Los vecinos querìan, desde hace años, la realización de un espacio verde en el terreno delimitado por las calles Dorrego, Enrique Martínez, Concepción Arenal y Conde, por la falta de espacios verdes para recreación y por un tema de salud. Pero el negocio inmobiliario, apoyado por el gobierno de la ciudad, es implacable en concretar negocios y seguir construyendo una ciudad ajena a las aspiraciones ciudadanas. Cemento y más cemento por sobre las necesidades de espacios verdes.
Hace más de 20 años que los vecinos de Colegiales reclamaban la creación de una plaza en ese espacio y hace una década la Legislatura aprobó un proyecto destinado a llevar a cabo un espacio verde en el lugar con la sanción de la ley 2567.
No obstante, parece que el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta tiene otro objetivo. Mediante un decreto firmado hace dos años, el Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la licitación pública para la construcción de una playa de estacionamiento subterráneo en ese predio.
Fue asi que empezaron los trabajos de limpieza del terreno que generó la alarma entre los vecinos, quienes organizaron la junta de firmas a través de en la plataforma Change.org bajo el eslogan «Sí a la Plaza Clemente. No al shopping».
La nueva iniciativa es mas de los mismo en toda la ciudad: además de las 250 unidades de cocheras distribuidas en los subsuelos, se contemplan actividades culturales y sociales, relacionadas con un centro comercial.
Así se desprende del pliego de especificaciones técnicas presentado por la empresa que llevará adelante la obra, la UTE conformada por Prospert SA y Borok SA, a la que también se le adjudicó la concesión por 30 años de locales que funcionarán al amparo de los taludes proyectados.
Fuentes del ministerio de Modernización indicaron que «surge de un proyecto de la Legislatura y contempla la construcción de una playa de estacionamiento (“con prioridad para los vecinos”, siempre hay que mostrar la zanahoria positiva para vender el proyecto comercial, que luego no se cumple), tendrá, además, locales comerciales y se promete una plaza, más pequeña, con un formato de distintos niveles que según el diseño “permitirá la mejora en dos aspectos: la falta de espacios verdes en la zona y las dificultades para estacionar».
En realidad, en lugar de una plaza “chica” se harán maceteros con plantas en un ambiente de bares, integrado a los locales, enterrando definitivamente el deseo de los vecinos de más espacios verdes públicos y libres de uso.
Para impedir la concreción del proyecto, el sociólogo y vecino Carlos Wilkinson y Romina Braga, miembro de la junta comunal Nº 13 por la Coalición Cívica, promovieron el año pasado una acción de amparo colectivo en la que solicitaron una medida cautelar urgente que frene las obras.
