La tarde del jueves 15 de octubre en el barrio de Flores, dirigentes gremiales de distintos sindicatos, vecinos de la Asamblea que funcionó en Plaza Irlanda en la época de la crisis del 2001, vecinos de la Comuna 7 y militantes de La Cámpora, recordaron a Felipe Vallese, considerado el primer desaparecido de la historia argentina, restaurando el lugar donde fue secuestrado el 23 de agosto de 1962 este militante gremial quien en aquel momento se tomó de un árbol paraíso para no ser detenido. Su desaparición se convirtió en bandera de lucha del movimiento popular peronista que estaba proscripto en aquellos años.
Un poco de historia
En aquellos tiempos gobernaba Arturo Frondizi, quien había asumido en 1959, luego de cuatro años de gobierno militar.
Eran tiempos de fuerte inestabilidad institucional, la democracia era débil, sometida a planteos militares constantes y con el peronismo prohibido desde ese golpe militar de 1955 que había sacado a Perón del poder, quien se exilió para salvar su vida.
En el año 1962, en enero, el ministro del Interior de Frondizi, Alfredo Vítolo, firmó un documento con los jefes militares garantizando que no se permitiría a Perón volver al país para las elecciones de renovación de autoridades, que se celebrarían el 18 de marzo de ese año.
Paralelamente el juez electoral Leopoldo Isaurralde declaraba que Juan Perón no podía ser candidato por no tener residencia en el país y ser un fugitivo de la justicia, mientras el cardenal Antonio Caggiano, recordaba que la excomunión de Perón estaba en vigencia.
Sin embargo, aquel 18 de marzo, en las elecciones generales, se elige como gobernador de Buenos Aires a Andrés Framini, el candidato de Perón, bajo las siglas de la Unión Popular.
Fue este el hecho político más importante producido por el peronismo desde 1955. El triunfo de Framini fue la demostración que el peronismo seguía siendo mayoría.
Las fuerzas armadas golpistas no aceptaron esta circunstancia, su líder, Aramburu, «aconsejó» la renuncia de Frondizi y el comandante del Ejército general Raúl Poggi le pedía efectivamente la renuncia.
El día 27 el presidente declara «no me suicidaré, no renunciaré y no dejaré el país». Dos días después, frente al movimiento de tropas, renuncia, es arrestado en Olivos y trasladado a Martín García. El día 30 de marzo asume José María Guido como presidente de la Nación, hasta entonces, presidente del Senado, quien no fue más que una fachada tras la cual gobernaban los militares.
El 24 de abril, el nuevo presidente anula las elecciones ganadas por el peronismo.
El 24 de julio por un decreto del Poder Ejecutivo prohibe el proselitismo peronista, la exhibición publicitaria de fotografías y marchas.
En el mes de agosto se inicia una huelga general de 48 horas decretada por la CGT y se desata entonces, una violenta represión comandada por el ejército. El 23 de agosto es secuestrado frente al número 1776 de la calle Canalejas, Felipe Vallese quien tenía 22 años y era delegado desde 1958 en la fábrica TEA S.R.L.
La justicia a instancias de su familia y de la UOM reconstruyó el camino hacia la muerte de Felipe hasta la comisaría de Villa Lynch donde desaparece. Su cuerpo jamás apareció, pero su nombre desde entonces simboliza lo mejor de aquella juventud que no reparó en peligros por la defensa de sus ideales. Hoy, la calle Canalejas lleva su nombre y así también se denomina el salón de actos de la CGT en su sede de la calle Azopardo 802 de la Capital Federal.
Durante la restauración del cantero original, colocado hace años por los vecinos de la asamblea de Plaza Irlanda, estuvieron presentes, militantes de aquella asamblea y vecinos del barrio, además, participaron del acto Javier Andrade, legislador electo del FpV en CABA y militante de La Cámpora; Luciano Fernández, secretario gremial de ATE; Vanesa Siley, secretaría general de Judiciales; Alejandra Rincón, gremial de la Asociación Argentina de Actores; Kano Bálsamo, gremial de Foetra y además participó Felipe Vallese hijo, quien recordó la lucha de su padre, reivindicando la época actual donde muchos jóvenes siguen esa lucha histórica por lograr una Argentina libre, justa y soberana, en el actual proyecto llevado adelante por el gobierno nacional.
