La última promesa del gobierno porteño para el inicio del servicio del metrobus es la primera semana de mayo. A partir de allí, una nueva modalidad de transporte transitará en la avenida Juan B. Justo: un sistema de colectivos que circularán por carriles centrales y con paradas cada cuatro cuadras, que unirá Palermo con Liniers, a lo largo de 21 estaciones. Los funcionarios porteños aseguran que quienes viajen de una cabecera a otra ahorrarán 25 minutos en el recorrido, menos de la mitad de lo que se demora hasta ahora.
El Metrobús absorberá el servicio que prestan las líneas 34 y 166, que unificarán su color que probablemente sea el amarillo, el color partidario del Pro.
Las otras líneas, como la 110, que recorren pocas cuadras de Juan B. Justo también irán por los carriles centrales de la avenida.
De esta manera, la Av. Juan B. Justo mantendrá libre para el tránsito particular dos carriles en cada sentido. Cada parada tendrá un sistema de información digitalizada por el que los pasajeros sabrán cuántos minutos restan para que llegue el próximo colectivo.
Todas las estaciones tienen rampas de acceso para personas con problemas de movilidad y se conservará el valor de un pasaje de colectivo normal ($ 1,10 y $ 1,25).
La incorporación de colectivos articulados correrá por cuenta de las empresas, mientras que el gobierno porteño invirtió en el gasto de la obra de infraestructura para el Metrobús.
No se sabe exactamente cuanto vale en su totalidad, ni los detalles de los arreglos con las empresas, pero el Ministerio de Desarrollo Urbano aportó 46 millones de pesos para el desarrollo de las plataformas, mientras Espacio Público derivó partidas para reforzar los carriles centrales con un material que resista el tránsito de las unidades.
Un paso fundamental que no se cumplió
Es de destacar que en una obra de la envergadura del Metrobus, que cambia drásticamente el entorno, afectando a más de diez barrios porteños existentes a lo largo de la Avenida Juan B Justo, con el tema de las inundaciones que castigan a esta arteria todavía sin resolver, con decenas de colegios en las calles laterales que se usan como descarga de tránsito, la gran ausente de esta obra sin dudas, es la ley 103 de Impacto Ambiental.
Esta norma constitucional obliga a las autoridades gobernantes a llamar a Audiencia Pública Obligatoria cuando una obra es capaz de cambiar o afectar la cotidianeidad de una zona determinada. En este caso el impacto de la obra, tanto en el aspecto de contaminación visual, como en los términos de seguridad vial y afectación de las viviendas en las arterias laterales a Juan B Justo, entre otros aspectos, hacían insoslayable que se aplicara la ley y se permitiera que los vecinos opinarán en la Audiencia Pública acerca de las características de esta obra.
Como en general, todos los usuarios del transporte de la avenida, pasajeros de las líneas 166 y 34 y los automovilistas, sostienen que Juan B Justo era una arteria rápida, segura, tal vez la opinión vecinal no hubiera aceptado este emprendimiento sobre una Avenida que no es la más indicada para instalar un Metrobus, como sostienen ahora varios legisladores opositores al gobierno. Como esta especulación estaba presente, ni el macrismo, ni nadie de la oposición le permitió a los vecinos expresar su parecer, amparados constitucionalmente por la ley 103 de Impacto Ambiental.
El objetivo
Más allá de esta consideración vecinal hipotética, los funcionarios sostienen que la obra es una maravillosa iniciativa y que permitirá un ahorro de tiempo de viaje importante, menor uso de energía, menor emisión de gases contaminantes y permitirá realizar conexiones con el ferrocarril Sarmiento y con las líneas B y D de subte.
Los macristas sostienen que las demoras actuales son productos de las obras y se solucionarán cuando el servicio esté en marcha, aunque los vecinos y los automovilistas opinan que los dos carriles no son suficientes y se instalará un caos de tránsito a lo largo de toda la avenida.
El servicio no será explotado por el Gobierno porteño. La Ciudad llegó a un acuerdo para que las líneas 166 y 34 operen el sistema y para eso el Banco Ciudad otorgó créditos blandos para la compra de nuevas unidades Mercedes Benz. Cada colectivo vale unos 280 mil dólares y se espera que funcionen unos 20 coches aunque el óptimo se alcanzará con 35 colectivos en circulación. No se especificó en cuanto tiempo se llegará a esta instancia.
Críticas y dudas
Las criticas mas fuertes del proyecto parten de la Unión Vecinal por Comunas de Villa Mitre y de vecinos que viven en las calles laterales a Juan B Justo, que deben soportar un altísimo tránsito que circula a velocidades peligrosas para la integridad de los vecinos. Es así que sostienen que las calles Galicia, Luis Viale, Cesar Díaz, Margariños Cervantes, Camarones, etc, se han convertido en verdaderas avenidas sin ningún control de semáforos y muchas de estas calles pasan frente a colegios con el consiguiente peligro para los chicos. Se quejan también los adultos mayores del peligro de la situación para ellos. Otros muchos que han elegido esas calles laterales para vivir alejados del ruido de la ciudad, sostienen que se ven afectados en su calidad de vida.
La otra pregunta que se hace la gente afectada: ¿Ayudará el Metrobus a resolver el caos de tránsito que se generó con la obra cuando ésta termine?. Nadie sabe cómo impactará el transporte de carga, con solo dos carriles disponibles y es otro gran interrogante de los vecinos y automovilistas. ¿Qué pasará si los trasportes de carga comienzan a circular por las laterales?
“La experimentación en Juan B Justo, no es la mejor opción”, criticó el legislador de la Coalición Cívica Sergio Abrevaya, quien agregó que ellos apoyaron en el recinto la idea del Metrobus, pero no el emplazamiento en la Juan B Justo. “No tenemos en claro si el nuevo servicio mejorará el tránsito o no, la alternativa era construir un Metrobús que ingrese a la Ciudad desde el sur por el Puente Avellaneda”.
Otra de las críticas fuertes proviene de la Agrupación Vecinos de Liniers Norte: “el gobierno porteño piensa guardar los colectivos bajo la autopista en las calles Barragán y Madero. Esos lugares eran playas de estacionamientos para particulares, alrededor hay colegios con 5 mil chicos que circulan por día. Es un gran peligro para ellos”.
Sin embargo y a pesar de las dudas y críticas, los funcionarios del macrismo sostienen con convicción, seguros del despliegue mediáticos que conseguirán de la prensa opositora al gobierno nacional, cuando inauguren el Metrobus, a solo dos meses de la elección porteña de jefe de gobierno, que a partir de mayo, con la obra del Metrobus, Buenos Aires se acercará a ser considerada una ciudad del siglo XXI.
Por Mariana Gutiérrez