Por Ricardo Guaglianone
“abrir la caja de los truenos / destapar la caja de los truenos / abrir la caja de Pandora / destapar la caja de Pandora…”
La caja de los truenos es una expresión popular española para aludir a la caja de Pandora, una leyenda de la mitología griega que se menciona en todos los relatos cuando una situación inesperada sucede y expande una especie de efecto múltiple devastador o al menos poco controlado en sus consecuencias.
A partir de la muerte de Nisman se abrió en nuestro país esa mítica caja de los truenos, donde variadas y oscuras realidades, que permanecían ocultas en los personajes e instituciones involucradas salieron a la luz, mostrando la dimensión, naturaleza y podredumbre del poder, en general invisible a los mortales comunes.
A poco más de un año de la muerte del fiscal, la insistencia de parte de su ex mujer, Arroyo Salgado y de los fiscales opositores al anterior gobierno, de que fue un asesinato y que la causa pase a fueros federales, fue tomando de a poco un persistente olor hediondo y ahora, contradiciendo todo su accionar anterior, la jueza Palmaghini a cargo de la causa, ha concretado la estrategia pasando la causa al juzgado federal.
Parecería que a nadie le importa esa muerte màs que para utilizarla a gusto de sus intereses políticos, con la idea central de acusar a la ex presidenta con este caso.
La denuncia de Nisman
Fuera de esta peripecias penales, uno de los truenos de esta Caja de Pandora fue que se conocieron las reiteradas denuncias sobre el pobre papel del fiscal en la investigación AMIA de parte de dos agrupaciones de familiares de las víctimas, Memoria Activa y 18J.
Con la investigación por su muerte, también comenzaron las sospechas de enriquecimiento ilícito del fiscal fallecido: el nivel de vida que llevaba, los constantes viajes al exterior, los sueldos exorbitantes a mujeres sin trabajo específico en su fiscalía, los coches, su departamento, las cifras de dinero que se encontraron en su caja fuerte y en los bancos.
Además, la denuncia contra la ex presidenta estaba plagada de contradicciones. El Centro de Información Judicial de la Corte Suprema de Justicia publicó a principios de febrero, dos escritos firmados por el fallecido fiscal, fechados en diciembre de 2014 y Enero de 2015, que elogiaban la labor de la ex presidenta en lo relacionado con la causa AMIA.
Una semana después, la denuncia afirmaba todo lo contrario.
El poder de los medios
En el mes de febrero de este año, nuevamente el fiscal Sáenz dice categóricamente que Nisman fue asesinado y que la causa debía pasar al fuero federal. Comenzó entonces la batalla mediática.
Sartori, un filósofo y sociólogo de primer nivel mundial y otros analistas, dividen en dos tipos la direccionalidad de las noticias: la subinformación, es decir, una información insuficiente que provoca reduccionismos peligrosos y no sirve para conformar una opinión de peso y la desinformación, una distorsión y manipulación de las noticias para generar opinión sobre algún hecho.
En la formación de la opinión pública, Sartori dice que es necesario entender que la opinión no es saber, no es ciencia. Es un parecer, una idea subjetiva que no requiere de prueba alguna, son convicciones frágiles y variables. Cuando esas opiniones están moldeadas por flujos de información masiva pueden ser “hetero-dirigidas” con constantes repeticiones del tema abordado desde el ángulo que le interesa al medio que instala la noticia.
Estas constantes repeticiones, reproducidas durante semanas en los medios masivos, pasan a ser “opinión pública”, “realidades absolutas”, sin análisis racionales, sin saberes complejos que expliquen las situaciones.
El periodista Raúl kollmann que sigue meticulosamente la causa desde su primer día, cuenta las enormes contradicciones de la nueva acusación del fiscal Saenz que no tiene en cuenta elementos vitales en el desenlace de la muerte de Nisman, luego de su denuncia a la ex presidenta:
– Tres jueces y varios juristas de prestigio internacional como León Arslanián, Moreno Ocampo y Julio Maier, màs el ex secretario general de Interpol, desecharon su denuncia.
– Llamó a su hombre de confianza, el espìa Horacio Stiuso quien le habìa prometido información clave y éste no le contestó el teléfono.
-Tenía escasas pruebas para ir al Congreso y sostener la denuncia, que luego fue desechada.
Además, se ignoran algunos elementos que surgen de su computadora y su celular:
– La mañana del 18 de enero, Nisman leyó un post de Claudio Domínguez en Infobae sobre el regreso de la muerte.
– Un par de días antes había tenido una furibunda pelea con su ex esposa por el regreso intempestivo de Europa. Los Whats- App de Arroyo Salgado fueron lapidarios. Su ex mujer reveló la existencia de una cuenta clandestina en Nueva York planteando que a Nisman lo podrían haber matado por cuestiones de plata.
– Un par de ingresos en internet –con observación de fotos– también sugieren la existencia de alguna crisis personal esa mañana.
Segùn Kollmann y otros analistas todo apunta a complicar al anterior gobierno:
-Las declaraciones de Stiuso dicen que el homicidio fue cometido por un grupo comando ligado al anterior gobierno, pero no pudo distinguir si con integrantes argentinos o extranjeros, tampoco sabe cómo actuaron ni cómo entraron ni como salieron del edificio ni aportò prueba alguna de sus dichos.
– La denuncia de Saenz afirmando que el fiscal fue asesinado, ignoraba el expediente:
– Nisman apareció dentro de un baño con la puerta cerrada, según testimonió la misma madre del fiscal y su cabeza obstaculizaba la apertura de la puerta, señalaron el médico y la enfermera de Swiss Medical.
– Este testigo, el doctor José Raúl Carrera Mendoza es categórico: confeccionó un dibujo en el que Nisman aparece tirado al lado de la bañadera, con la cabeza contra la puerta y está registrado así en las fotos tomadas por la Policía Federal.
– Cuando se encontró a Nisman ya tenía rigidez cadavérica. En ese estado, mover el cuerpo es imposible.
– No hay rastros de nadie dentro del baño: no hay pisadas, no hay una gota de sangre fuera del baño, algo que hubiera ocurrido si alguien salía de allí tras –supuestamente– matar al fiscal.
– Cinco de los seis criminalistas dictaminaron que no había nadie dentro del baño en el momento del disparo.
– Trece de los quince forenses señalaron que no hay evidencia de accionar homicida.
– No hay indicios de que nadie haya entrado o salido del departamento.
– El fiscal no sólo le pidió una pistola a Diego Lagomarsino sino también a un custodio, Rubén Benítez, y a un comisario amigo que estaba en Mar del Plata.
Pese a todos estos elementos, ni la jueza Fabiana Palmaghini ni la fiscal Viviana Fein se pronunciaron en forma definitiva y la magistrada convocó –por pedido de Arroyo Salgado– a una junta de interdisciplinaria de especialistas, para que hagan un nuevo análisis, que ahora quedó desechada por que se declaró incompetente.
Recordamos que la denuncia de Nisman contra la ex presidenta fue desestimada por el juez Rafecas en términos muy duros: «no hay un solo elemento de prueba en la acusación, ni siquiera indiciario, el delito es inexistente y hay contradicciones flagrantes».
Al fiscal Sáenz, a su ex-mujer, a Palmaghini, a los medios que martillan desinformando a la población, a los jueces federales que están esperando con los dientes afilados la causa, ¿les interesa de verdad Nisman o solo quieren usar su muerte para acusar a la ex presidenta?
