Aportes educativos hacia la integración social en las escuelas de la ciudad.
La celiaquía es la intolerancia total y permanente a un conjunto de proteínas, denominadas prolaminas, que se encuentran presentes en el trigo, la avena, la cebada y el centeno. Provoca una severa lesión en la mucosa del intestino delgado (atrofia vellositaria), ligada a una consecuente mal absorción de nutrientes importantes para el organismo. Se pierde la capacidad de digerir y absorber los nutrientes. Estudios poblacionales realizados, indican una incidencia cercana a 1 cada 100 personas. Si bien la descripción hace que la celiaquía se presente como una enfermedad muy severa, lo excelente del tema es que nada de esto ocurre con un buen diagnóstico y una correcta alimentación de por vida.
Trigo Avena Cebada Centeno, de ahí provienen las siglas TACC que identifican los alimentos no permitidos (SIN T.A.C.C) junto con el círculo que expresa la prohibición de una espiga de trigo.
¿Qué conductas podemos ver en un niño celíaco?
– Cambios de comportamiento, sentimiento de soledad, superprotección / Aislamiento social, incredulidad, cansancio, sentimiento de culpa. La incorporación al colegio supondrá el primer ámbito en el cual el niño celíaco se enfrentará solo a sus propias limitaciones alimentarías. Por otra parte, la escuela ejerce también su papel de puente entre el ámbito familiar y el ámbito social entendido éste último en su sentido más amplio. El niño celíaco no necesita de una atención específica, tan sólo de una dieta exenta de gluten. Si sigue correctamente esta dieta, su desarrollo físico y de aprendizajes no diferirá al del resto de sus compañeros. Por tanto, de la respuesta que dé la escuela dependerá la integración del niño celíaco en su entorno social más inmediato.
Para facilitar la comprensión de esta situación en los alumnos, los docentes pueden trabajar con la lectura de etiquetas de distintos alimentos, la investigación sobre distintos tipos de harina poco conocidas (de arroz, mandioca, papa), la sustitución de alimentos, los no aptos por los aptos, conservando iguales características nutritivas, las recetas para lograrlo y el funcionamiento del sistema digestivo ante esta alergia específica.
A los niños de grados más pequeños, se les puede introducir un pequeño relato en el que se compare las raíces de un árbol con las vellosidades del intestino delgado pues, «así como el árbol necesita de sus raíces para absorber los nutrientes de la tierra y crecer muy fuertes, los chicos tienen en su intestino, pelitos llamados vellosidades que, cuando están largos y sanos, les permiten absorber los alimentos y crecer; en cambio cuando los tienen deteriorados, que es lo que le ocurre con la enfermedad celíaca, el chico no crece, por ello necesita de una alimentación adecuada
Por Cynthia Mariel Sterlin,
Docente escuela nº5 D.E 12, «República de El Salvador».
Cynhtia es mamá de una niña celíaca y quiso el destino que también le toque trabajar con alumnos con esta alergia alimentaría, así que para ella, es importante tratar este tema con mucha responsabilidad.
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El niño celíaco tiene que seguir toda su vida una dieta estricta sin gluten.
Los niños celíacos aprenden a distinguir su comida, a preguntar si la pueden comer antes de probarla y a rechazarla si no lo pueden saber. Este autocontrol que van adquiriendo y que ha de ser fundamental a lo largo de su vida necesita el apoyo y la comprensión del adulto; y aquí nuestro rol como docentes. El niño celíaco es totalmente normal, la celiaquía no tiene ninguna repercusión en el rendimiento escolar y, por tanto, la única diferencia que tiene es que debe de seguir una dieta sin gluten. Los docentes debemos conocer y entender al niño celíaco y evitar aquellas situaciones que supongan una discriminación pasiva (no intencionada) del alumno. El seguimiento de una dieta sin gluten es especialmente importante en las horas de comedor, pero hay otros aspectos y situaciones que se han de tener en cuenta:
– Desayunos y meriendas
Estas comidas se suelen hacer en el aula y por tanto el personal debe estar enterado de que en el grupo hay un niño celíaco. Si se lleva la comida de casa, los educadores debemos asegurarnos de que no coma o beba alimentos de otros niños.
– Celebraciones y eventos
A veces se celebran distintos eventos llevando una torta de casa, o bien galletitas o golosinas. El niño celíaco no puede comer ninguna de estas cosas. Lo mejor es que se avise a la familia con antelación a la celebración, para que se pueda aportar un sustituto sin gluten, o bien hacerlo la escuela. Esto facilitará que el alumno celíaco pueda participar como uno más.