CRISIS, CAMBIOS Y NUEVAS POSIBILIDADES
Por Lic. Claudia Reynoso
El climaterio es un punto de inflexión en la historia personal de cada mujer.
Es una crisis evolutiva que se caracteriza por producir cambios tanto orgánicos como psicológicos.
Cambios hormonales que van a provocar alteraciones en la fisiología corporal, y a la vez pueden generar cierto desequilibrio emocional.
Las vivencias que despierten en cada mujer dependerán de su personalidad y de las situaciones ambientales que la rodean.
Su sexualidad también se verá atravesada por estos cambios.
CLIMATERIO. CRISIS.
Cuando hablamos de crisis nos referimos a un Estado transitorio de las cosas en las cuales de una u otra manera es inminente un cambio decisivo.
Es un punto a partir del cual las cosas mejorarán o empeorarán.
Entre los diferentes tipos de crisis podemos mencionar las tipos evolutivas o normales, las crisis estructurales, las del cuidado y las crisis de los sucesos inesperados.
Dentro del grupo de las crisis evolutivas normales encontramos el nacimiento, crecimiento, entrada al colegio y egresos, viudez, nuevas relaciones, primeras relaciones sexuales, separaciones, nuevos trabajos, enfermedades, etc. El climaterio entra dentro de este grupo.
Para referirse a esta crisis evolutiva normal en la vida de la mujer habitualmente se utilizan como sinónimos dos palabras que no lo son: menopausia y climaterio.
El término menopausia, del griego men, (mes) y pausis, (cesación), alude a
un hecho puntual en la vida de una mujer, el cese definitivo de la menstruación. La última regla.
De forma variable, en cada mujer la función ovárica sufre una serie de transformaciones progresivas hasta llegar al agotamiento de su reserva folicular y se da el momento de la menopausia, la desaparición de la secreción hormonal por parte del ovario.
La palabra climaterio, deriva del griego klimakter , (peldaño, escalón).
Se refiere a un largo período, anterior y posterior a la presentación de la menopausia, donde varios cambios se dan lugar en la mujer tanto en lo físico, en lo psicológico y en lo social, pudiendo incidir directamente en su sexualidad.
LOS CAMBIOS
Muchos son los cambios físicos que la mujer experimentará en esta etapa vital. Durante el climaterio la mujer atraviesa un período de inestabilidad endócrina, con signos visibles como las alteraciones menstruales.
Se dan los llamados “sofocos” o “calores” debido a que ya las hormonas LH y FSH no reciben el freno de los estrógenos por que éstos se encuentran disminuidos.
Son las características oleadas de calor que recorren el cuerpo, comenzando por lo general en el tórax, irradiándose hacia el cuello y el rostro produciendo enrojecimiento de la piel del pecho, cuello y cara.
Estos síntomas se dan acompañados de intensa sudoración, palpitaciones y, a veces, con sensación de angustia.
Estas crisis se pueden presentar tanto de día como de noche y pueden ser desencadenadas por estrés, calor, consumo de alcohol y el ayuno, entre otras causas.
También suelen aparecer palpitaciones, disnea o falta de aire, parestesias o adormecimiento de las manos y dolores osteoarticulares. Cuando estos sofocos ocurren por la noche pueden dificultar el sueño y provocar cansancio e irritabilidad.
La privación crónica del sueño conllevaría a una serie de modificaciones metabólicas con el consiguiente incremento del riesgo cardiovascular.
A mediano plazo, pocos años después de la menopausia podría producirse atrofia urogenital, uretritis, cistitis, infecciones urinarias a repetición, incontinencia de orina de esfuerzo, atrofia y sequedad de la mucosa vaginal con acortamiento y estrechamiento de la vagina que podrían provocar dolor durante el coito y marcado descenso de la actividad sexual.
A largo plazo, varios años después de la menopausia, se incrementa el riesgo cardiovascular y de osteoporosis. Esta última afecta a gran número de mujeres en esta etapa, provocando aumento de la fragilidad ósea, siendo la responsable en gran medida de las fracturas que suelen suceder en esta época de la vida (cadera, muñeca, etc)..
En el plano psicológico puede mencionarse que el climaterio, como período de crisis, implica la pérdida de la estabilidad anterior, una ruptura que puede vivenciarse como desorganización o desequilibrio. La mujer podría sentirse desubicada respecto de los proyectos de vida que hasta ese momento tenía.
Esto puede manifestarse con vivencias de desamparo, confusión, generando angustia, labilidad emocional, sensaciones de miedo, irritabilidad, llanto fácil, desasociego, desgano, disminución del poder de concentración y de la memoria. Intensos cambios de humor, tristeza, nerviosismo, sensación de soledad, disminución de la libido y a veces depresión.
La menopausia, fin del ciclo menstrual, es el momento vital que ubica a la mujer frente al paso del tiempo. Las repercusiones que esto genere variarán según cómo esto fue vivido por las mujeres de su familia, sus amigas, su entorno, y también de cómo está su vida afectiva en el momento en que la atraviesa.
Habitualmente aparece una situación conocida como “Síndrome de nido vacío”, que se podría describir como sentimientos de abandono y dolor que genera el vacío que producen los hijos al alejarse del hogar.
Esto implica una pérdida y por lo tanto una situación de duelo para elaborar. Se produce realmente un vacío. Aquellas mujeres que han centrado toda su actividad en la función maternal llegan a sentirse inútiles y a veces intentan, inconcientemente, prolongar el estado de dependencia para no vivenciar esta sensación.
Son las que nunca creen que sus hijos están lo suficientemente crecidos como para partir del nido.
Otra cuestión importante a considerar tiene que ver con que en esta etapa la mujer tendrá que elaborar el duelo por la imposibilidad de la procreación. A muchas mujeres les ocurre que temen o no quieren envejecer ya que existe una fantasía subyacente según la cual se es joven mientras se tenga la posibilidad de engendrar.
Nuestra cultura no facilita la elaboración de este duelo, dado que idolatra la belleza y la juventud, desvalorizando la madurez y la vejez. En algunas mujeres genera una expectativa negativa y sentimientos de desvalor y pérdida, con la consiguiente caída de la autoestima.
Existe una tendencia a utilizar todos los recursos de la ciencia para retrasar ilusoriamente el paso del tiempo: cirugías estéticas, gimnasia, cosmetología, etc; y así negar este duelo; sin permitir el paso a aceptar una nueva imagen corporal, abriendo camino a las nuevas emociones que esta etapa de la vida trae, para desplegarlas, entenderlas, replantearlas; resignificando la sexualidad y reacomodando los vínculos.
En cuanto al aspecto social debemos mencionar que el climaterio está popularmente asociado con el inicio de la vejez y el final de la sexualidad. El arribo a este período está asociado al envejecimiento y al deterioro.
Durante siglos se acostumbraba a ver a las mujeres que cesaban su capacidad reproductiva, abandonando su sexualidad y mostrándose como abuelitas dignas, dedicadas al cuidado de sus hijos y luego de sus nietos. La mujer climatérica era prisionera de este estereotipo.
Actualmente algunos modelos han comenzado a cambiar y cada vez son más las mujeres atravesando el proceso de climaterio que se sienten atractivas, se cuidan y se gustan más a sí mismas.
Cada mujer resignificará su vida en este período de acuerdo a su autoestima y madurez.
CLIMATERIO Y SEXUALIDAD
Los mitos son falsas verdades, son ideas o conjuntos de ideas que cada
cultura crea, que se sostienen popularmente, sin valor científico, pero con
pretensión de verdad.
Estas se van transmitiendo de generación en generación y forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad.
En torno a la sexualidad de la mujer climatérica existen grandes mitos que circulan aportándole una connotación negativa a esta etapa de la vida.
Uno de ellos tiene que ver con el impulso sexual, y es aquel que sostiene que con la llegada de la menopausia se marca el fin de la vida sexual de la mujer. A partir de allí la sexualidad sufrirá un cambio irreversible. Otro de ellos afirma que desde que comienzan las irregularidades menstruales es imposible el embarazo.
Es importante aclarar que estas afirmaciones carecen de asidero científico, pero que al circular con pretensión de verdad en esta etapa vital afectan la interpretación y elaboración subjetiva de los cambios y de la adaptación a los mismos que cada mujer pueda lograr.
Si bien es cierto que pueden producirse en la etapa de climaterio algunos desajustes en la sexualidad de la mujer y sus relaciones de pareja, al tratarse de una crisis evolutiva en ocasiones la sexualidad pasa a segundo plano y es frecuente el bajo deseo sexual, pero de ninguna manera es permanente ni ocurre en todas la mujeres.
Los cambios en la imagen corporal a cualquier edad afectan provocando ansiedad y mermando en cierto modo la autoestima. El cambio de apariencia no se da de manera repentina, es un proceso.
Lo que suele ocurrir es que la toma de conciencia de este cambio suceda de repente y sea vivenciada con angustia, con tristeza, con ira, con el sentimiento de ya no ser atractiva sexualmente. Esto puede incluso alejar a la mujer de la actividad sexual.
La disminución del deseo está relacionada con estas vivencias emocionales negativas hacia la sexualidad, hacia la pareja o hacia sí misma.
No está demostrado que el climaterio sea generador de disfunciones sexuales.
Es probable que aumente la posibilidad de presentarse síntomas de dispareunia, y esto tiene relación con la atrofia de la mucosa vaginal y la disminución de la lubricación vaginal durante la excitación sexual.
Normalmente lo que se requiere, debido a los cambios que suceden, es mayor calidad en el contacto, la utilización de un lubricante vaginal que además es un recurso que puede potenciar el juego erótico, mayor cantidad de estímulos sexuales, reencontrando la seducción, dedicándole más tiempo a la actividad sexual.
Tendrá particular relevancia la comunicación en la pareja para afrontar este período como evolutivo normal, escuchando las necesidades del otro, reaprendiendo y viviendo juntos este proceso.
La mujer deberá aprender las señales y las respuestas de su cuerpo
durante esta nueva etapa. La respuesta sexual se mantendrá durante toda la vida si la mujer es sana orgánica y psíquicamente.
A partir del climaterio, debido a los cambios físicos que se producen ( la disminución de la lubricación, la delgadez de las paredes de la vagina y las contracciones orgásmicas menos intensas) será conveniente dedicar más tiempo al juego erótico en cada relación sexual.
El cese de la función reproductiva (una de las cuatro funciones de la sexualidad junto con la función fisiológica de reproducir el placer, la psicológica de reproducir la autoestima y la social de reproducir la intimidad), enfrenta a la mujer con el ideal de juventud que la capacidad de procreación sostiene.
La fecundidad es símbolo de feminidad, y ella ya no la posee. Ahora la sexualidad quedará regida por la búsqueda del placer, autoestima, intimidad, puesto que de ninguna manera la conclusión de la capacidad procreadora implica la inhibición o desaparición de la libido, ni el fin de la vida sexual.
Según sea la historia previa de cada mujer y los factores ambientales que la rodean, ésta vivirá su sexualidad durante el climaterio de diferentes maneras.
Aquellas que fueron educadas rígidamente, que vivieron su sexualidad con culpa y obligación, y sólo la aceptaron para formar una familia, cuando la posibilidad de reproducción desaparece encontrarán un justificativo para renunciar a la sexualidad.
Otras que vivieron una sexualidad plena y gratificante tal vez se sentirán liberadas del temor al embarazo no deseado, gozarán de mayor privacidad e intimidad con su pareja (si la tuvieran) ya que los hijos han crecido, mayor disponibilidad de tiempo y en algunos casos mayor seguridad financiera.
En estos casos comienzan a vivir una sexualidad aún más placentera. Algunas mujeres logran su primer orgasmo en este tiempo, por darse permiso para descontrolarse y con gran alivio ya que el embarazo no ocurrirá.
Vale decir que la actitud sexual de la mujer en esta etapa dependerá de la vivencia que tenga de la sexualidad, de cómo fue su sexualidad anteriormente, y de cuán potenciado y explorado está el autoerotismo y el disfrute sexual, sobre todo en aquellas mujeres que no tienen pareja.
CONCLUSIÒN
Crisis implica Cambio, no sólo como sinónimo de perturbación, sino como oportunidad de una nueva organización, más rica, de mayor complejidad.
Climaterio y menopausia indican sólo el fin de la capacidad reproductiva, pero la vida erótica y sexual no termina con ellos.
Es una etapa para disfrutar en plenitud teniendo en cuenta que, con el aumento de la expectativa de vida de una mujer, puede transcurrir casi la mitad de su vida luego del cese de sus menstruaciones.
Por lo tanto es importante que la mujer climatérica cuente con información sobre esta etapa que está atravesando, sobre los cambios físicos, psicológicos, y cuente también con contención para lograr la adaptación y el ajuste ante estos cambios.
La sexualidad es una energía vital que acompaña durante toda la vida. Da placer, permite reproducirse, comunicarse con otros, compartir. Es importante que cada mujer pueda conocerse, explorarse, investigar cuáles son las cosas que le
gustan y las que no, para reconocerse y disfrutar en cada etapa de la vida.
Afortunadamente la creencia de que el amor y la sexualidad son patrimonio exclusivo de la juventud, avalada por los constantes mensajes que relacionan a la sexualidad y el disfrute con modelos dinámicos, jóvenes, perfectos y casi imposibles de cumplir, ya está quedando atrás.
Por el contrario, toda mujer merece vivir esta etapa vital aceptando los cambios en el cuerpo, permitiendo el paso a su nueva imagen corporal.
Hablar de sexualidad en el climaterio es hablar de madurez, experiencia y creatividad.
Por Lic. CLAUDIA REYNOSO
claureynos@hotmail.com