A 37 años de la guerra de Malvinas: el Informe Rattenbach

Hace nada más que treinta y siete años atrás se desarrolló en el Atlántico Sur, una de las acciones más demenciales e improvisadas de la dictadura militar de aquellos años: declarar un estado de belicidad a un país con una capacidad militar infinitamente superior, enviar al frente de batalla en la guerra por Malvinas a soldados conscriptos sin preparación militar, sin apoyo logístico, sin armas adecuadas y con el solo objetivo de perpetuarse en el poder político.

Todo este dislate como se podía suponer, terminó en una tragedia para centenares de jóvenes argentinos.
Al poco tiempo de finalizar la guerra, se elaboró una investigación castrense de lo acontecido, se emitió un informe sobre el papel de las tres fuerzas armadas en el conflicto y la actuación de los jefes militares en la conducción de esa guerra.
El trabajo se llamó “Informe Rattenbach”, que hace años se conocía en sus líneas mas destacadas, aunque fue presentado públicamente el jueves 22 de marzo de 2006 por el gobierno nacional.
Soldados en islas MalvinasConsta de 17 tomos y tiene dos pequeñas tachaduras por recomendación de los especialistas que analizaron el documento, para proteger la identidad de dos personas: la de un agente de la Secretaría de Inteligencia, cuyo nombre no puede ser revelado por ley, y la de un kelper que colaboró con el gobierno argentino durante la guerra.
La comisión encabezada por Benjamín Rattenbach era sólo de “análisis y evaluación”, sin embargo, el honrado general no se prestó a realizar un informe que dijera algo para ocultar todo y fue al fondo de la cuestión: “La fuerza, empleada equivocada e inoportunamente, no era el medio idóneo para hacer valer los derechos frente al adversario y ante la comunidad internacional”.
En los considerándos se establece que el clima no era el mejor para iniciar la invasión: “existía en numerosos países, particularmente en los países europeos, un rechazo hacia el gobierno argentino, por la cuestión de los derechos humanos”.
Sobre la improvisación de la dictadura en el conflicto, establece: “…las capacidades del enemigo han sido consideradas en forma poco profunda, al igual que el análisis de la probable reacción británica, no existiendo certeza acerca de qué documentos o funcionarios fueron consultados”. Y “el escasísimo aviso previo que se dio a las unidades propias para cumplir misiones de guerra provocó que se enviasen a Malvinas tropas sin adiestramiento ni equipamiento adecuado”. En el informe se expresan claramente las “fallas de coordinación entre comandos”; la “falta de preparación del personal y material” y la “de información sobre el enemigo”. Además, “no existía un plan de defensa de las islas en caso de que Gran Bretaña decidiera recuperarlas por la fuerza”.
Luego, califica a las medidas de las tres armas como “irreflexivas y precipitadas”, que convirtieron la invasión “en una aventura militar, sobre todo cuando se hizo efectiva la reacción bélica británica”.
Se refiere también a las fanfarronadas oficiales, absolutamente irracionales, como cuando Galtieri hablo desde el balcón de la Casa Rosada, o cuando el canciller argentino Nicanor Costa Méndez (un civil), decía: “La bandera argentina no será arriada mientras corra una gota de sangre por las venas del último soldado argentino que defiende las Islas Malvinas”.
El primero en arriarla fue el general Mario Benjamín Menéndez, el comandante de la isla. Bravuconadas que costaron la vida de centenares de jóvenes.
El informe abunda en considerandos negativos: “No se previeron las necesidades de orden logístico que fue causa de serios problemas de desnutrición de los soldados”.
Además, se subraya la “falta de capacidad integral de la flota”. El 60% de las bombas argentinas sobre buques británicos “no explotaron porque no tenían su tren de fuego preparado para blancos navales”.
Respecto al comandante militar de Malvinas, general Mario Benjamín Menéndez, dicen las conclusiones: “No exhibió ni evidenció las aptitudes de mando y arrojo indispensables en la emergencia, y no fue en esa oportunidad –única en su vida militar– el ejemplo y la figura que la situación exigía frente a las tropas”.

El “Informe Rattenbach”, que por su honradez y precisión redime a una parte de los militares argentinos, aunque no por supuesto a los implicados en los hechos, debería distribuirse en edición oficial para que la sociedad sepa lo ocurrido.
Para quien quiera acceder a su contenido, debe entrar a la pagina web de presidencia.
Las distintas reparticiones oficiales del país deberían editar y repartir este libro sobre la guerra de Malvinas: una razón noble y justa que tiene relación directa con la soberanía nacional sobre las islas, un tema aún pendiente, que en su momento, en manos de una dictadura despiadada, reaccionaria e incompetente, llevó a la muerte a centenares de jóvenes y llenó al país de vergüenza.

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