Una nueva pérdida de la identidad de Buenos Aires está a punto de concretarse y se suma a centenares de iniciativas en la misma dirección que se desarrollan en la ciudad con la anuencia del gobierno porteño y la presión de los desarrolladores urbanos.
Un grupo inversor europeo está en negociaciones con el Arzobispado porteño, administrador del edificio de la calle Bouchard, por su compra, pero al ser monumento histórico desde 2007, se mantendrían sus fachadas.
El Luna Parck abrió en 1931 y fue escenario de grandes movidas deportivas, políticas y artísticas de la Ciudad y junto con el Obelisco y la avenida Corrientes, es una de las tipicas postales urbanas porteñas. Fue escenario de grandes movidas deportivas, políticas y artísticas de la mano de los empresarios Ismael Pace y José Lectoure. Pero su suerte puede cambiar, ya que el Arzobispado de Buenos Aires, administrador del mítico estadio de Corrientes y Bouchard, quiere venderlo.
Según información periodística, el grupo inversor planea construir en el lugar un edificio de oficinas y el valor de venta podría llegar a los US$ 45 millones, calculados tomando el valor de incidencia de US$ 1.500 el metro cuadrado que rige en la zona del Bajo porteño. La operación va ligada a la venta de los últimos terrenos de Puerto Madero. Los desarrolladores aseguran que ésta será una nueva área de oficinas de la Ciudad, al estilo Catalinas.
El plan apunta a erigir en ese predio un edificio de 30 mil metros cuadrados que tendría entre 15 y 20 pisos de altura. La cantidad de pisos se relaciona con la altura del CCK, límite de la edificación en alto vigente para esa parte de la Ciudad.
El proyecto deberá ser autorizado por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación. En 2007, el Luna Park fue declarado monumento histórico nacional, por lo que cualquier intervención o modificación en su estructura debe consensuarse con ese organismo.
Para sortear este escollo, los desarrolladores ya analizan dos alternativas a la hora de encarar su posible construcción. Una sería mantener en pie las cuatro fachadas del Luna Park, es decir, las de Corrientes, Bouchard, Lavalle y Madero, y levantar la torre en el centro. Algo similar a lo que se hizo con el edificio de Telefónica Argentina que está en Azopardo al 700.
La otra alternativa que se baraja, en tanto, apunta a erigir el inmueble sobre la estructura del estadio. Además de ese permiso, la operación deberá contar con el visto bueno del Vaticano, dado que el Luna Park forma parte del patrimonio edilicio del Arzobispado de Buenos Aires.