7 de mayo de 2025
Crecen día a día los interrogantes acerca de la capacidad del agro para alimentar a la creciente población mundial en forma saludable. Existen dos puntos de vista contrapuestos: quienes buscan profundizar el camino de la “Revolución Verde” y el de los que denuncian sus múltiples consecuencias y promueven alternativas para un desarrollo más equitativo.
Construir modelos sustentables de producción requiere adoptar criterios diferentes a los que se impulsan actualmente, poco considerados por la academia pero socialmente demandados. Con estas premisas es necesario:
-Asumir que los alimentos – y el agua potable- no son una mercancía, sino una necesidad básica y un derecho, lo que obliga a repensar los Sistemas Agroalimentarios;
-Considerar la multifuncionalidad (productiva, económica, ecológica, social y cultural) de la agricultura y los agroecosistemas y sus interrelaciones rurales y urbanas;
-Reconocer la desigualdad y la homogenización socio-ambiental generadas por la concepción imperante, promoviendo alternativas a cada pueblo y cultura y a las características de sus ecosistemas y ambientes;
-Adoptar una concepción participativa, interdisciplinaria y pluriepistemológica, como estrategia para educar, investigar, generar y difundir las tecnologías.
La sustentabilidad es el horizonte y la utopía el objetivo mayor, al que busca contribuir la Agroecología.
Surgimiento de la Agroecología
La Agroecología surge en respuesta a las crisis sociales y ecológicas provocadas por la intensificación y expansión de la agricultura industrial de las últimas décadas. En ese período, la producción agraria se modificó a partir del uso creciente de equipos e insumos (maquinaria pesada, agroquímicos, combustibles fósiles, animales mejorados y semillas seleccionadas) la difusión del monocultivo a gran escala y la especialización productiva. La “Revolución Verde” desde la década de 1960 y la difusión de cultivos transgénicos (principalmente soja) fueron determinantes para el crecimiento de ese modelo.
El modelo “modernizador” y “conservador” se fue consolidando como base productiva de los Sistemas Agroalimentarios, concentrado y dominado por grandes corporaciones agroindustriales transnacionales. Éstas abarcan desde la investigación hasta el control de la producción y el mercado de insumos agropecuarios (semillas, fertilizantes, plaguicidas) hasta el procesamiento y comercialización de alimentos; de esta manera, determinan qué, cuándo y dónde se produce, con qué tecnología y para quién producir, así como la distribución y el acceso a los alimentos obtenidos.
¿Qué enfoca la Agroecología?
El objeto de estudio y punto de partida de la esta ciencia es el agroeecosistema, en el cual los ciclos minerales, las transformaciones de energía, los procesos biológicos constituye una preocupación -absolutamente excluyente para algunos- mientras otros consideran como determinantes las relaciones socioeconómicas, culturales, políticas e institucionales, que se expresan en cada finca mediante distintas formas de manejo de los recursos y tecnologías; estos últimos también toman en cuenta las interacciones que se producen “en sentido inverso”, es decir desde la explotación agraria hacia el entorno. Vista esta complejidad, resulta evidente que se podrían manifestar de formas muy distintas las posibles contribuciones de la Agoecología a la producción de alimentos y al desarrollo equitativo y democrático de la sociedad.
¿En qué se basa la Agroecología?
La Agroecología se basa en el desarrollo del potencial natural de cada agroecosistema y el potencial endógeno de cada cultura, como sustento para la producción, comercialización y la gestión ética de los recursos naturales y se construye en cada interacción agroecosistema – sociedad local; es en ésta interacción donde se ubica su objetivo de estudio, acción y reflexión, aunque no se restringe a ese nivel. Es por esta complejidad de abordajes y diversidad de formas de hacer y construir la Agroecología, que ésta se desarrolla como una articulación entre enfoques científicos, prácticas de manejo de los recursos naturales y los avances de los movimientos sociales. Esta construcción toma en cuenta tres grandes aspectos:
-tecnológico – productivo: procura el fortalecimiento de procesos ecológicos (vs. la dependencia de insumos externos) para garantizar la salud y la nutrición de cultivos y animales y así generar una producción estable, diversa y saludable. Para ello se afirma en estrategias básicas, como el mantenimiento de la vida en el suelo;
-social, económico, político cultural y ético: se basa en la gestión local y equitativa (inter e intra-generacional) de los recursos y en la implementación de prácticas adecuadas a cada contexto social, opuesta a la homogenización ambiental y cultural de la modernización capitalista de la agricultura;
-reconocimiento y valoración del saber de cada cultura en su co-evolución con la naturaleza; se deben preservar las diferentes identidades socioculturales existentes, enfrentando la homogeneización.
La Agroecología enfoca el estudio de la agricultura desde sus procesos y complejas interacciones; provee las bases científicas y metodológicas para estudiar, manejar y analizar los agroecosistemas y sus procesos de una manera holística e interdisciplinaria, incorporando formas de acción social colectiva. Propone un abordaje que abarca finca, comunidad y sociedad, como punto de partida para la transformación social, la democratización del Sistema Agroalimentario y el desarrollo sustentable.
* Síntesis del Documento de Trabajo “¿Qué es la Agroecología o Qué Agroecología Queremos?” elaborado por Pablo Aristide y Santiago Cotroneo, integrantes de la Cát. Libre de Soberanía Alimentaria-CaLiSA. FAUBA. Bs. Aires