Luego de varias manifestaciones de repudio por los continuos asaltos en el barrio de Flores, los vecinos afectados convocaron el 26 de diciembre a una marcha para reclamar en la comisaria 38 mayor presencia policial. La convocatoria se realizó cuando la última víctima de un asalto realizado por motochorros aún estaba con vida internado en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Mientras de congregaban los vecinos con cánticos contra la policía y las autoridades del gobierno porteño, se conoció que Brian el joven de 14 años baleado el último sábado había fallecido a las 19.15, luego de estar dos días con muerte cerebral.
La noticia enardeció a los vecinos auto convocados que exigían la presencia de autoridades políticas para que den explicaciones de la inseguridad en toda esa zona.
Durante la concentración se produjeron incidentes y se vivieron momentos de tensión, cuando decenas de personas forcejearon con los uniformados para ingresar en el destacamento como forma de protesta, mientras exigían justicia, denunciaban la inacción policial y exigían que se fueran todos.
El adolescente de 14 años resultó gravemente herido de un balazo en la cabeza cuando su abuelo intentó detener con su auto a dos motochorros que acababan de robarle la cartera a una mujer.
El hecho ocurrió cerca de las 15hs del último sábado en la calle Asamblea y Rivera Indarte, a pocas cuadras del ingreso a la villa 1-11-14, uno de los puntos más peligrosos de la Capital Federal y con mayor índice de homicidios de toda la ciudad, de acuerdo al último informe estadístico difundido recientemente por el Instituto de Investigaciones del Poder Judicial.
El episodio que ocasión+o la muerte porterior de Brian se originó cuando dos mujeres caminaban por la calle Rivera Indarte y Asamblea y fueron abordadas por dos motochorros que le arrebataron la cartera a una de ellas. La maniobra fue observada por un hombre que circulaba circunstancialmente por el lugar a bordo de un Renault 19 color gris junto a su nieto de 14 años.
Según las fuentes policiales el abuelo del menor intentó evitar que los motochorros escaparan con la cartera de la mujer y encerró con su vehículo a los asaltantes en varias oportunidades.
En ese momento, el hombre que iba atrás en la moto le apuntó con un arma y efectuó tres disparos, uno de los cuales impactó en la cabeza de su nieto, que se hallaba en el asiento del acompañante.
Al ver a su nieto herido el hombre detuvo la marcha del auto y llevó por sus medios a su nieto al Hospital Piñero, ubicado a pocas cuadras de allí, adonde ingresó en grave estado, y fue derivado al Hospital Gutiérrez. Mientras tanto, los delincuentes doblaron por la avenida Castañares, hacia la villa 1-11-14, donde se perdieron de vista.
El fiscal de instrucción porteño número 35, Ignacio Mahiques, ordenó en su momento el secuestro de cámaras de seguridad que pudieran haber captado el momento del hecho, como así también del ingreso de los asaltantes a la villa 1-11-14 o al Barrio Rivadavia, también ubicado en esa zona, pero hasta el momento no hay resultados concretos de esta investigación.
Los vecinos en la marcha de protesta justamente se quejaban de la falta de cámaras en la zona y la nula presencia policial a pesar de incontables hechos delictivos y de numerosas denuncias efectuadas en la comisaria 38. Los reclamos y gritos acusaban a la policía de ser cómplices de los delincuentes y de “liberar” la zona para que se cometan los ilícitos.
Para la investigación de este hecho grave, se secuestraron en el lugar, el dìa sàbado una vaina servida calibre 9 milímetros, que fue ingresada al Sistema Automatizado de Identificación Balística (SAIB), una base de datos nacional donde se almacena toda la información balística en hechos delictivos.
Además, en la pesquisa secuestraron el auto Renault 19 del abuelo del chico baleado, y se le tomó declaración al hombre para intentar obtener mayores precisiones sobre los delincuentes,
Mientras que un testigo del hecho contó que los asaltantes se movilizaban en una moto Honda FZ de color azul.
Sobre esta moto, los vecinos movilizados frente a la comisarìa manifestaban que era habitual que esa moto concretara asaltos en la zona y que todos conocían el este tema pero la policía a pesar de las denuncias nunca había hecho nada para dar con los asaltantes.
Por otra parte, un vecino de nombre Pablo contó a medios periodísticos que se hallaba junto a su sobrina cuando ocurrió el hecho y aseguró que se salvó de milagro porque los delincuentes dispararon contra el Renault 19 a pocos metros de donde él se hallaba.
Bajo la presión de estos hechos sumados a centenas que denunciaban los vecinos a los distintos medios presentes y la muerte de Brian, decenas de vecinos reclamaban enfurecidos frente a la comisaría 38a, mayores medidas de seguridad en la zona y el esclarecimiento del caso, tal como lo hicieron hace dos semanas, luego del crimen de un hombre durante una entradera, a pocas cuadras de distancia del hecho donde balearon al adolescente.
Toda esta presión hizo que los desmanes se hicieran cada vez más violentos. Comenzaron cuando las personas presentes pidieron hablar con el comisario. Las explicaciones de las autoridades policiales no los convencieron y decidieron entrar por la fuerza la dependencia policial. Agentes de Infantería intentaron bloquear el ingreso y se generaron graves incidentes, con ataques a una guardia de infantería de mujeres que protegidas con sus escudos hacían lo imposible para para los golpes.
Muchos vecinos intervinieron en esas circunstancias en defensa del personal femenino y apartando a los agresores al grito de “con las mujeres no”.
Ante esta situación, en un momento, policías varones se situaron adelante de la línea de infantería femenina para proteger a sus pares.
Mientras tanto, golpes, empujones y corridas aumentaron el clima de tensión en las afueras de la comisaria, además de las discusiones con los medios que sugerían que la manifestación era comandada por barras de San Lorenzo y Huracán, descripción que enardecía aún más a los auto convocados.
Dentro de ese tumulto, el comisario solo atinada a decir que se había incrementado la presencia de móviles y efectivos policiales y que la Comisaría y la fiscalía están trabajando para poder esclarecer el hecho. Pero los vecinos pedían la presencia de políticos, entre ellos Patricia Bullrich, la ministra de seguridad.
Pasadas las 22 hs las autoridades enviaron un refuerzo de infantería al lugar para intentar calmar los ánimos y proteger al personal policial presente, mientras el ministro de seguridad porteño, en comunicación con la señal TN decía que no irìa al lugar por falta de seguridad y que citaría a su despacho a los vecinos afectados.