Por Enrique Lapeña
La historia de algunas de nuestras calles o avenidas se remonta hasta la Geografía misma del lugar donde se ubican. En realidad siempre que se cuenta la historia de una calle se habla un poco acerca del lugar geográfico, pero cuando se ubica donde antes había un curso de agua es casi una obligación. Y este es el caso de la Avenida Juan B Justo y el arroyo Maldonado.
El arroyo Maldonado nace en la localidad de San Justo en el partido de La Matanza. Tiene una extensión de aproximadamente 21 km y recorre 8 de los 48 barrios porteños con dirección al Rio de la Plata donde desemboca. El nombre de Maldonado según el Historiador Ruy Diaz de Guzman, quien formo parte de la primera expedición que intentara fundar Buenos Aires en 1536, se debe a la leyenda de la Maldonado.
Cuando Pedro de Mendoza llego a estas tierras en 1536 construyo un fuerte para que los integrantes de la expedición estuvieran protegidos. Pero era tal la hambruna que estaban pasando debido a que fueron sitiados por los indios Querandies, que una mujer decidió abandonar el fuerte en busca de comida, desobedeciendo las órdenes de Mendoza. Caminó varios días hasta que cayó extenuada en una gruta. De pronto salió una Puma y le arrojo un pedazo de carne que la mujer devoró sin pausa. Esa misma noche asistida por la mujer, la puma dio a luz a dos cachorros. La Maldonado se quedó viviendo con los Pumas donde fue encontrada por los indios Querandies que quedaron asombrados al ver a esta mujer conviviendo con las fieras.
Vivió con los aborígenes hasta que fue capturada por una partida de soldados que la llevaron nuevamente al fuerte donde fue enjuiciada por traición. La ataron a un poste en las afueras del fuerte, a la vera de un arroyo, a la espera que los pumas de la zona la mataran. La mujer sobrevivió gracias a que los pumas con los cuales convivio la defendieron de otras amenazas. Los españoles la encontraron viva rodeada de pumas. Dispararon para disiparlos y así consiguió su perdón. Desde ese momento al arroyo se lo conoce como Maldonado. El primer documento oficial que habla ´´del arroyo que algunos llaman Maldonado´´ es de 1730.
Los años pasaron y la ciudad fue creciendo alrededor de un arroyo que de estar en las afueras paso a estar en medio de la ciudad, generando una serie de complicaciones con la movilidad y las inundaciones. Debido a esto en 1924 durante el Gobierno de Hipolito Yrigoyen las autoridades deciden entubarlo y recién en 1953 se terminó la obra.
El personaje
En 1936 se hizo una calle de tierra en el techo del entubamiento a la cual se la llamo Juan Bautista Justo, en honor al fundador del Partido Socialista fallecido el 8 de Enero de 1928, cuatro años después de iniciada la obra.
Juan B Justo fue médico, jurista, parlamentario, un gran escritor y una figura excluyente de la política argentina.
En 1888 se recibió de médico con diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires y fue premiado con un viaje a las principales capitales de Europa, donde tomo contacto y se interiorizo de las ideas socialistas.
Regreso a Bs As en 1890 y se desempeñó como jefe de cirugía en el hospital Ramos Mejía y profesor en el Hospital de Clínicas. Justo se había incorporado a la filas de la Unión Cívica Radical que estaba a punto de comenzar una revuelta armada contra el gobierno de Juárez Celman. Esa insurrección se llamó la Revolución del Parque.
Él se oponía al uso de la violencia y propuso como única medida de fuerza una huelga de contribuyentes y trabajadores. Ante la negativa de los radicales, participo de la revolución solo como médico.
En este contexto se empezó a gestar en Justo un importante cambio.
En Europa había tenido contacto con las ideas socialistas y la lectura de ‘’El Capital’’ de Carlos Marx lo despertó a otra visión social. Su nuevo parecer se evidenciaba en una carta que le escribió a un amigo: «Hubo una época en mi vida en que pasaba el día en el hospital con los enfermos, los lisiados, los inválidos, las víctimas variadas de la miseria, de la explotación. ¿Valía la pena empeñarse tanto en conservar esas vidas, fatalmente condenadas a un vil sufrimiento? Gradualmente comprendí que había mucho de estéril e indigno en mi tarea, que aquello tenía algo de fanático y unilateral. ¿No era más humano ocuparse de evitar en lo posible tanto sufrimiento y tanta degradación? Y pronto encontré en el movimiento obrero el ambiente propicio a mis nuevas y fervientes aspiraciones”.
No quiere estar más tratando de solucionar problemas ocasionados por el mismo sistema y prefiere ubicarse en otro lugar para poder mejorar la vida de la gente.
Con este nuevo horizonte, empeña el reloj de oro que recibió como premio de la Universidad de Buenos Aires, vende el auto que utilizaba para sus visitas médicas y junto con otros compañeros funda el diario socialista La Vanguardia, donde se expresaron las voces del socialismo en nuestro país y en 1896 bajo la inspiración de Justo, nace el Partido Socialista. Su debut electoral no fue muy auspicioso. En las elecciones legislativas de ese año lograron tan solo 138 votos, pero seis años después, en 1904, es electo Alfredo Palacios por el barrio de La Boca, siendo el primer diputado socialista de toda América Latina.
Un año después, en 1905, Justo y sus colaboradores fundan la primera cooperativa que existió en nuestro país: la cooperativa de consumo, crédito y vivienda “El Hogar Obrero” que tuvo el objetivo de brindar una solución a la vivienda del obrero y desarrolló también planes para crédito y consumo. Llegó a tener más de dos millones de asociados y fue la sexta empresa del país con 300 sucursales manejadas por 13500 empleados que entregaron más de 5000 créditos para la vivienda. Fue en la creación de esta cooperativa donde Justo puedo ver plasmado su sueño de mejorar la vida de las personas, más que con su trabajo como médico.
Su lucha política continuo tenazmente y junto a personalidades como Mario Bravo y Nicolas Repetto obtuvo varios triunfos electorales consecutivos superando al Radicalismo. Una noche de 1916 saliendo del periódico es víctima de un atentado y es gravemente herido en una de sus piernas. Después de recibir las primeras curaciones y con la herida aún abierta se presenta en el Congreso y participa del debate del día.
En enero de 1927 pudo ver cumplido otro de sus grandes sueños ya que se inaugura La Casa del Pueblo junto con su gigantesca biblioteca de 120 mil volúmenes. Compran el amplio terreno de Rivadavia entre Rincón y Pasco, vecino a la antigua Rotisería Bellagamba, y frente a la estación “Pasco” del subte A. Pagarán por el terreno 150 mil pesos de entonces, suma que recaudarán en base a colectas, rifas y festivales
Numerosos diputados socialistas aportan la mitad de su dieta de $ 1.500.- (buen dinero en aquel momento) y se levanta el edificio a un costo de alrededor de un millón de pesos moneda nacional. En el subsuelo se instala la imprenta de La Vanguardia, en la planta baja una librería, la redacción y la administración, además de un bufet. En el primer piso se instala la biblioteca obrera con un salón de actos.
En el tercer piso funcionarán las oficinas de la Junta Ejecutiva y de las distintas comisiones del partido.
El 8 de Enero de 1928 a la edad de 62 años, este incansable luchador pasaba a la inmortalidad durante unas vacaciones en su quinta de Los Cardales víctima de un sincope cardiaco. Hoy recordamos su persona y su lucha por mejorar la vida de la gente. Lo recuerda una larga avenida que recorre gran parte de la Ciudad de Buenos Aires, que supo tener sus veredas de color rojizo haciendo alusión a la tendencia política de nuestro protagonista.
Una avenida que contiene el cauce de un rio en su interior.