Protestan por la construcción de torres y la pérdida de patrimonio en la ciudad

Distintas comunas porteñas comenzaron a agruparse en defensa del patrimonio y la identidad de cada barrio y de sus espacios verdes y público ante el avance del negocio inmobiliario en la ciudad, apañados por el gobierno porteño. Les mostramos, a través de esta nota de la agencia Telam, que ocurre en algunos barrios.

Villa Ortúzar

Uno de los barrios más afectados por el «boom» inmobiliario es Villa Ortúzar, donde el grupo vecinal armó un mapa que reveló que en los 1,8 kilómetros cuadrados de su superficie hay 50 obras de construcción activas y 90 terrenos en venta.

«Estamos cada vez más preocupados, porque a quien no le construyen al lado, le venden atrás o enfrente. Hay cada vez más casas que son demolidas, lo que nos da mucha tristeza porque este es un barrio tranquilo que se transformó en un caos», manifestó Gigi, una vecina de hace más de 20 años de Villa Ortúzar.

Allí, también hay un proyecto inmobiliario para levantar un edificio de ocho pisos, con local gastronómico en la planta baja, dentro de una plaza, lo que motivó a los vecinos a conformar el colectivo «Somos la Malaver» en referencia al nombre que lleva el espacio verde

Ignacio Iraola, residente del barrio, explicó que «no estamos en contra del progreso, sino que se construya un edificio de ocho pisos dentro de una plaza que tuvo un rol muy importante en la pandemia»; en tanto que Paula sostuvo que «estamos rogando que no se haga el proyecto, no tenemos una respuesta del Gobierno porteño y el anuncio de la venta sigue».

Núñez

En Núñez, iniciaron una campaña que incluyó la colocación de carteles en los frentes de las casas con la leyenda «No al Código Urbanístico. No al Código de Edificación» en rechazo a las construcciones en altura y en defensa del «patrimonio barrial y de los espacios verdes».

«Queremos seguir siendo un barrio», aseguraron y precisaron que en la actualidad conviven distintos emprendimientos inmobiliarios, entre ellos, en un predio en Arias, entre O´Higgins y Arcos; en terrenos en la intersección de Deheza y Cuba, frente a la plaza Félix Lima; y el restante en O´Higgins, entre Ramallo y Arias.

Colegiales

También en el barrio de Colegiales existe una decena de obras en curso con foco en el llamado «Playón Ferroviario», que linda con la estación de trenes de la línea Mitre y el que fue vendido por el Estado años atrás a distintas constructoras que ya comenzaron con los trabajos de construcción.

«De los cinco lotes vendidos ya empezaron las obras en tres y nos informaron que están aprobados otros dos emprendimientos más, con lo cual la situación se agrava cada día más porque va a traer más movimiento de gente y mayor consumo de los servicios como agua luz y cloacas, y también más transito», indicó Adriana Fernández, vecina de Colegiales

Ana, por su parte, relató que «en Colegiales nos están llenando cada vez más de torres. El negocio inmobiliario está avanzando de una forma terrible. Fue el cambio del Código Urbanístico lo que hizo que las construcciones puedan crecer en altura, entonces es increíble como Colegiales está dejando de ser Colegiales».

Parque Chacabuco

En Parque Chacabuco, un barrio también de viviendas de poca altura, está en desarrollo un proyecto de cinco edificios que alcanzarán entre los 12 y los 21 pisos, lo que generó que los vecinos recurrieran a la justicia, a través de una acción de amparo, porque aseguran que allí el tope para las construcciones es de 11,20 metros.

«Vienen a destruir la identidad cultural del barrio, nos afecta de distintas maneras porque ponen en riesgo la prestación adecuada de los servicios, nos quita luz natural del sol, avasalla derechos colectivos, no tiene en cuenta las necesidades del barrio y tampoco resuelve el problema habitacional porque son viviendas de lujo», argumentó Analí, vecina de la zona.

«Avasalla derechos colectivos, no tiene en cuenta las necesidades del barrio y tampoco resuelve el problema habitacional porque son viviendas de lujo»Analí, vecina de Parque Chacabuco

Villa Santa Rita

En el corredor oeste de la Ciudad, permanece vigente un reclamo en Villa Santa Rita para contar con una plaza ya que es el único barrio porteño sin un espacio verde; mientras que en la zona de Agronomía hay un pedido para que la Universidad de Buenos Aires, dueña de un parque de unas 60 hectáreas, permita el acceso a toda su superficie.

Guillermina explicó a Télam que «ya no da para más seguir esperando por la plaza, es un reclamo ambiental y de salud pública que ya lleva más de diez años y que parece no ser escuchado porque el proyecto duerme en la Legislatura».

Foto: Alejandro Belvedere

En tanto, existen agrupaciones vecinales que rechazan la instalación de estadios para eventos deportivos y recitales como son los casos de Villa Crespo, donde se opusieron a Movistar Arena, y en Boedo que resiste la llegada de la cancha de San Lorenzo de Almagro.

«En este momento, el problema de la falta de los espacios verdes y el uso comercial de terrenos está puesto en evidencia una vez más. Los habitantes de Boedo rechazamos la imposición inconsulta de profundos cambios en nuestras vidas, ya que cuando elegimos vivir acá era un barrio sin estadio», señaló María Alen.

«Los habitantes de Boedo rechazamos la imposición inconsulta de profundos cambios en nuestras vidas, ya que cuando elegimos vivir acá era un barrio sin estadio»María Alen

En Saavedra, hay un movimiento barrial que surgió tras la difusión de un proyecto del Gobierno porteño para abrir al aire libre un tramo del arroyo Medrano, que permanece entubado desde 1942, en una iniciativa que interpretan «quitará espacio verde y aumentará la cantidad de cemento».

Foto: Eliana Obregón

También, nacieron iniciativas vecinales en contra de torres en barrios como Parque Chas, Villa Pueyrredón, La Paternal, Villa Urquiza y Bajo Belgrano.

Infografía

A la par de estas movidas, un grupo de organizaciones conformado por el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), la Cátedra de Ingeniería Comunitaria (CLIC), el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), la Defensoría de Laburantes (La Defe) y el colectivo Basta de Demoler motorizó una juntada de firmas a través de la plataforma de Change.org en rechazo a la «pérdida de identidad, patrimonio, diversidad, habitabilidad y calidad de vida» en CABA.

«Solicitamos que de forma urgente se suspendan los efectos del Código Urbanístico aprobado en 2018, que permite la destrucción de la identidad de los barrios residenciales de casas bajas e impulsa la sobre construcción en otros barrios ya consolidados sin que se haya establecido cómo se incrementará la infraestructura de servicios públicos domiciliarios y no domiciliarios, necesaria para soportar el aumento de la densidad constructiva y demográfica», advierten.

Fuente: Telam – Valeria Azerrat

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