En este 12 de junio, celebramos las políticas publicas universales que garantizan la protección social de la infancia y el apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad, así como también los avances en el trabajo genuino para las y los adultos, la actualización permanente de la Asignación Universal por Hijo, el Programa Ciudadanía Porteña de la CABA y el reciente Plan Progresar para los adolescentes y jóvenes.
Resulta imperioso continuar el monitoreo y la prevención del trabajo infantil rural, de la participación de los chicos en la separación de residuos, en la venta ambulante y en la mendicidad. El trabajo infantil perpetúa el circuito de la pobreza porque impide a los niños y niñas dedicarse a sus funciones y tareas primordiales que son el estudio y la recreación.
El lugar de los niños y niñas es la escuela, el barrio, la familia. Por eso, desde la Dirección General de Niñez, Adolescencia, Género y Diversidad dependiente de la Subsecretaría de Derechos Humanos y Seguridad de la Defensoría, reclamamos al Gobierno de la Ciudad y a la sociedad toda mayores y más eficaces acciones destinadas a brindar protección a cada familia que lo necesite y a los chicos y chicas en situación de vulnerabilidad.
