Nuevamente en plena ciudad de Buenos Aires, en el centro político de la república la Unión de Trabajadores de la Tierra realizò un nuevo verdurazo, esa modalidad de protesta inaugurada hace un año y medio para visibilizar los problemas de comercialización, así como la falta de políticas públicas para los pequeños productores. En este caso, sumado a una iniciativa de ser solidarios con los jubilados afectados por las nuevas leyes previsionales.
Para Nahuel Levaggi, referente de la UTT, esta forma de reclamo solidario sirve para poder iniciar un diálogo con esa primera minoría que votó a un gobierno que, según su apreciación, atenta contra los trabajadores de la tierra.
En ese sentido, esta vez, regalaron comida a jubilados, para “ayudarlos a pasar un mejor fin de año”, en el marco de la aprobación de la reforma previsional por la que el Estado se ahorrará 86 mil millones de pesos.
Se rerpartieron 20 mil kilos de verdura para los jubilados que se acercaron a la plaza de los dos Congresos, como un gesto de repudio a la reforma, ya que el Estado ahorra ajustando el bolsillo de los que menos tienen, mientras, por otro lado, despilfarra recursos reduciendo impuestos a sojeros, tabacaleros, mineras.
La organización nación en el cordón quintero de La Plata y ya se extiende a lo largo de 15 provincias.
Hace dos semanas inauguró el Almacén de Ramos Generales (Av. Luciano Valette 1724) en Esteban Echeverría, donde comercializarán todos los productos de las más de 5000 familias organizadas.
Hace dos semanas habían abierto un puesto en el mercado concentrador de Avellaneda para venderles a los verduleros y, desde hace más de un lustro lo hacen también en ferias y distribuyen bolsones.
Con estas iniciativas esperan paliar la diferencia de costos que encuentran entre que la producción sale de la producción y que llega al consumidor: en el caso del tomate, el trabajador de la tierra vende el cajón de 22 kilos a 40 pesos, lo que da 1,80 peso el kilo.
Los pequeños productores son los que generan el 60% de lo que se come a la mesa de los argentinos.
La protesta tuvo la adhesión de los porteños que vieron la distribución de verduras y hacían sonar las bocinas de los autos en muestra de apoyo.
Los productores mencionan siempre el desfinanciamiento de la Secretaría de Agricultura Familiar que aportaba recursos humanos y materiales para desarrollar la producción, por el que recortaron a 800 técnicos que asesoraban a los pequeños productores.
Aparte de la movida solidaria, la situación de los productores es cada vez más grave, porque el pequeño productor no es dueño de la tierra que trabaja y ese es el mayor problema. Producen y viven en una situación muy precaria y pagan alquileres muy altos. Sufren la suba de los costos de producción y el gobierno no les da ningún apoyo, ni siquiera los atiende. Hace seis meses que no hay inscripciones al Monotributo Social Agropecuario porque dicen que no hay plata. Los productores el año pasado presentaron una ley de acceso a la tierra que ni siquiera se trató.
