Hablemos de VIH y sida
Hablar de VIH-sida no es fácil porque significa, antes o después, hablar de sexualidad, de parejas, de embarazo, de drogas y también de la muerte. Y es natural que estos temas provoquen vergüenza, miedos, incomodidad e inseguridad.
Pero aunque sea difícil, hay que hacer el esfuerzo de encarar el asunto. Pensar que el sida es “cosa de otros” no va más: sólo en la ciudad de Buenos Aires viven cerca de 30 mil personas infectadas con el VIH. Esto quiere decir que todos convivimos con el virus, dentro o fuera de nuestro cuerpo.
Esta guía brinda información confiable, simple y probada científicamente. Sin embargo, queremos remarcar que saber más sobre el sida no es suficiente para responder de manera adecuada a la epidemia. Además, y sobre todo, debemos enfrentar el tema de manera más humana. Intentando no juzgar, no condenar, no censurar.
Si queremos que cada vez se infecte menos gente y que las personas con VIH-sida tengan una buena calidad de vida, tenemos que ganarle a la discriminación y a los prejuicios que son los verdaderos obstáculos para la prevención.
Lo que queremos subrayar es que, si bien es cierto que el sida es una enfermedad producida por un virus, es también una preocupación social, un tema que aparece en nuestras conversaciones y en los medios de comunicación, algo sobre lo que casi todos tenemos una opinión. Y estas opiniones a veces nos ayudan a cuidarnos y, otras veces, son una traba para la prevención.
Por eso es importante que, al leer esta guía, estemos dispuestos a reflexionar sobre nuestras propias creencias y que podamos animarnos a analizar esas cosas que siempre damos por sentadas, a cuestionar lo que habitualmente nos parece indudable.
Coordinación Sida
Ministerio de Salud
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
1. ¿Qué es el sida desde el punto de vista biológico?
El sida es la etapa más avanzada de la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Por eso lo correcto es hablar de la Infección VIH-sida sabiendo que es algo que cambia con el tiempo. Este virus va debilitando las defensas del organismo porque ataca a las células encargadas de protegernos de las enfermedades. Puede afectar a cualquier persona que no adopte las medidas preventivas y, por el momento, si bien existen tratamiento, no hay una cura definitiva.
2. ¿Es una enfermedad contagiosa?
No. El sida es una enfermedad transmisible pero no contagiosa. La diferencia es que las enfermedades contagiosas pueden pasar de una persona a otra por un simple contacto (como en el caso de las paperas, la tuberculosis, etc.). En cambio, se ha demostrado científicamente que el VIH no se transmite por abrazar, besar, compartir vasos y cubiertos, tomar mate o intercambiar ropa. Tampoco por compartir el baño, la pileta o dormir en una misma cama. Los insectos no lo transmiten; el sudor o las lágrimas de las personas infectadas, tampoco. En una palabra: querer y apoyar a quienes tienen VIH-sida no trae riesgos y tiene efectos positivos sobre su salud y la de quienes los rodean.
Los que rechazan a las personas que tienen VIH-sida ignoran las verdaderas características de la enfermedad y se dejan llevar por prejuicios y falsas creencias. Estar informado ayuda a prevenirse y a no discriminar a las personas afectadas por el VIH.
3. ¿Cuáles son las vías de transmisión del VIH?
Es decir, ¿por dónde circula el virus?
El virus circula, y se transmite únicamente a través de:
• la sangre
• el semen
• las secreciones vaginales
• la leche materna
4. ¿Y cómo puede entrar en nuestro cuerpo?
Puede entrar en nuestro cuerpo:
• Al tener relaciones sexuales sin preservativo.
• Al compartir agujas, jeringas o canutos o al recibir una transfusión de sangre no controlada.
• En el caso de las mujeres embarazadas que están infectadas, el virus puede pasar al bebé mientras está en la panza, en el momento del parto o durante el amamantamiento.
5. ¿Qué diferencia hay entre VIH y sida?
Es importante conocer la diferencia entre tener VIH y estar enfermo de sida. Son dos cosas diferentes que muchas personas confunden, aun en las instituciones de salud. Se dice que una persona vive con el VIH cuando está infectada pero no presenta síntomas. Y se utiliza la expresión «persona que vive con sida» para quienes han desarrollado la enfermedad. Podemos estar infectados con el VIH -o sea, ser «VIH positivos» o «seropositivos»- y, todavía, no haber desarrollado el sida.
La sigla SIDA significa Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida. Es decir que uno ha desarrollado el sida cuando presenta un conjunto de signos y síntomas (Síndrome) que indica que sus defensas están disminuidas (Inmuno Deficiencia) porque contrajo el virus (Adquirida).
En esta etapa aparecen las llamadas «enfermedades oportunistas o marcadoras», que se desarrollan aprovechando la caída de las defensas. Las más frecuentes son afecciones pulmonares, de la piel y algunos tipos de cáncer. A ello se suman los efectos directos del virus en el organismo, que incluyen trastornos del sistema nervioso y el aparato digestivo.
Desde que el virus entra en el cuerpo hasta que aparecen los síntomas pueden pasar muchos años (si se realiza tratamiento temprano, más aún).
6. ¿Qué significa la expresión «portador sano»?
Suele llamarse así a aquellas personas que viven con VIH pero que no han desarrollado los síntomas del sida. Sin embargo la expresión «portador sano» es confusa, ya que puede hacer pensar que las personas que viven con el virus no lo transmiten, y esto es un error. Si bien no están enfermos des ida, sí pueden transmitir el virus.
Hay estudios para detectar la presencia del virus. Esto permite iniciar oportunamente los tratamientos y tomar medidas para evitar la reinfección y la transmisión del virus. Con la medicación actual se retrasa la aparición de las enfermedades marcadoras y por lo tanto del sida.
7. ¿Cuándo hacerse el test del sida?
Mantener relaciones sexuales sin preservativo, compartir una jeringa o recibir una transfusión no debidamente controlada son comportamientos que justifican hacerse el test del sida.
Pensar en tener un hijo o estar embarazada es también una buena oportunidad para que la pareja se haga el test, no sólo por la salud de ambos, sino para cuidar al bebé.
8. ¿Cómo es el test?
El test de sida es un análisis de sangre sencillo, gratuito y confidencial que se hace en los hospitales y centros de testeo. Sólo te lo pueden hacer si estás de acuerdo y siempre te tienen que dar el resultado en privado. Nadie puede recibirlo por vos.
Las pruebas que suelen hacerse (Elisa, Western Blot) sirven para detectar los anticuerpos producidos por el organismo para defenderse del VIH. Si hay anticuerpos, hay virus.
9. ¿Qué es el Período Ventana?
Hay una primera etapa de la infección en que la presencia del virus no es detectable por las pruebas de laboratorio: es el llamado «Período Ventana» y en la actualidad es de un mes.
Pero más allá de que no se detecten los anticuerpos, durante el Período Ventana el virus se está multiplicando de manera muy rápida. Por lo tanto, es necesario continuar cuidándose.
La Ley de Sida prohíbe a los médicos o a cualquier otra persona que por su ocupación se entere de que alguien tiene VIH o sida, revelar esta información públicamente.
10. ¿Para qué sirven los estudios de «carga viral» y «CD4»?
Complementan el examen clínico y ayudan a definir la conducta terapéutica a seguir: cuándo comenzar o modificar un tratamiento.
Una vez detectada la infección, lo más importante es averiguar cuál es el estado de las defensas del paciente. Para esto se utilizan el recuento de linfocitos CD4 (indicadores de la capacidad de defensas del organismo) y la cuantificación de virus circulante en sangre (lo que se denomina carga viral).
A mayor carga viral hay más rápida caída de las defensas (CD4), y más posibilidades de que aparezcan rápidamente las enfermedades que conforman el sida.
11. ¿Es posible tratar la enfermedad?
Sí. Hay tratamientos que, aunque no erradican el virus, hacen más lenta su multiplicación. De este modo, frenan la destrucción de las defensas del organismo y, por lo tanto, retrasan el comienzo de las enfermedades oportunistas.
Los avances logrados en la medicación han hecho que sean cada vez más las personas que viven con el virus sin desarrollar el sida.
Hoy, el consenso mayoritario es comenzar un tratamiento con, por lo menos, tres tipos de drogas (lo que se conoce como «cóctel»).
Si bien hay muchas combinaciones efectivas, la elección de las drogas a utilizar dependerá de la evaluación que hagan cada persona y su médico.
Es muy importante asegurar la regularidad de las tomas de medicación en los tratamientos combinados actuales, pues la discontinuidad permite que el virus se haga resistente, es decir, que las drogas no surtan más efecto.
Las leyes nacionales establecen que en los hospitales públicos el tratamiento es gratuito y que en las obras sociales e instituciones de medicina prepaga, los estudios y tratamientos deben brindarse sin costo adicional alguno.
12. ¿Existe una vacuna?
No. En la actualidad se están llevando a cabo investigaciones sobre dos tipos diferentes de vacunas: unas, para aplicar a las personas que ya tienen el VIH (como un tratamiento) y otras, para evitar que las personas se infecten (como las tradicionales que se dan a los chicos). Sin embargo, no existen resultados científicamente probados que permitan su aplicación en personas de manera masiva.
Las vacunas de tratamiento se diferencias de los cócteles en que buscan mejorar la capacidad del sistema inmunológico para que éste pueda eliminar al virus, mientras que los cócteles atacan el virus en los diferentes de su evolución. En síntesis, las vacunas buscan mejorar las defensas y los cócteles, debilitar a los agentes que agreden al organismo.
13. ¿Cómo prevenir el VIH?
Dado que conocemos las vías de transmisión podemos enumerar los modos de no infectarnos.
Prevención de la transmisión sexual:
• Usar correctamente el preservativo. Correctamente significa usarlo siempre que se mantengan relaciones sexuales con penetración (oral, anal, vaginal) desde el comienzo de la penetración. Es muy importante ponerlo de manera adecuada, ya que prácticamente todas las roturas del preservativo se deben a que no está bien colocado.
• Usar un preservativo nuevo y en buen estado en cada ocasión (hay que verificar la fecha de vencimiento y el sello IRAM en el sobre).
• Si se usan lubricantes deben ser los conocidos como «íntimos» o «personales», a base de agua. La vaselina o las cremas humectantes arruinan el preservativo.
• El calor también, por eso no conviene llevarlo en bolsillos ajustados del pantalón ni dejarlo en lugares expuestos a aumento de temperatura.
• La presencia de otras enfermedades de transmisión (ETS) y de lastimaduras en los genitales aumentan las posibilidades de transmisión del virus, por lo que tratarlas es también una medida de prevención.
Conocer estas medidas es fundamental; pero lo más difícil es no dejarnos llevar por los prejuicios, superar la vergüenza y el temor que significa hablar de sexo con nuestras parejas, nuestros hijos, nuestros padres o nuestros amigos. Todavía existe mucho machismo, mucho miedo a lo diferente. Aceptar y respetar los distintos modos de vivir la sexualidad, entender que la vida sexual puede cambiar con el tiempo, nos permitirá comprender más y juzgar menos para poder cuidarnos mejor. En la ciudad de Buenos Aires hay más de 380 lugares que distribuyen preservativos en forma gratuita.
14. ¿Por qué nos cuesta cuidarnos?
Cambiar actitudes, opiniones y sobre todo prácticas, es difícil. El VIH-sida plantea interrogantes y desafíos para los que no siempre tenemos respuestas. El temor a lo desconocido, los prejuicios, las creencias y valores a los que estamos aferrados explican en gran medida nuestras dificultades para cambiar.
• El desconocimiento. En general, tenemos miedo a los desconocido; en cualquier terreno y en el de la salud y el sida también. Lo mejor es informarse, preguntar y sacarse las dudas con gente que sepa.
Centros de Prevención Asesoramiento y Diagnóstico (CePAD)
• La confianza. Confianza significa compartir y poder hablar de todo, incluido el sida. No sirve usar la confianza para no preguntar, no dialogar, o para olvidarse de los riesgos propios y de los de la pareja.
• Lo femenino y lo masculino. En cada sociedad hay una manera dominante de entender lo femenino y lo masculino que muchas veces es un obstáculo para llevar adelante una vida sexual segura.
Por ejemplo, la idea de que el varón, además de ser heterosexual, debe estar «siempre listo» y demostrar su masculinidad, lo lleva a no poder rechazar una relación sexual aun cuando pueda ser riesgosa. En cambio, a la mujer se le suele adjudicar un rol pasivo -de inexperiencia o inocencia- por el cual no debería llevar preservativos ni proponer su uso. Contradictoriamente, recae en ella la responsabilidad de adoptar métodos anticonceptivos. Esta representación social de lo femenino reduce la sexualidad de las mujeres a la función reproductiva, quitándoles la posibilidad de pensar su cuerpo desde el placer, privilegio reservado sólo a los varones.
• Los prejuicios. Aunque no nos demos cuenta, muchas veces las palabras que usamos encierran prejuicios. Hay términos que, gracias al trabajo de sensibilización y concientización de las personas que viven con VIH y sus organizaciones, evolucionaron desde el inicio de la epidemia. Por ejemplo, la expresión «persona que vive con VIH» ha reemplazado a «portador» y la categoría «grupo de riesgo» (que asociaba la infección a las trabajadoras sexuales, a los homosexuales, o a los usuarios de drogas) fue desplazada por la de «vulnerabilidad frente al VIH», que se refiere a las situaciones concretas en las que cualquier persona tiene posibilidad de infectarse.
Creer que el sida es un problema de «homosexuales», «drogadictos» o «prostitutas», no sólo es negar los hechos, sino que es seguir fomentando la discriminación. La falsa seguridad de quienes se sienten «normales» es uno de los principales obstáculos para la prevención.