Encuesta problemática
La compulsa se hizo por encargo de Sbase, la empresa del gobierno porteño. Pregunta si a los trabajadores que paran deberían denunciarlos a la Justicia o despedirlos. Denuncian una campaña para estigmatizar al personal.
Durante septiembre, en cinco estaciones de cada línea de subterráneo se realizó una “encuesta coincidental” para “un estudio sobre el subte en la Ciudad de Buenos Aires”. La investigación, encargada por Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase) a la consultora NHG, todavía se encuentra en proceso, explicó ayer la empresa a este diario, de modo que se desconocen sus resultados. A lo largo de 68 interrogantes, cada encuestado respondió sobre “características del uso del servicio”, “tarifas” y “empleados del subterráneo”, con preguntas tales como si el usuario está de acuerdo en que “la actitud de los trabajadores del subte impacta negativamente en su experiencia de viaje”, o si cree que el gobierno porteño debería tomar “una postura más estricta con respecto a las acciones de protesta llevadas adelante por los delegados gremiales”, y si tal decisión podría ser “sancionarlos descontando del salario los días no trabajados”, “denunciarlos ante la Justicia” o “despedirlos”, por ejemplo. Las preguntas fueron denunciadas por los trabajadores del subte como parte de una “campaña” del gobierno porteño para culparlos “por la falta de inversión y de mantenimiento”. “Es una campaña terrible contra los trabajadores”, aseguró Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea B, quien adelantó que la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (Agtsyp) realizará “presentaciones legales” porque “las preguntas de la encuesta son tendenciosas y buscan generar reacciones violentas, como las que hubo esta semana en la línea”.
Las preguntas procuraron conocer opiniones de quienes hayan viajado más de tres veces por semana en cualquiera de las líneas del subte. En apenas dos preguntas, el estudio indaga en las expectativas del usuario a partir de que “el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se hizo cargo del control y fiscalización de la red” (¿mejorará?, ¿se mantendrá tal cual?, ¿empeorará?). En adelante, los interrogantes abordan la “experiencia de viaje” y la “calidad del servicio”, expresiones que descompone en indicios concretos. El usuario debía elegir qué aspectos tienen “mayor prioridad en relación al servicio”, tras observar una lista de 15 ítems en la que “mayor frecuencia” ocupaba el primer puesto, “terminar con los paros y los conflictos gremiales” el segundo, “mantenimiento de vías y sistemas en general” el tercero, y “reducir la cantidad de vendedores ambulantes y mendigos” el cuarto.
El tercer conjunto de interrogantes, “Empleados del subterráneo”, profundiza un poco más esta perspectiva. “¿Qué imagen tiene usted de los delegados sindicales del subte?”, “¿Y de los empleados del subte en general?”. La pregunta “¿Quién cree usted que se ocupa más de proteger a los usuarios del subte?” ofrece cinco respuestas posibles, dos de las cuales (“ninguno” y “no sabe”) tienen la indicación de no ser ofrecidas como tales; las otras tres son, en orden: “Los metrodelegados”, “Metrovías”, “El gobierno nacional”.
La organización sindical y los conflictos laborales se vuelven estrellas con el correr de las preguntas. “Los paros y las medidas de fuerza gremiales tomadas por los empleados del subte” ¿son “justificados” o “injustificados”? “¿Quién cree usted que es el principal responsable de los paros de subte?”, arremete la pregunta siguiente, que ofrece como respuestas posibles “el gobierno nacional”, “el Gobierno de la Ciudad”, “los empleados del subte (en general)”, “los delegados gremiales del subte”, “la empresa consecionaria (sic) Metrovías”.
La encuesta toma envión: “¿En qué medida le afectan a usted los paros y las medidas de fuerzas (sic) gremiales llevadas adelante por delegados del subte?”. La pregunta “Algunos afirman (sic) que ‘la actitud de los trabajadores del subte impacta negativamente en su experiencia de viaje’. ¿En qué medida está Ud. de acuerdo con esta afirmación?” es seguida por otra sobre cómo sería recibida una “postura más estricta” ante “las acciones de protesta llevadas adelante por los delegados gremiales”.
A continuación, el usuario debe evaluar qué acción “debería llevar a cabo el Gobierno de la Ciudad ante las protestas de los delegados gremiales”: “sancionarlos descontando del salario los días no trabajados”, “denunciarlos ante la Justicia” o “despedirlos”. Precavida, la encuesta indaga si el pasajero “estaría dispuesto a apoyar al gobierno (…) en la toma de acciones como ésas aun si esto deriva en más días de paro e incomodidades en el viaje”.
Quienes respondieron que el gobierno porteño no debería tomar “una postura más estricta frente a las protestas gremiales” son preguntados por el motivo detrás de esa opción. ¿Es porque “no confía en la capacidad del gobierno”, porque “los delegados tienen razón/defienden a los trabajadores”, porque “el problema gremial en el subte no tiene solución” o porque “derivará en más paros e incomodidades”?
La opinión que pueda merecer el gobierno porteño ante los conflictos del subte motiva dos interrogantes llenos de adjetivos: ¿el pasajero cree que el gobierno “está en condiciones de afrontar el problema de los paros y medidas de fuerza injustificadas promovidas por los delegados gremiales y encontrar una solución duradera para el problema?”. Finalmente: “algunas personas temen que si el gobierno (…) toma una postura más estricta frente a los reclamos gremiales, los usuarios terminarán viéndose afectados por más paros y medidas de fuerza, y finalmente todo seguirá igual. ¿Ud. está de acuerdo o en desacuerdo con tal afirmación?”.
Algunas preguntas son extensas por cuanto contienen más de afirmación que de exploración. Por ejemplo: “El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está implementando un plan de modernización del subte equipando la red con conexión wi-fi, pantallas interactivas para conocer la frecuencia del servicio, mapas de la ciudad y hacer trámites on-line, además de cámaras de seguridad para monitorear el delito. ¿Diría Ud. que estas mejoras están impactando en su actual experiencia de viaje?”.
Por otra parte, mientras el proyecto de presupuesto para 2014 que el gobierno porteño presentó en la Legislatura contempla un pasaje de subte a 3,50 pesos (un peso más que ahora), la encuesta monitorea una posible oscilación. “Si el gobierno (…) logra mejorar su experiencia de viaje y la calidad del servicio, dentro de un año (sic), ¿usted estaría dispuesto a pagar de más?”. La pregunta siguiente, de respuesta abierta, es “¿hasta cuánto estaría dispuesto a pagar?”.
Fuente: Página/12