” , “San Lorenzo” y la “Angostura del Quebracho, donde el 4 de junio de 1846 el Gral Mansilla los enfrenta nuevamente, desde la barrancas del Quebracho, al norte de San Lorenzo, logrando una aplastante victoria argentina, que significò el fin de la aventura colonialista.
“Obligado” fue para Inglaterra y Francia, una victoria militar y una grave derrota política y comercial.

Consecuencias de la Guerra

El Brigadier Juan Manuel de Rosas, fue quien defendió la Soberanía Nacional ante la ambición desmedida de los Gobiernos de Gran Bretaña, de Francia y del Imperio de Brasil y los resultados fueron los siguientes:
El fin del Bloqueo Naval de Francia e Inglaterra a los puertos argentinos, la devolución de la Flota Argentina capturada y la Isla Martín García.
La flota extranjera vencida tuvo que saludar a la Bandera Argentina con 21 cañonazos y reconocer la Soberanía Argentina y la NO navegación de los ríos interiores. También finalizó la posibilidad de intervenir al Paraguay y que el Uruguay pase a ser una colonia francesa.
Es el momento del máximo poder interno y de la admiración de los pueblos de América hacia el Brigadier General don Juan Manuel de Rosas.
Por estos motivos también fue despreciado por los sectores locales antinacionales que durante más de un siglo negaron la figura histórica de Rosas.

Por Mariana Volante
Fuente: Castagnino Leonardo.
Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades

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